El pasado lunes, la Organización Mundial del Turismo (OMT) ha reconocido a las autoridades dominicanas por su ejemplar recuperación turística luego de la pandemia de la Covid-19, que aún sigue con nosotros, pero bajo una nueva “normalidad”. Este es un reconocimiento conjunto gracias a la colaboración del sector público – privado. Esto me confirma que cuando ambos sectores se unen para lograr un objetivo común es muy beneficioso para la colectividad. Por ello, soy entusiasta, promotor y creyente de las alianzas público-privadas en su concepción más amplia.
Se debe reconocer el liderazgo del Presidente Luis Abinader, el Ministro de Turismo David Collado, así como las instituciones estatales, entidades de la sociedad civil y personas físicas que conforman el Gabinete de Turismo, resaltando para este escrito, el papel que han jugado las autoridades aeroportuarias (Víctor Pichardo por el Departamento Aeroportuario) y aeronáuticas (Román Caamaño y Héctor Porcella, por el Instituto Dominicano de Aviación Civil y José Marte Piantini, por la Junta de Aviación Civil) para lograr la reactivación del turismo, que necesariamente implica la reactivación de la aviación y el uso de las infraestructuras aeroportuarias.
En esta ocasión quisiera resaltar varios aspectos que son fundamentales para continuar con el posicionamiento turístico del país que han significado tanto para la recuperación económica y que tendrán un impacto esencial en los próximos años conviviendo con la Covid-19, la incertidumbre que vivimos a nivel mundial con la situación de Rusia y Ucrania, su impacto en los comodities (materias primas o productos básicos) y hasta las pandemias futuras que puedan surgir.
Lo primero es la importancia de la aprobación del Acuerdo entre el Gobierno de la República Dominicana y el Gobierno de los Estados Unidos de América sobre la Pre-Autorización en el Transporte Aéreo (en lo adelante “Pre-Autorización”) que aún se encuentra en el Tribunal Constitucional para realizar el control preventivo de los tratados internacionales. Este acuerdo constituye una pieza fundamental para seguir innovando en nuestros aeropuertos internacionales. De hecho, este tipo de acuerdos tiene un impacto positivo sobre la seguridad aeroportuaria.
Hoy en día, sigue siendo el Anexo sobre los refugiados la discordia. Mi opinión al respecto la indicaba en mi artículo “Pre-Autorización y el Anexo de refugiados: La discordia” publicado en este mismo diario. Ahora, sólo agregar que lo ideal sería eliminar dicho anexo, ya que no aporta nada ni crea obligación adicional alguna, pero si no es factible, su permanencia no debería ser óbice para la aprobación por el Tribunal Constitucional en tanto y cuanto sus disposiciones no inciden en los aspectos operacionales de los aeropuertos ni comporta en modo alguno, obligaciones adicionales a los instrumentos legales existentes en nuestro país que se encuentran en plena aplicación y vigencia, para la efectiva protección de los Derechos Humanos y dignidad de las personas, en casos de asilo y refugiados. Adicionalmente, creo que cualquier resquemor que pueda existir puede ser resuelto, sin mayores complicaciones en la etapa de implementación del acuerdo.
Por tal razón entiendo que estratégicamente debe ser una de las prioridades, que se apruebe la Pre-Autorización para continuar exhibiendo la relevante recuperación en el turismo. Sin duda alguna, aquí tenemos una oportunidad para el país, ya que la Pre-Autorización impactaría positivamente al turismo, abriendo nuevas posibilidades, incluso hasta de convertirnos en un Hub, por nuestra ubicación estratégica. Así, se continuaría contribuyendo a buenos resultados económicos en tiempos de tanta incertidumbre a nivel mundial. Ojalá no se desaproveche esta oportunidad y nos enfoquemos y pasemos a su implementación, para beneficio de toda la colectividad.
En segundo lugar, quiero comentar sobre la necesaria actualización y fortalecimiento del marco regulatorio de las infraestructuras aeroportuarias o aeropuertos. Al igual que lo expuesto anteriormente, esto es un aspecto fundamental para seguir manteniendo los niveles exhibidos en materia turística y de recuperación en el sector de la aviación, debido a su estrecha relación.
Por ejemplo, como país debemos comenzar a pensar en la movilidad aérea avanzada (Advanced Air Mobility (AAM), los retos legales y regulatorios que supone, tal y como comentaba con Diego González, presidente de la Asociación Mundial de Abogados Aeroportuarios (WALA), en la reciente conferencia celebrada en Punta Cana. El objetivo principal de la AAM es la colaboración e integración dentro de la industria de aviación o aeronáutica, el desarrollo por ejemplo de taxis aéreos, aeronaves de carga y otros nuevos conceptos de aeronaves en el espacio aéreo de la República Dominicana. Esto no sería posible sin una debida adecuación al ordenamiento jurídico. Debemos adelantarnos a estos aspectos que están más cerca de lo que imaginamos, para colaborar con el sector privado en las iniciativas e inversiones que podrían hacer en esta industria, que promete tener un gran futuro, otorgándole previsibilidad y seguridad jurídica a esas inversiones.
Un ejemplo de lo cerca que estamos con la AAM son los eVTOL (Vertical Take-Off and Landing) o taxis aéreos que utilizarían vertipuertos (vertiports) que son espacios de aterrizaje y despegue de drones tanto para labores de reparto de mercancía como de transporte de personas eVTOL. De hecho, ya en nuestro país se utilizan algunos en el ámbito de la agroindustria. Creo que los vertipuertos pueden ser visionados en un proyecto vinculado a una “ciudad gubernamental”, cuya estructuración pudiera ser bajo una alianza público-privada, en donde se agruparían la mayoría de las oficinas gubernamentales con una serie de facilidades conexas para los servidores públicos. Esto contribuiría enormemente a la movilidad urbana y al descongestionamiento del tráfico. Al mismo tiempo, se prevé que los vertipuertos sean utilizados en un futuro no muy lejano, como mecanismo alternativo de movilidad en las grandes ciudades.
También pueden ser visionados en las zonas turísticas del país, como en Punta Cana, Bávaro, La Romana, Puerto Plata, entre otros lugares, constituyendo otro mecanismo de innovación y atractivo para seguir manteniendo una oferta turística innovadora y de vanguardia. Me gustaría ver que esto suceda, en un futuro no lejano, en alguna de las zonas mencionadas anteriormente. Esto nos daría, como país, un atractivo adicional.
Pues volviendo a la necesaria adecuación de la normativa sobre infraestructuras aeroportuarias creo que se debe centrar en robustecer y reformular a las autoridades, en lo que he denominado una “Autoridad Reguladora de las Infraestructuras Aeroportuarias (ARIA)” para que cuente con una estructura sistemática, organizada y robusta de las autoridades involucradas en el sector.
La regulación debe estar orientada en los servicios prestados en infraestructuras aeroportuarias tanto públicas (concesionadas) como de titularidad privada, enfocándose en la calidad e innovación tecnológica, las tarifas y tasas, planes de inversión, entre otros aspectos, que se traducirían en beneficio de todos los que usamos los aeropuertos. Al mismo tiempo, se debe robustecer la planificación y autorización de las infraestructuras aeroportuarias públicas como privadas, en tanto y cuanto son infraestructuras finitas que tienen un alcance mayor, incluso que el servicio público (uti singuli) y se orienta más al derecho infraestructural (uti universi).
En fin, creo que con el reconocimiento al país por el repunte en el sector turismo se debe tener especial cuidado y promover estos aspectos: la aprobación de la Pre-Autorización y regulación aeroportuaria que son cuestiones estratégicas que repercuten en una mayor calidad y servicio a todos los usuarios de las infraestructuras aeroportuarias para mantener altos niveles en el flujo de pasajeros y del turismo, haciendo que la experiencia aeroportuaria sea cada vez más agradable. En definitiva, las infraestructuras aeroportuarias, en especial, los aeropuertos internacionales son la entrada (primer encuentro del turista con el país) y salida (última impresión) de lo que constituye el ecosistema turístico, por lo que desde allí se inicia la experiencia que vivirá el turista o quien venga a la República Dominicana para cualquier actividad.
Para seguir manteniendo una diferenciación turística como país en comparación con otras alternativas de la región, es necesario la innovación tecnológica y regulatoria. La Pre-Autorización y una moderna regulación de las infraestructuras aeroportuarias son nuestro mejor aliado. Adelantémonos a lo que podría ser el futuro y no desgastemos esfuerzos buscando fantasmas donde no existen. Ojalá la colaboración público-privada se mantenga unida para lograr estos objetivos. Estoy convencido que propiciar esos cambios es de los pasos más importantes que podemos dar en estos tiempos de incertidumbre para proteger el bienestar y el continúo desarrollo económico y social de la República Dominicana, que debe necesariamente traducirse para una mejor calidad de vida de todos sus habitantes.