La reforma fiscal que ha sido detallada en la reunión con los medios en el Palacio Nacional, denominada La Semanal, no es solo una actualización necesaria del sistema tributario; es un verdadero catalizador para el desarrollo económico y la innovación tecnológica. En un mundo donde la competitividad y la equidad son fundamentales para el progreso de los países, esta reforma propone cambios significativos que afectarán positivamente tanto a empresas como a ciudadanos, con especial énfasis en las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes).

El proyecto de ley incluye medidas que simplifican la carga tributaria para las Mipymes, que representan más del 98% del tejido empresarial dominicano y generan aproximadamente el 54% de los empleos formales, según el Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes (MICM). Con la eliminación de anticipos para las microempresas y la reducción de estos al 40% para las pequeñas y al 60% para las medianas, la reforma reduce significativamente la presión fiscal sobre los negocios que más contribuyen a la creación de empleos en el país. Además, se exonerará el pago del impuesto sobre la renta a las nuevas micro y pequeñas empresas durante sus primeros tres años de operación, lo que impulsa directamente el emprendimiento y la innovación.

Este último punto es crucial para fomentar el crecimiento económico en sectores estratégicos. Las nuevas empresas suelen ser fuentes de innovación, y reducir sus cargas fiscales en los primeros años puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso. Varios estudios internacionales han demostrado que los primeros años son críticos para la supervivencia de las nuevas empresas, y esta medida actúa como un estímulo para fortalecer el ecosistema emprendedor del país.

Además, la reforma no se olvida de los más vulnerables. Mantener la exención del ITBIS, ahora impuesto sobre el valor agregado (IVA), para productos esenciales como el "plato bandera" dominicano (arroz, pollo, leche y otros alimentos básicos), así como para la educación y la salud, asegura que los sectores de bajos ingresos no se vean perjudicados. Según estudios del Banco Central, el gasto en alimentos representa hasta un 34% del presupuesto de los hogares de menores ingresos, por lo que esta exención es esencial para proteger el poder adquisitivo de las familias. Sin embargo, se corrige un aspecto importante del sistema actual, que es la exención injustificada en ciertos productos de lujo, lo que permitirá incrementar la recaudación sin afectar a los que menos tienen.

Fomentando la Inversión y la Innovación Tecnológica

La reforma no solo busca equilibrar la balanza fiscal, sino también incentivar la inversión en sectores clave para el desarrollo económico y social del país. La inversión en un Sistema Integrado de Transporte es uno de los puntos más destacados, con un impacto significativo tanto en la economía como en la vida cotidiana de los ciudadanos. Se estima que en Santo Domingo, la implementación de este sistema podría reducir en un 70% el tiempo promedio de desplazamiento, lo que equivale a 30 minutos menos de trayecto diario por persona. Esta mejora no solo aumenta la calidad de vida, sino que también incrementa la productividad laboral al reducir el tiempo perdido en el tráfico. Además, se prevé un ahorro de hasta un 50% en los gastos de transporte de las familias, según el Ministerio de

Economía, Planificación y Desarrollo.

Desde el punto de vista tecnológico, estas mejoras en el transporte no solo se limitarán a la infraestructura física. La digitalización de los sistemas de gestión del tráfico y la integración de tecnologías de transporte inteligente pueden ser un motor para la modernización urbana. En otras ciudades del mundo, como Bogotá y Ciudad de México, la implementación de soluciones tecnológicas en el transporte ha permitido reducir no solo el tiempo de desplazamiento, sino también la huella de carbono, lo que encamina a las ciudades hacia un desarrollo más sostenible. La reducción de la contaminación en un 50% es un objetivo ambicioso, pero alcanzable si se priorizan las inversiones en tecnología limpia.

En el sector salud, la apuesta por la Atención Primaria representa una oportunidad para reducir los costos a largo plazo y mejorar la calidad de vida de la población. La OMS estima que la prevención temprana puede reducir hasta en un 62% los costos asociados a la atención en niveles superiores, y una población más sana implica menos ausentismo laboral y mayor productividad económica. Además, la integración de tecnología en la atención médica, como la telemedicina o los sistemas de diagnóstico automatizados, permitirá que el sistema de salud sea más eficiente y accesible para todos.

 El Impacto del Comercio Electrónico en la Reforma

Otro punto relevante de la reforma es la eliminación de la exención de impuestos en los envíos de bajo valor, un tema que ha sido objeto de debate en los últimos años. Mantener la exención de los aranceles, pero aplicar el ITBIS (ahora IVA) y los impuestos selectivos, crea un entorno más justo para los comerciantes locales, que se ven en desventaja frente a los productos importados que llegan al país sin pagar impuestos. Según un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), esta competencia desleal ha afectado gravemente a los pequeños comercios en América Latina, que no pueden competir con los precios bajos de productos importados sin cargas fiscales.

La eliminación de esta exención busca equilibrar el mercado y fortalecer el comercio local. Además, fomenta el crecimiento de la industria nacional, reduciendo la dependencia de productos extranjeros y promoviendo la producción interna. Esta medida coloca a la República Dominicana en línea con países como Brasil, Chile y México, que ya han implementado sistemas similares para modernizar su marco fiscal y adaptarlo al comercio electrónico global.

 Un Sistema Tributario Más Justo

Finalmente, uno de los aspectos clave de la reforma es la nueva tasa marginal para personas físicas con ingresos superiores a 2 millones de pesos anuales. Esta medida afecta a menos del 1% de los asalariados y busca cerrar la brecha entre la tributación de las personas físicas y jurídicas, unificando las tasas para evitar la evasión y la planificación fiscal agresiva. Con esta acción, el sistema tributario se vuelve más justo y equitativo, asegurando que aquellos con mayores ingresos contribuyan de manera proporcional al desarrollo del país.

Este enfoque de justicia tributaria ha sido adoptado por países como Francia y Alemania, que han demostrado que una estructura fiscal más equitativa no solo mejora la recaudación, sino que también aumenta la confianza en el sistema por parte de la ciudadanía. En lugar de congelar la indexación de las escalas salariales, esta medida permite ajustar las tasas de manera más eficiente, protegiendo a la clase media y baja de cargas fiscales innecesarias.