Desde 1984 la Constitución de Republica Dominicana se ha reformado 39 veces.
La reforma constitucional más progresista y democrática de la historia fue la de Juan Bosch en el 1962. Pero adelantada a los tiempos.
En ella se separaba a la iglesia del Estado, imponía severos límites a las actividades políticas de las Fuerzas Armadas, establecía una amplia gama de libertades civiles y restringía los derechos de la propiedad relativa a los derechos individuales.
Estas disposiciones crearon pánico en los sectores conservadores trujillistas de la época que condujo al golpe de estado que derrocó a Bosch en septiembre del 1963. En defensa de esa constitución el pueblo dominicano se lanzó a las calles, armas en mano, en abril del 1965, derrocando la dictadura.
A partir de entonces se han realizado varias reformas constitucionales. Las dos mas reciente fueron en el 2010 y 2015.
La primera fue durante el gobierno de Leonel Fernández, constituyéndose en un retroceso en materia de derechos humanos. En esa reforma se incluyó una prohibición completa de todas las formas de uniones entre personas del mismo sexo (Artículo 557) y el aborto (Artículo 37).
Inclusive, Leonel trató de reelegirse para un tercer periodo a partir del 2012 alegando que la constitución se lo permitía.
Sin embargo, tuvo sus aspectos positivos al crear a) El Consejo Nacional de la Magistratura (CNM): b) El Tribunal Constitucional (TC) y: c) el Tribunal Superior Electoral (TSE), como entidades independientes de la Suprema Corte de Justicia (SCJ). Lamentablemente, esos poderes respondían al caudillismo presidencial de esa época, caracterizada por la corrupción y el nepotismo.
La segunda reforma, bajo el mandato de Danilo Medina, tuvo que ver con la reelección donde se restableció dos periodos consecutivos.
La propuesta de reforma constitucional de Luis Abinder se encarama entre la más progresista de la historia después de la de Juan Bosch. Es oportuna, es transparente, es democrática y contiene medidas contra el caudillismo y el personalismo aun arraigado en la mente de muchos políticos.
Dicha reforma plantea fortalecer la autonomía funcional del Ministerio Público, donde el procurador general de la República sea designado por el Consejo Nacional de la Magistratura, a propuesta del presidente de la República. Y que ese cargo se inamovible durante un periodo presidencia.
¿Quién en su sano juicio puede estar en contra de esta medida? Vea la prensa para conocer a sus opositores y lo que heredamos de ellos.
En lo relativo a las reglas de elección presidencial, la iniciativa de reforma sugiere incluir una disposición constitucional que impida que cualquier reforma constitucional tenga por objeto modificar el actual modelo de elección presidencial, consistente en dos periodos consecutivos y nunca más.
¿Haría una cosa así un presidente que quiera continuar en el poder más allá del 2028?
Otra excelente medida, contempla modificar la cantidad de diputados, pasándose de los 190 actuales a 137, para una reducción de 53 legisladores en la Cámara Baja. Un ahorro de mas de mil millones para el fisco.
También plantea unificar las elecciones municipales y presidenciales a partir del 2032.
En el proceso electoral pasado, que conllevó la escogencia de 4,117 cargos en los niveles municipales, congresuales y presidencial, República Dominicana gastó RD$$8,590,324.72.
Unificar las elecciones puede representar un ahorro del 40% de esta partida. ¿Y cuantas cosas podríamos hacer con ese ahorro de casi 4 mil millones de pesos en gastos electorales?
Apoyemos esta nueva reforma a la constitución por el bien del pais.