El cuerpo social del país ha expresado que la actual Junta Central montó unas elecciones ejemplares. Lo propio lo han dicho los observadores electorales, incluso, los más altos organismos que aglutina la mayor y mas connotadas matriculas de observadores han felicitado al país y al propio pleno actual, presidido por Román Andrés Jáquez Liranzo por el gran trabajo en montar las elecciones del 2024 cobijada bajo la más estricta garantía de transparencia y confianza a lo largo de la historia democráticas de la Repuública Dominicana.
Recientemente, sería el 5 de septiembre 2024, el Senado de la República anunció la conformación de la comisión para la escogencia de los nuevos miembros de la Junta Central Electoral, (JCE) y, en consecuencia, evaluará los proponentes a ser parte del pleno 2024-2028. Y quiero decir, ahora el senado es el que tiene el gran desafío.
Y esto se justifica en el hecho que los actuales miembros, aunque no conozco ni mucho menos, ninguno de estos, me ha externado su interés en quedarse o repetir como miembro, sin embargo justicieramente la comisión de evaluación tiene en cada uno de ellos un activo trascendente y, que la historia electoral dominicana le debe la gratitud y la reverencia histórica y ejemplarizadora por el hecho de devolverle la confianza perdida al órgano que desde 1923, venía dando traspiés y espectáculos deprimentes desde la óptica de la imagen de la famélica democracia. La misma desafección, desgano, y clivaje de la democracia ha tenido que ver el imaginario que la ciudadanía que había entendido que en vez de votar habían botado sus votos porque el destino de sus sufragios carecía de confianza y certeza.
La actual comisión del Senado, aunque el concurso ha de ser abierto tal como lo establece el numeral 4 del articulo 80 de la Constitución Dominicana, que dentro de sus funciones, está la de elegir los miembros de la Junta Central Electoral y sus suplentes (…), ahora, en esta oportunidad la comisión tiene el chance de encontrarse con sobradas aptitudes y probadas capacidades humanas y profesionales, al tener entre estos activos, un magistrado presidente de la talla de Román Andrés Jáquez Liranzo y una buena matricula de los hombres y mujeres que le acompañaron, los cuales, sin duda alguna, crearon una sinergia positiva para lograr su misión histórica en la pasada jornada electoral.
Por cuya razón sin parangón alguno, a través de un proceso diáfano y creíble han podido montar unas elecciones que dio como resultado que desde 1978, cuando inició el ciclo democrático de nuestro país,-y aquí llamo a reflexión profunda-, llegándose, en estas contiendas electoral, o sea, 2024, a instalarse en el poder unas elites gobernantes en todos los niveles, de la mayor legitimidad, en el entendido, primero, que la actual junta al momento de organizar y montar las elecciones, contaba con mas de un 60% de confianza. Y esto se tradujo en gobernanza, como dice los políticos, en autoridades que el pueblo esta consciente que surgieron de una elecciones limpias y creíbles.
Y más, actualmente, en otras mediciones goza de uno de los mas altos niveles de confianza que tienen las demás instituciones del tejido social del país. Agregándose a eso el hecho que cuando analizamos el articulo 211 d la Constitución, la actual junta, ha cumplido su finalidad principal que fue organizar y dirigir unas asambleas electorales, garantizando; la libertad, transparencia, equidad y objetividad. Y sobre los 14 principios que establece el articulo 4 de la ley 20-23, los abrazó con el fin de sustentar el montaje de unas elecciones como nunca en la historia se había hecho, ósea, pueblo, partidos políticos y todos los demás actores y la propia democracia, quedando conforme con la integridad, certeza y confianza asumida para estas elecciones 2024.
Y lo voy a plantear públicamente, personalmente, como ex miembro suplente del Pleno de Junta Central Electoral, 2010-16 y 2016-2020, o sea 10 años, y que presentaré mi vocación de servir, a la democracia a través del pleno del órgano que deberá garantizarla, así como la propia identidad, me presentaré yendo consciente que francamente, desde la óptica de la reciprocidad por la integridad mostrada por el pleno que preside el Magistrado Román Andrés Jáquez Liranzo, le cabe la honra de haber rescatado el órgano y rompieron el viejo paradigma de la profunda desconfianza en dicha JCE, y sobre eso, yo me inclino con reverencia.
Y con ello, a mi juicio, puso de pie el sistema de partidos, la democracia y el honor electoral de la Republica Dominicana. En este sentido, asumo que la comisión de escogencia de la nueva junta, lleva un largo trecho porque ellos mismos han sido testigos, y como pueblo, estarían consciente que el magistrado Román Andrés Jáquez y los suyos, iniciaron un profundo recorrido por la historia electoral y formación política a todos los actores para poder seguir sembrando el país de demócratas a carta cabal y, que entre todos garanticemos un ejercicio de fortalecer, y sobre todo, corregir los daños de las malas prácticas políticas que estaba sepultando el en desprecio social el sistema de las amplias libertades como es la democracia. Amenazada esta, por posibles aventuras políticas y que en cualquier momento podrían surgir como propuestas populistas y de “democracia asumida por líderes personalistas y gobiernos de corte fascistas y de línea dictatorial”. Así se percibía y los sectores facticos tenían los dedos cruzados que no brotara un líder que arropara la paz social que nos brinda la democracia.
Por lo tanto, asumo el refrán popular, “ en buena manos está el pandero” , por un lado garantía de democracia e identidad continuando la misma línea, o por otro lado, el congreso, que representa la voluntad política, deberá tener en cuenta que, después de haber avanzado tanto en integridad, transparencia, certeza electoral, legalidad, interés nacional, sufragio popular, sobre las amplias garantías del derecho de elegir y ser elegible, todo puede irse al suelo, ya que por error de impulso político, caigamos en la desfasadas practica de conformar una junta central electoral salpicadas. permeadas y capturada por cuadros impulsados por gratitudes políticas, lo cual, se pudieran apartar de las directrices que dictan las normativas electorales y la propia Constitución. Y cierro esta reflexión, el país está conteste que, en la persona del Magistrado Román Andrés Jáquez Liranzo y de una buena matricula del pleno o suplentes actuales, el camino incierto en materia electoral está despejado. Y cierro con un pensamiento nuestro escrito para la ocasión,” Cuando la patria crece y echa raíces que la sustentan, los actores que lo inspiran, deberán ser siempre quienes le representen. En este particular, me uno a concierto de voluntades que está apoyando el trabajo de la actual junta, por entender que en este 2024, se montaron las elecciones más legitimas y robusta de la historia política dominicana, por lo tanto, sin tapujos estamos augurando que la junta como eslabón y soporte de la garantía de la democracia, la identidad y la formación política electoral siga en pie y de las manos del Magistrado Román A. Jáquez Liranzo. ¡Enhorabuena, la suerte está echada a favor del mejor destino de la democracia!!