En la entrega anterior, compartíamos sobre la degradación en la cual se mantiene por segundo año consecutivo la República Dominicana en el reporte anual que emite Estados Unidos sobre trata de personas (Trafficking in Persons -TIP-).
Como indicábamos, este reporte clasifica a todos los países del mundo según sus esfuerzos combatiendo la trata de personas en 3 niveles diferentes: nivel 1, que refiere a países que cumplen completamente con los estándares mínimos para la eliminación de la trata; nivel 2, aquellos países cuyos gobiernos no cumplen completamente con los estándares mínimos para la eliminación de la trata, pero que están haciendo esfuerzos significativos para cumplirlo; nivel 2 lista de vigilancia, gobiernos que no cumplen con los estándares mínimos para eliminar la trata pero que están haciendo esfuerzos significativos para cumplirlos; y nivel 3, países que no cumplen con los estándares mínimos y tampoco hacen esfuerzos significativos para cumplirlos.
Nuestro país, de acuerdo a los reportes de los últimos años, tuvo una mejoría notable en la persecución, prevención y protección de este delito desde el año 2012 al año 2019, al mantenerse durante todo ese período en nivel 2; preocupa, sin embargo, que el reporte degrada al país en 2020 a nivel 2 lista de vigilancia, sube a nivel 2 en 2021 y 2022, y nuevamente degrada a nivel 2 lista de vigilancia en 2023 y 2024, donde permanece aún.
Esto significa que, de acuerdo al informe, el país permanece por segundo año consecutivo sin mostrar esfuerzos significativos de parte de las autoridades para perseguir, prevenir y proteger a las personas de la trata de personas; dicha conclusión debe llamar poderosamente la atención de nuestras autoridades a fin de que puedan auto examinar y determinar qué no se hizo, qué se hizo mal o qué faltó por hacer, y sobre esta base ver la gran oportunidad con la que cuenta ahora el Estado Dominicano para fortalecer sus instituciones, su liderazgo y mejorar su respuesta a la lucha contra la trata de personas.
La importancia de mejorar la clasificación actual en la que se encuentra el país radica en el impacto negativo que genera para recibir ayuda extranjera. En ese sentido, la TVPA declara que los Estados Unidos no deberá proveer ningún apoyo, con excepción de ayuda humanitaria y apoyo relacionado al intercambio, a cualquier gobierno cuyo país que se encuentre en el Nivel 3 por incumplimiento con los estándares mínimos para la eliminación de la trata de personas. La República Dominicana tiene un pie casi en nivel 3 si para el próximo año no presenta una mejor evaluación que las últimas 2.
Entonces, ¿cómo puede el país de manera concreta mejorar la respuesta al combate de la trata de personas? Es una pregunta fácil, sencilla y hasta rápida de hacer, pero conlleva respuestas que concierne a compromiso, recursos y voluntad de querer hacer y mejorar.
Un buen inicio para diseñar el plan de mejora de respuesta al combate de la trata, es analizando estratégicamente las recomendaciones prioritarias que se consignan en el reporte, éstas son:
*Examinar de forma proactiva y sistemática a las poblaciones vulnerables migrantes o indocumentadas y a los dominicanos de ascendencia haitiana, incluidos los que trabajan en los sectores de la agricultura y la construcción, para detectar indicadores de trata y remitirlos a los servicios de atención.
*Garantizar la detección sistemática y equitativa de indicadores de trata antes de la deportación.
*Enmendar la ley contra la trata de 2003 para eliminar el requisito de probar la fuerza, el fraude y la coerción en los delitos de trata con fines sexuales que impliquen a víctimas menores de 18 años, en consonancia con el derecho internacional.
*Aplicar plenamente la Ley 169-14 para expedir documentos de nacionalidad a los dominicanos de ascendencia haitiana que cumplan los requisitos, con el fin de reducir la vulnerabilidad a la trata.
*Expedir o renovar los documentos de identidad a las poblaciones migrantes que reúnan los requisitos, incluidos los trabajadores temporales, para reducir la vulnerabilidad a la trata.
*Finalizar un PNA para 2025 y años posteriores.
*Mejorar la puntualidad y la precisión de las inspecciones de trabajo y garantizar una investigación coherente del tráfico de mano de obra.
*Ampliar el acceso sistemático a la asistencia y garantizar la capacidad para abordar las necesidades específicas y únicas de las víctimas masculinas y femeninas.
*Aumentar el número de traductores, especialmente de Creole haitiano, para ayudar a identificar a las víctimas y remitirlas a los servicios de atención e inspecciones laborales.
*Investigar y enjuiciar enérgicamente los delitos de trata y buscar penas adecuadas para los tratantes condenados, incluidos los funcionarios cómplices, que deberían incluir penas de prisión significativas.
*Garantizar que las víctimas potenciales de la trata de menores, incluidas las que participan en bandas y en el tráfico de drogas, sean examinadas, identificadas y derivadas a centros de atención, y que no sean penalizadas indebidamente sólo por actos ilícitos cometidos como consecuencia directa de haber sido víctimas de la trata.
*Proporcionar recursos humanos y económicos adecuados y formación a las fuerzas de seguridad, los fiscales y los jueces para combatir la trata, especialmente en las zonas situadas fuera de Santo Domingo.
Estoy plenamente segura que, con apoyo de sociedad civil y organismos internacionales presentes en el país, aunado al espíritu de voluntad, compromiso y disposición de recursos, las autoridades que forman parte de la Comisión Interinstitucional contra la Trata de Personas y el Tráfico Ilícito de Migrantes, -CITIM- (ministerio público, conani, ministerio de la mujer, ministerio de trabajo, cesfront, entre otros), pueden lograr el desempeño sugerido en esas recomendaciones prioritarias.
Debemos tomar conciencia de que, ciertamente, enfrentamos una gran mirada negativa desde el ámbito internacional en las evaluaciones de trata de los dos últimos años, de un país que, por otro lado, ha presentado una mejora significativa a nivel mundial en su turismo y crecimiento económico; imagínense la consecuencia grave que arrastraría la caída a nivel 3 de República Dominicana por el reporte de trata: cómo impactaría la economía, como se afectaría el turismo…. Pensarlo es alarmante, ¡cómo fue posible permanecer dos años consecutivos sin mejora alguna en combate a la trata! Es alarmante….
La buena noticia es, que esta alarma, esta alerta, este llamado a RD, es también, la gran oportunidad.