Pocas personas conocían mejor a Raúl Pérez Peña (Bacho), que el doctor Cantisano, quien a su vez fue de las personas más queridas por Bacho a lo largo de su vida. Aquella historia se remonta a inicio de la década de 1950, cuando la historia unió al entonces joven médico quien realizaba su residencia profesional en El Mamey, Los Hidalgos (provincia Puerto Plata), lugar natal de la familia Pérez Peña. Desde entonces, unos vínculos extraordinarios de amistad conectaron a la familia Pérez y a la familia Cantisano, a lo que luego se sumó la familia Vargas Jiménez, también oriunda de El Mamey, y que posteriormente sería la familia política de Bacho. Pero más allá de ese origen de amistad y admiración, la sensibilidad de Bacho hacia el trabajo social de la medicina del Dr. Cantisano era también enriquecida por la labor que el doctor realizaba como gestor cultural. Hoy queremos recordar esa labor gigante del doctor Rafael Cantisano Arias.
Rafael Cantisano Arias, un ser social y gestor cultural*
(Publicado originalmente el 31 de octubre de 2017 en la columna Pancarta del Listín Diario)
Raúl Pérez Peña (Bacho)
Es imposible plasmar en un artículo periodístico las cualidades humanas, sociales y ciudadanas que distinguieron al doctor Rafael Cantisano Arias.
Decir “misión cumplida” también es quedarse corto para describir lo mucho que hizo en distintas esferas, y todo lo que anhelaba emprender y culminar.
La vida nonagenaria de Rafael Cantisano Arias lo consagra como auténtico “médico de la familia”, algo que sabe quien escribe desde que él vivió mi casa materna en El Mamey, Los Hidalgos, cursando su pasantía antes de su matrimonio con la educadora Teresita Rojas. La pareja pasó a residir a otra pequeña casa de nuestra familia.
Bajo las precariedades de salud que perfilaban sus postrimerías de vida, le prometí continuar mis visitas “porque a mí me gusta mucho hablar con usted”.
Su universo de vida y sus conocimientos de la cultura del nacido y criado en zonas rurales convirtieron al Dr. Cantisano en una enciclopedia viviente del habla y expresiones propias de la cotidianidad campesina.
Me quedaría en pañales si finalizo o me limito a la diversidad temática que auscultó como un apasionado cultural.
Cantisano Arias ejerció la medicina siempre con un perfil social, sin la brújula lucrativa, convirtiéndose en un gestor cultural importante del país.
Dedicado al fomento de la cultura rural del Cibao, fue alma y animador durante años, de legendarios festivales de música campesina en La Isabela, a los que asistían Fradique Lizardo y otros maestros folcloristas.
Allí se levantó el Museo Precolombino con las huellas de sus esfuerzos.
Rafael Cantisano Arias, historiador y pensador de la medicina social dominicana, legó varias obras relevantes de su autoría.
Esa trayectoria fue reconocida por instituciones como el Colegio Médico Dominicano y el Centro León. Allí reposan sus archivos personales en el Fondo de Cultura Popular Dominicana “Rafael Cantisano Arias”, un verdadero tesoro de la cultura dominicana y caribeña.
Me honra mucho haberme sentido tan cerca del doctor Cantisano, que gozaba escuchar sus expresiones “de puro campo”, mientras yo acechaba el momento oportuno para “tirarle” otra.
Rafael Cantisano Arias, trató a mi familia como su familia y siempre fue para nosotros ejemplo de humildad, trabajo, honestidad y servicio desinteresado.