El movimiento portuario dominicano, referente a las importaciones en contenedores que realizan principalmente las industrias y los comercios del país, para la ejecución de sus respectivos procesos, está concentrado en mas de un 90%, en dos puertos que son, el Multimodal Caucedo y Haina Oriental (Dominicana en cifras, 2020, págs. 193-196), tal como se muestra a seguida:

Por otra parte, durante el año 2019, el total de buques cargueros que entraron por los puertos del país fueron 3050, de los cuales el 77.3%, o sean 2359, lo hicieron por los puertos Multimodal Caucedo y Haina Oriental y desembarcaron un total de 20,235,655 toneladas métricas, que incluyen la carga líquida, carga a granel, sólida y suelta Por estos dos puertos entraron un total de 7,643,868 toneladas métricas casi en su totalidad en contenedores.

Observando las cifras anteriores se concluye que estos dos puertos manejan una gran cantidad de contenedores, que requiere para una operación eficiente de una muy buena logística, gran infraestructura y adecuada administración.

Lo cierto es que los usuarios de los servicios portuarios, sobre todo los pequeños y medianos industriales cuando requieren de estos servicios, deben de caminar el vía crucis que, en la mayoría de las ocasiones, es mas largo que las 14 estaciones del vía crucis de Jesucristo en el camino a la crucifixión.

Pero si su industria está acogida a alguna de las leyes de incentivo, entonces su vía crucis se hace mas largo ya que hay que completar un procedimiento adicional que en muchas ocasiones encuentra obstáculos del sistema aduanal o de orden administrativo. Lamentablemente la cuestión con la aplicación de las leyes de incentivo a la actividad industrial es que, en nuestro país, las leyes cuando se crean se hacen con el criterio de que todos las violamos, es decir, se legisla para la trampa y cuando el que aplica la ley lo hace con el criterio de que todos tenemos la intención de violarla, ahí es que el vía crucis se hace mas largo.

Veamos un ejemplo del diario vivir en los puertos del país.

La ley 84-99, que incentiva las exportaciones mediante la exención del ITBIS a la materia prima que utilizará su industria para la fabricación del bien o bienes a exportar, es aplicada por Pro Dominicana y la Dirección General de Aduanas, la primera es la institución que supuestamente debe incentivar la actividad, la segunda es una institución colectora de impuestos. 

Contrariamente a lo que debiera ser, para este caso, se precisa completar un proceso adicional que regularmente requiere de tres a cuatro días para terminarlo, ya que la materia prima a exonerar deberá pasar por un proceso y aunque con la nueva agenda de la DGA debería concluir en 24 hora, se requiere de un proceso de verificación visual porque los equipos de rayos x que existen en los puertos no funcionan para inspeccionar materia prima que importa la industria que pretende realizar una actividad acorde con las normas y buen proceder; si tiene suerte podría conseguir una cita para la verificación en 24 horas.

Una vez verificada la materia prima y concluidos los procedimientos necesarios, entonces se procede a solicitar una cita para la asignación del chasis requerido para el transporte, cita que si también tiene suerte puede conseguirla en unas 12 a 24 horas, porque la misma está afectada por la disponibilidad de chasis del puerto.

Todo esto conlleva a un incremento cuantioso de los costos en los puertos y además en muchos casos a un retraso para la industria, lo que se traduce al final en una falta de cumplimiento en las fechas de entrega de los productos terminados que elabora la empresa.