Todo depende si controla el Senado y la cámara baja. Ya tiene el primero en sus manos y el segundo está en disputa. Si controla ambos tendrá poder absoluto para que sus propuestas de campaña sean aprobadas, especialmente en materia de migración, aborto y política exterior.

Sus prioridades a lo interno de Estados Unidos son expulsar a todos los indocumentados, terminar el muro fronterizo con México, intensificar la lucha contra los carteles de la droga, incluyendo la pena de muerte a los traficantes y cerrar el Departamento de Educación para que sean los estados que lo administren.

También planea recortar fondos a las escuelas que enseñan teoría crítica de la raza e ideología de género y restablecer la Comisión 1776 para "enseñar nuestros valores y promover nuestra historia y nuestras tradiciones a nuestros hijos". Su idea es darles a los padres la última palabra en materia educativa.

Igualmente, recortar los programas que promueven las transiciones de género y reemplazar el Plan de Salud conocido como “Obamacare” lo cual no logró en su primer mandato.

En materia económica tiene intención de reducir los impuestos y bajar la inflación. Pero nada más ya que si fuera por la economía los demócratas debieron ganar las elecciones. La inflación esta casi en su rango meta (2.4% en septiembre) y el desempleo en mínimos históricos (4.1%).

En cuanto a su política exterior, sus objetivos son más controversiales.  En relación con la OTAN, Trump aseguró que no cumplirá con la cláusula de defensa colectiva entre los países miembros y dejará que Rusia haga lo que le da la gana si no se cumple con el pacto sobre el gasto de defensa. Eso gravitará en el deterioro de las relaciones entre EUA y la UE.

Trump se comprometió a terminar la guerra entre Rusia y Ucrania lo que supone que no habrá más ayudas militares de Estados Unidos a Ucrania y que se forzaría a una negociación con Rusia cediéndole territorios ya conquistados. Pero no habrá cambio respecto al medio oriente y el apoyo incondicional a Israel.

Planea imponer un arancel de 60% a todas las importaciones de China y fuertes sanciones económicas al gigante asiático lo que profundizará los conflictos geopolíticos.

En fin, casi nada cambia con respecto a su anterior mandato, aunque muchas de sus propuestas nunca se pudieron concretar cuando fue presidente entre el 2017 y 2021.

En estas elecciones, la economía, como sucede casi siempre, no fue determinante en los resultados electorales. Se impuso el tema migratorio, la defensa del territorio nacional, el patriotismo a ultranza (envuelta en una nube de racismo y xenofobia) y la política exterior, temas sobre lo que descansó la campaña de Trump.

En cuanto a República Dominicana, poco o nada cambiará con Trump en la Presidencia ya que las relaciones bilaterales están en su mejor momento y no tiene que ver con el partido que gobierna en Estados Unidos. Más bien, podríamos salir beneficiados con estos resultados electorales.

En la toma de posesión de Luis Abinader, el presidente Trump envió una amplia delegación encabezada por Michael Pompeo, secretario de Estado.

Pero no se puede decir lo mismo de los dominicanos ilegales que viven en Estados Unidos, que sufrirán la persecución y el miedo a ser deportados.