Resultaría odioso para cualquier pedernalense emotivo y políticos en campaña sin planes, sugerir un pare de la pavimentación de las calles de los dos municipios de la provincia Pedernales: Oviedo y Pedernales, como capital, para construir el alcantarillado pluvial y sanitario y la planta de tratamiento de aguas residuales.
Pero lo primero es lo primero, y eso solicito.
Los pueblos de la frontera, históricamente, han tenido que mendigar a las gestiones gubernamentales obras para servicios básicos que deberían hacer, de manera espontánea, porque son parte de sus deberes.
Así que temen perder las muy escasas oportunidades, cuando se presentan, y consideran una herejía cualquier amago discursivo orientado a la detención de algún proyecto en curso para priorizar otro que impactaría más en la salud de la gente y evitaría dilapidación de millones de pesos.
Un ejemplo: el actual proceso de asfaltado de las calles de esta comunidad del extremo sudoeste camino a convertirse en destino turístico.
Entendible la aprensión, por el carácter inusual de la mejoría de las calles; sin embargo, se necesita ir más allá de las emociones políticas para entender la razonabilidad de la pausa solicitada para “comenzar por el principio”. Es, tal vez, muy grande el impacto de las enfermedades hídricas y de la piel en la economía familiar causadas por la ausencia de un sistema de recolección, disposición y tratamiento de las aguas sanitarias.
La provincia carece de alta pluviometría y, por tanto, de ríos caudalosos. El principal es el Pedernales, que divide de Haití (divide las aguas entre dos naciones), y El Mulito, como afluente. Esas fuentes languidecen en tiempos de sequía extrema, como la que comenzamos a sobrepasar. La precipitación anual ronda los 600 y 800 milímetros. Y la temperatura media al año, entre 26 y 29 grados Celsius.
Ante esa realidad, la comunidad se ve obligada a construir pozos tubulares para el aprovechamiento de las aguas del subsuelo, sin percibir el alto grado de contaminación del manto freático por la infiltración de los sépticos y las letrinas.
Eso, casi seguro, será así eternamente, pese a que INAPA edifica un depósito con capacidad para 1 millón de galones de agua, paralelo al del acueducto local. Las sequías estacionarias son largas; no siempre habrá agua para llenarlos.
Imposible, entonces, tapar ese mal con asfalto. De ahí nuestro encarecido pedimento al presidente Luis Abinader para que ordene una licitación de las obras que liberen nuestro subsuelo de materia fecal y orina.
Ningún otro momento será más oportuno que ahora. A un costo de RD$1,200 millones, el Gobierno construye, en Cabo Rojo, las exclusivas obras hidrosanitarias (acueducto, tuberías, alcantarillado, planta de tratamiento) que servirán a los hoteles del Proyecto de Desarrollo Turístico (12,000 habitaciones en edificios con un máximo de cuatro pisos).
El director ejecutivo del Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillados, Wellington Arnaud, ha garantizado que serán entregadas en noviembre de este 2023.
Excelente. Digno de aplausos sinceros.
Sería, sin embargo, un acto de injusticia que tal proyecto excluya a los municipios; sobre todo, porque el enfoque de desarrollo turístico planteado por el Gobierno se distancia del paradigma que implanta ciudades del bienestar versus ciudades del padecimiento, para integrar a las comunidades de modo que sean protagonistas de sus procesos.
La inversión es necesaria, humana. De nada serviría el cuidar la salud de los turistas en Cabo Rojo, si las comunidades receptoras de ellos están enfermas por el uso de aguas subterráneas contaminadas.
La superficie de la provincia es de 2,080 kilómetros cuadrados. El municipio cabecera mide 1,120, y Oviedo, 959.6. Pero el 68% del territorio total está concentrado en los parques nacionales Jaragua y Baoruco.
O sea, el sistema de tratamiento de aguas residuales en los dos pueblitos, no sería costoso en vista de la poca superficie urbanizada, pero sí aportaría grandemente a la salud de la gente. Misma que servirá a los exigentes ecoturistas esperados.
Del presidente Abinader esperamos noticia.