Según el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), una gran parte de los embarazos producidos anualmente son ejecutados sin previa planeación (2022). En el contexto actual, con la profunda cantidad de conflictos armados y situaciones de pobreza mundiales, solo se espera que lamentablemente esta cifra aumente, pues en circunstancias como estas es difícil el acceso a los métodos anticonceptivos (UNFPA, 2022). Al situarnos en el marco de la República Dominicana, desde hace varios años ha sido motivo de debate no solo el embarazo no planificado, sino también su alta presencia en nuestras juventudes. En el 2022, se registraron un aproximado de 25, 461 embarazos adolescentes en todo el país, lo que representa el 19.74% de todos los embarazos nacionales (ONE, s.f). El peso de estos números es un testimonio de la grave situación que atraviesan varias familias dominicanas, y es un llamado de atención y acción para aquellos líderes de la sociedad civil y política que puedan ofrecer y planificar soluciones.

 Las causas de la gestación precoz son diversas. Sin embargo, algunos especialistas sugieren que su principal fuente de origen es “la falta de consciencia y discernimiento de los jóvenes sobre los efectos de tener relaciones a temprana edad” (Paulino, 2023). La familia dominicana que encienda un televisor puede encontrarse con un contenido variado, pero es una realidad que gran parte del mismo va a estar orientado hacia el material para mayores de 18 años. Lo mismo ocurre con los medios de comunicación y las letras de las canciones modernas, que han sido motivo de críticas por el contenido negativo y sexualizado que ofrecen, además de la casi inexistente barrera que existe entre estos elementos y las juventudes. Según la psicóloga Ana Simó, “la música tiene un impacto en el comportamiento humano” (Peña, 2020), ¿cómo nos sorprendemos de la existencia de la vida sexual en menores, si desde la infancia han sido expuestos a contenido explícito de forma pasiva, principalmente gracias a la música? La sociedad ha dejado desatendidos a los más pequeños, y una de las mayores consecuencias de este acto son los embarazos juveniles.

Las consecuencias de este fenómeno son reflejo de la falta de cuidado que presentan la niñez y juventud dominicana. Algunas de las más comunes son la deserción escolar, las cifras muestran que el 33% de las juventudes en embarazo abandonan el proceso educativo, y el rechazo sociofamiliar, pues estos eventos representan un escándalo en el seno de algunas comunidades (especialmente rurales) que tienden a dejar una marca negativa ante algunos ojos externos e internos al núcleo familiar. Estos estigmas son marcas psicológicas que probablemente acompañen a estos individuos de por vida (Paulino, 2023). En casos más extremos, estas gestaciones tienen como consecuencias el suicidio, el fallecimiento durante el parto y el aborto espontaneo (Langer, 2002). Estas repercusiones de seguro han cambiado la vida de muchas familias para peor. 

Usualmente cuando se habla de embarazos precoces, se suele hacer mención a las tres causales como posible solución. La autora de este ensayo no se encuentra de acuerdo. Las tres causales son una medida de consecuencia, más no de resolución. El aborto no impide que un par de adolescentes se adentren a la vida sexual temprana, es solo una herramienta de la cual se hace uso después de que aparezca el problema a enfrentar. Una buena respuesta debería incluir a varios sectores de la sociedad: padres, hijos, escuelas, instituciones gubernamentales y no gubernamentales, etc. Y si la principal causa de esta problemática es la influencia negativa que reciben los jóvenes, deberíamos también llegar a una solución que cuide el contenido al cual los adolescentes se exponen.

En Ecuador, la Estrategia Nacional Intersectorial de Planificación Familiar y Prevención del Embarazo en Adolescentes se presenta como iniciativa prometedora de la cual República Dominicana podría aprender un poco. Con la implementación de la educación sexual, una línea de consulta gratuita para adolescentes, la capacitación de la planificación familiar, y los dispensadores de métodos anticonceptivos en toda la población fértil (MSP, s.f), Ecuador ha llegado a una solución multifacética que no debería tardar en arrojar buenos resultados. Nuestros jóvenes necesitan ser urgentemente atendidos. Hemos dejado que los más pequeños incurran en prácticas no aptas para su edad por el simple hecho de estar distraídos, de normalizar generaciones de violencia y pobreza, y por sostener la creencia interna de que los adolescentes son plenamente conscientes de sus actos o que nuestras malas decisiones no les afectan. Es momento de decir basta, de poner un alto al robo de la inocencia que muchos experimentan, y de ser conscientes del largo sufrimiento que nos ha traído, y seguirá trayendo, la gestación precoz.

Referencias