Esta novela de Editorial Santuario, con diagramación y diseño de la portada a cargo de Amado Santana, fue impresa en Impresora Soto Castillo, Santo Domingo Este, República Dominicana, 2024. Tiene 97 págs.

Consta de quince (15) capítulos y un epílogo que recogen el trasiego de un núcleo familiar, atravesado por la fatalidad de un destino desenfrenado que convirtió en desdicha el vivir de unos personajes situados entre la desdicha y la tragedia.

Con un narrador-testigo y participativo, los hechos son colocados desde un discurso narrativo en acción secuencial, como quien, a sabiendas de su agonía, se dispone a buscar nuevos senderos en su vivir.

La errancia y la resiliencia, desde el transitar entre calamitosos senderos geográficos, son panoramas de un contexto donde el luto o la muerte constituyen el ambiente de la angustia y el soñar con otros senderos, en procura de paz interior y seguir viviendo.

notas de la autora, Carmen Virginia Guerrero, tomadas de la contraportada de la referida obra.

Lo geográfico, como extensión de espacio, va más allá de la búsqueda de los sentidos que forja la tranquilidad, desde la naturaleza, como hábitat de personajes destinados a construir su paz espiritual en la humedad de un jardín y el polen de unas flores, entre lirios y crisantemos, marcando el camino de lo onírico y la historia de asombros de Bernardette Favre, como personaje, envuelta entre la niebla del misterio y la ausencia familiar.

En esta novela transitan las migraciones europeas, entre España y el este Caribe tropical y ardiente, y una relación de la historia de la integración del pueblo dominicano, lo que permite registrar en esta obra una tonalidad de búsqueda y reafirmación de nuestras huellas identitarias como nación.

Desde esta obra, entre proyección de lo ficcional y la creatividad de la autora, se fijan episodios de nuestra historia y la integración del soporte étnico de nuestro mulataje, entre la supervivencia y el coraje, para sostener su resistir, resaltando la simbología del existir con dignidad, desde lo humano.

Cuando usted, amigo lector, no pueda leer esta novela como acto narrativo y creativo, tendrá que asumirla como documento histórico que registra el proceso de nuestro devenir histórico, como país, desde lo estético, la objetividad del discurso y la proyección estética de su narrar, donde hasta la revolución de abril es parte del escenario de acción en esta novela.

He aquí la novela del narrar del transcurrir vital de una familia y la memoria alternativa para una válida documentación histórica.

Afiche que sirvió de promoción al acto de puesta en circulación de la ya citada obra, en la Biblioteca "Pedro Henríquez Ureña", en la plaza de la cultura

He aquí el huir de uno mismo en busca de la paz interior, lejos de la multitud. Así fue la vida y el transcurrir de Bernadette Favre, al quedar entre el dolor y el luto, convertida en peregrina en estas tierras que también se convirtieron en su refugio inmediato.

Hay aquí el narrar de la emigración constante del sujeto, en procura del reencuentro con su propia letanía existencial. Es esta una novela del sujeto errante, del caminante sin rumbo que sólo tiene como certeza el sueño de vivir su propia incertidumbre existencial.

"Por allá por la montaña" es la transmigración del sujeto, sin perder su raíz identitaria, su simbología de ser errante que cuando cree alejarse de sí mismo, es cuando más se adentra a su autoconocimiento espiritual y se acerca, cada día más, a su propio yo introvertido, desde supuestas lejanías que, al final, se convierten en cercanías irrenunciables del vivir.

Aquí, la autora recurre a la naturaleza, no sólo para proyectar el misterio de su flora y el sereno discurrir de las aguas del río, sino también para dejar al lector los sentidos de su moralidad y de sus principios de vivir apegado a una ética, en convivencia de respeto y paz con los otros.

Vivir el hoy, sin diluirse en las letanías del pasado. Hacer del presente una razón imprescindible para nuestra existencia es parte de la narrativa en esta obra.

He aquí la defensa crucial de nuestro derecho a ser y a existir ante los malabares del destino. Hay aquí una válida opción para asumir nuestro derecho a vivir en los espacios que nos permitan sentirnos en paz, con nosotros mismos y con los demás.

Es una lección de vida lo que tenemos aquí, convertido en una realidad ficcionada por la autora. Es esta una novela de la errancia y la resiliencia humana.

Amigo lector, amiga lectora, busquemos aquel lugar situado en la comunidad "El Río", aquí en Constanza, en tu país, en nuestro país, y, desde la lectura, hagamos de "Amor de Conuco", en Constanza, el espacio ideal para hilvanar nuestros matices y nuestros sueños como humanos, y, desde allí, también narrar nuestro existir, nuestra historia.