La creciente urbanización que se puede observar en nuestro país, desde el Distrito Nacional hasta las diferentes provincias, nos hace caer en la cuenta de que aparentemente hay un grupo de ciudadanos en este país que disponen de una liquidez y capital activo, para hacer inversiones pequeñas y emprender proyectos de negocios, personas que han podido ahorrar, o que han vivido en el extranjero y que regresan a su país, o que pueden ser aquellos que han sido liquidados de un trabajo y hasta quienes han recibido una herencia familiar.
El inicio del año atrae al emprendimiento que subyace en cada quien, iniciar en nuevos proyectos que demandan la inversión de capitales y activos, en los negocios. Quienes han tenido experiencias de éxito saben que esto se logra con esfuerzo, disciplina, austeridad y dedicación. No aparece un negocio formal y serio que haga aumentar el activo liquido “de la noche a la mañana” todo lleva un proceso de tiempos y precisamente estas cualidades humanas mencionadas anteriormente deben ser parte primordial de quienes se plantean laborar en los negocios.
El equipo que va a invertir un capital para iniciar un proyecto o negocio debe hacer un estudio de factibilidad y análisis de mercado, o sea el ambiente en que se va a desenvolver, así como sobre sus competencias personales para los negocios, también estudiar los puntos fuertes y débiles de otros proyectos de negocios ajenos, pero similares que ya están y si es posible estudiar, las causas de proyectos parecidos que ya no están, porque han fracasado.
Las competencias interpersonales que deben tener quienes forman parte de un proyecto de negocio son esenciales para el éxito que se pretende lograr entre ellas las fundamentales son:
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Buen trato al cliente y dentro de esta actitud se encuentra: La escucha activa, la cual consiste en prestar toda tu atención para comprender lo que el cliente necesita.
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El interlocutor o vendedor en un negocio debe tener la capacidad de comunicar no solo con las palabras de forma amable y generando un ambiente de respeto y cordialidad, sino también con su lenguaje corporal, el cual es muy significativo en la empatía que necesita cada cliente.
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Poner en práctica la inteligencia emocional con comentarios constructivos que motiven al cliente a comprar o consumir el producto que el negocio ofrece.
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Manejarse con ética al vender, el proyecto de negocio debe percibirse por sus empleados y dueños como un servicio que se le brinda a los requirentes, no debe ser percibido por los empleados como un medio de especulación, ni crear expectativas falsas de los productos en venta. La ética del vendedor consistirá en brindar la información real del producto, sin especulaciones erróneas.
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Esta actitud permite crear la confianza al consumidor para futuras compras y requerimientos de servicios. Lo más valorado por los clientes será poder contar con una localidad comercial o negocio en donde se sienta tratado de manera personalizada y tomando en cuenta estos detalles que hemos comentado de atención al cliente.
Sobre estos temas continuaremos hablando.