1
Tiempo habrá para los demás, el trabajo, los estudios …,pero nunca será suficiente para ti.
Hoy amanecí leyendo salmos, versículos y cánticos en el tabernáculo de las letras en las páginas de El Quijote.
Las faenas del espíritu llegan a mi socorro contra el vulgar apego hoy lamentablemente demasiado humano.
Mi crédula y fantasmagórica inocencia de un ayer pereció, irremediablemente a mis espaldas, en un arreglo de cuentas con los días que acontecen.
Los dioses al homo sapiens: si quieres sobrevivir, crear y multiplicar es la consigna.
2
El robot humano tensa los músculos productivos en el inhóspito valle de la faena jornalera.
Mi empeño es esparcir obra y memoria de nuestro aliento; esperar la germinación , el crecimiento.
Harto de huir de mi memoria, hoy reinvento de modo propio y personal la historia humana, mi historia, por otros labrada.
Para amar lo nuestro basta con cultivarlo sin necesidad de odiar lo del otro.
Se vive la expectación ante lo deseado; luego, el recuento del encanto o desencanto ante lo sucedido.
3
Los espacios del ocio y haraganeo me han salvado de la atrofiante morosidad y rutina del trabajo ganapán.
La complejidad de las cosas es algo natural y no debe aturdirnos, sino hacernos los complejos en la simplicidad del vivir.
Ante todo, luz; también sombra y penumbra con arreglo a la luz.
Presto estoy a desandar lo vivido; ahora aún más, que puedo adicionar los aprendizajes del trayecto recorrido.
El homo sapiens a sus creadores los dioses: amén; pues, bien, destruiré todo, empezando por mi propia memoria.
4
Los inspiradores frutos de la emoción y la razón han subvertido la paz y el bienestar de la esclavitud laboral.
En la búsqueda de mi propio yo, cuando los demás me encuentran no me siento en sus búsquedas.
¡No! a la crítica sin aliento y malintencionada; al “no” o al "pero", que buscan bloquear la ruta hacia tus metas.
Guiado por la vida biológica, utilitaria, vegetal, el codicioso se nutre de la hiel, de lo menos sano y valioso del ser humano.
Del brazo del asombro navego hacia lo desconocido sin fin, esperanzado de encontrar lo deseado sin las tinieblas de la gloria.
5
Dinosaurios redivivos de los horrores de un lejano mundo se acercan hoy envueltos en nocturnas pesadillas al exquisito bienestar de la edad madura.
Mis temores encienden mi imaginación e iluminan los siniestros lugares de mi universo interior.
Toda ambición desmedida es fuerza destructora, reveladora del inframundo de la conciencia.
Desde la cima de mis aspiraciones luce pequeño el mundo de mis necesidades y recursos.
La espera se llena de esplendor cuando sin estorbo de la vanidad aporta fortalecida esperanza a la tesonera labor del día a día.
El cultivo y, acaso, el provecho; luego agradecer a la vida los tantos dones recibidos y repartidos.