En medio del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania se ha especulado que si los estados de occidente entran a la defensa de Ucrania se provocaría la tercera guerra mundial. Empero, aunque no participan de manera convencional, las sanciones económicas impuestas a Rusia ya están surtiendo efecto psicológico en el círculo de oligarcas que han financiado las pretensiones expansionistas de Putin por años.

¿Pero estamos a salvo del todo en materia de ciberseguridad? En ese sentido, investigaciones del año 2017 demuestran que Rusia provoco un apagón a ucrania 4 años luego de haberla invadido, así como también más de 12 empresas en Estados Unidos sufrieron algún tipo de sabotaje en sus redes, disparando las alarmas de los gobiernos a nivel global de ¿qué pasaría si este tipo de ataques tomaran la connotación de guerra?

Si se toma en cuenta que 4,590 millones de personas usan internet, es decir, el 62.5% de la población que en todo el mundo y que las principales operaciones son ya automatizadas, no existiría un país que este exento de los inminentes danos que los ciberterroristas no pudieran alcanzar. Para muestra un botón: las cuestionadas elecciones del 2016 que le dieron la victoria al expresidente Donald Trump, en la nación donde se inventaron las redes de ciberseguridad.

Esto provocó un arsenal de investigaciones que llevaron a países aliados a razonar que los piratas cibernéticos pueden modificar el curso de la historia política de una nación para siempre, si no se toman las medidas correctivas que soluciones el problema; ya que todo estamos a la merced de un “clic” por parte de hackers.

Pero todo indica, que estamos desnudos en materia de seguridad y que si los recientes sabotajes a empresas estadounidenses no pone en alerta a los sistemas, financieros, universidades y a toda empresa que opera de manera virtual, para asegurar que se tomen medidas conjuntas que preserve la inviolabilidad de todos los datos que se comparten en internet. Llevándonos a reflexionar sobre las “garantías” que deben darnos los Estados para evitar que nuestros datos, dinero e información está ya comprometida.

Por ejemplo, la empresa JBS USA es parte de JBS Foods, una compañía que distribuye sus productos a nivel mundial sufrió el año pasado un ataque a su planta. Imaginar, por un segundo, de que esos asaltantes cibernéticos puedan tomar control de los sistemas de agua potable, empresas farmacéuticas, Sistema de transporte o la misma prensa; para hacer literalmente que todo colapse es peor que una película de ciencia ficción.

Bajo las condiciones actuales, no existe nada que pueda impedir ataques cibernéticos, sobre todo con una economía como la de china que está al acecho de convertirse en la primera potencia, y que con el debilitamiento de Rusia por la gran cantidad de sanciones, hará que tanto el odio como los deseos de controlar el mundo se le hayan puesto en bandeja de plata a naciones con una relación antagónica con EE.UU.

El mundo demostró como dos años de pandemia laceraron más que la moral de los países, ahora, con ataques de hackers con el suficiente conocimiento y bajo el financiamiento de países, enemigos de estados Unidos y sus aliados, pueden hacer que el mundo se ponga de cabezas, están al acecho; que pese a la creación de sistemas de máxima seguridad; todo apunta a que estos no son suficiente.

Es duro decirlo, pero el mundo se encuentra en medio de una postguerra fría con ataques cibernéticos por doquier, que cada vez más amenazan uestra seguridad y la seguridad de nuestros recursos. ¿Pudo esto haberse prevenido? La respuesta es no, especialmente bajo un mundo con fuertes tendencias hacia la globalización digitalizada de todas sus esferas.