¿Es difícil lograr la diversificación de la política turística convirtiéndola en la otra pata de la mesa de la caficultura, y viceversa? La respuesta es no. Es fácil.

Con voluntad política y claridad de pensamiento hacia el aprovechamiento de las oportunidades existentes y no valoradas lo suficiente o ignoradas, con la articulación del turismo y la caficultura se impulsarían nuevos factores de desarrollo que están ahí, dormidos en nuestras comunidades, que pueden y deben convertirse en generadoras de empleos productivos que eleven la calidad de vida en la zona rural, y en consecuencia, contribuya a  reducir o detener el abandono de los campos por parte de nuestros jóvenes y mujeres, eufemísticamente llamado, migración interna.

Tal articulación implicaría ofertas educativas propias del nuevo escenario de la economía y el mundo del trabajo en el siglo XXI (tecnología en general, telecomunicaciones, nueva matriz de producción de energía, industria alimenticia y las artes). Obvio que también implicaría mejoría de las redes de caminos, puentes y carreteras.

Urgen políticas nuevas líneas de acción para la promoción del turismo rural y comunitario: deportes de montaña: ciclismo, senderismo y escalada. Disfrute de ríos, cascadas, minas, lagunas y lagos; construcción de rutas, ferias y festivales del café, del cacao, del mango; proyectos modelos de la pecuaria nacional; conocimiento y disfrute de nuestra gastronomía regional familiar, por igual conocer nuestro sincretismo, religiosidad, historia, carnavales, arquitectura. ¡todo lo que somos!

En fin, una visión turística-cafetalera que sirva al desarrollo local integral de tal manera, que las familias cafetaleras salgan de la pobreza y superen aquello de “que solo ven dinero una vez al año”.

Como vemos, una nueva visión en el turismo rural comunitario se traduciría en aumento de la producción agropecuaria y en seguridad alimentaria para las familias, constituyéndose en una línea de acción para golpear la pobreza que en las zonas cafetaleras dominicanas, es de las más altas de la región.

Se trata, de dar una mirada turística al patio de la casa.