1.- En la República Dominicana, las personas que escogieron la política como actividad comercial habitual, en su mente tienen dos conceptos de pueblo, uno abstracto, y otro real, el de carne y hueso, que siente y padece.
2.- Nadie sabe, ni se supone, qué maldad le ha hecho el verdadero pueblo dominicano, a los negociantes de la politiquería, para que le hagan tantas y tantas perversidades, travesuras de todo tipo.
3.- Una persona con sano juicio, no llega a comprender qué motiva a grupos que incursionan en cosas políticas no santas, a maquinar, confabularse para maltratar a una comunidad de mujeres y hombres que lo único que han hecho es trabajar para que un grupo de truhanes la pasen de maravilla.
4.- Por qué insisten en mantener hundido en la más horripilante miseria, a esos que en el campo y en la ciudad bajan el lomo, para generar riqueza que solo disfruta la minoría nacional.
5.- Resulta molesto, irritante, que ese conjunto de pobres, que aquí comen a veces, sean sometidos a la ignorancia para que acaricien el modelo económico que les mantiene en la pobretería.
6.- Qué agravio causó el pueblo, a los que aquí controlan el poder del Estado, que se han empecinado para que siga como hasta ahora, arrastrando hambre, insalubridad, sin techo y teniendo las penurias como aliadas.
7.- Qué daño físico o moral, ha hecho padecer el pueblo humilde a la minoría, a esa que desde el Estado y gobierno hace gárgara con el presupuesto nacional, para que lo traten de manera odiosa, con desprecio.
8.- No hay razón alguna para que esa gente, que hace política por negocio, se deleite haciendo sufrir a las masas populares, cuando estas no son otra cosa que víctimas de un ordenamiento económico y social, que se ensaña contra quienes viven de su trabajo, no robándole al erario.
9.- De dónde sacan los enemigos del pueblo dominicano, tantas astucias para llevarlo, de manera sumisa, a votar por iguales partidos, candidatos de la misma ideología y que defienden idénticos intereses.
10.- El pueblo nuestro, integrado por comunitarios laboriosos, se ha visto en la obligación de mantener, llevando la buena vida, a los mismos que santifican el sistema social opresor, al que hace posible la desgracia de los de abajo, de los que en el país son los más.
11.- Lo que se ve es que a la mayoría de la población dominicana, no la quieren los negociantes de la politiquería, porque además de engañarla, le ha sonsacado, neutralizado con halagos, a sectores lúcidos que bien debieran estar orientando a los marginados sociales.
12.- Cualquier estúpido puede llegar a pensar que los malos de aquí, se han ensañado contra el pueblo de a pie, por prejuicios, y no por conveniencia politiquera, por los beneficios que se obtienen al engañar a los pobres, a las víctimas sistémicas.
13.- La forma como está organizada la sociedad dominicana, es la adecuada para que surjan y se desarrollen parásitos, prestos para hacer cuantas diabluras sean necesarias para que los hombres y mujeres del pueblo permanezcan al margen del poder del Estado.
14.- Para contrarrestar la actividad politiquera que nada sano y limpio ha traído al país, se impone, se hace necesario el surgimiento de movimientos sociales, al frente de los cuales deben estar personas íntegras, auténticas, de una sola pieza, que no se doblen ante la mercancía dinero.
15.- No es que las dominicanas y los dominicanos se han portado mal. Es que el régimen económico y social vigente genera, hace posible, el florecimiento de politiqueros, portadores y encargados de difundir el veneno ideológico que adormece y confunde a los que sufren las taras que llevan a la ignorancia.
16.- Corresponde a las ciudadanas y a los ciudadanos sensibles, accionar políticamente a los fines de que el pueblo dominicano se quite de encima esa plaga de la politiquería que hace imposible el progreso, el desarrollo social.