Existen varios argumentos sólidos para evitar un regreso de Donald Trump a la presidencia, especialmente si se consideran sus posiciones y políticas en torno a la xenofobia, el autoritarismo y su influencia divisiva en la sociedad estadounidense. Trump representa lo estrafalario en la nación norteamericana.

Durante su mandato, Trump implementó políticas restrictivas y marcadamente antiinmigrantes, como la prohibición de entrada a ciudadanos de países predominantemente musulmanes (“Muslim Ban”) y la separación de familias en la frontera. Su retórica ha contribuido a la normalización de discursos de odio y ha promovido la desconfianza hacia las comunidades inmigrantes y de minorías.

Un regreso de Donald Trump podría empeorar la división y exacerbar las tensiones raciales y culturales en el país. Aquí algunos de los puntos más críticos que acompañan la figura de Trump.

Debilitamiento de las Instituciones Democráticas: Trump mostró repetidamente su desprecio por las normas democráticas, intentando presionar a funcionarios para que cuestionaran los resultados electorales de 2020 y buscando deslegitimar el sistema electoral.

Esto culminó en el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021, un evento sin precedentes en la historia de Estados Unidos. Su regreso podría amenazar aún mas la integridad de las instituciones democráticas y fomentar un ambiente de autoritarismo.

Impulso de la Violencia y el Extremismo: Donald Trump ha alentado de forma indirecta y, en ocasiones, directa, a grupos extremistas y violentos. Con su retórica ambigua, en varias ocasiones se ha negado a condenar grupos de supremacía blanca, lo que ha envalentado a movimientos extremistas en el país.

Su retorno podría legitimar nuevamente a estos grupos y aumentar los riesgos de violencia política y social, provocando la posibilidad de una nueva guerra civil.

Aislamiento Internacional:  Trump en su mandato implementó una política de “América Primero” que provocó un distanciamiento de Estados Unidos de muchos de sus aliados tradicionales, debilitando la influencia y el liderazgo global de EE.UU. y sus alianzas. Esto podría general un impacto negativo en áreas como la seguridad nacional, el comercio y la cooperación en temas globales críticos como el cambio climático.

Manejo Deficiente de la Pandemia de Covid-19: Su gestión inicial de la pandemia fue ampliamente criticada por su falta de liderazgo, desinformación y negligencia, lo cual tuvo consecuencias graves en cuanto a pérdidas de vidas humanas y así como en la economía. Recuerdo que llamó a la población a tomar cloro para reducir los efectos del virus.

La forma en que respondió al COVID-19 es un reflejo de su tendencia narcisista a priorizar su imagen y popularidad sobre la salud pública y el bienestar de la población.

División Social y Fomento del Odio: Donald Trump ha profundizado las divisiones entre diferentes sectores de la sociedad, presentándose como una figura polarizadora e irritante, fomentando, al mismo tiempo, el resentimiento entre sus seguidores hacia otros grupos y las instituciones. Un regreso a la Casa Blanca podría amplificar esta polarización, haciendo más difícil lograr acuerdos y soluciones colectivas.

Trump tiende hacia políticas de corte nacionalista, como la imposición de aranceles altos y la reducción de impuestos a las corporaciones, que busca incentivar la inversión empresarial. Sin embargo, este enfoque puede llevar a una mayor desigualdad y a un aumento del déficit fiscal proyectado en más $7.5 billones de dólares en una década, ya que no siempre genera un incremento en el empleo ni mejora económica sustancial para la clase trabajadora.

Evitar su regreso a la Casa Blanca podría ser clave para proteger la cohesión social, la estabilidad democrática de la nación y sus valores de inclusión y tolerancia en los Estados Unidos.