A partir de la investigación de los formalistas rusos, del folklore entendido como dominio de análisis y conjunto material, oral, literario, etnohistórico, se construye un análisis de elementos y constituyentes tanto en el marco expresivo como en el marco temático y formal del texto verbal. Se investiga la literalidad como concepto fundante y a la vez como manifestación del lenguaje y de las formaciones significantes y culturales. (Véase AAVV: Teoría de la literatura de los formalistas rusos, Eds. Siglo XX1, México, 1970 (1978); antología preparada y presentada por Tvetan Todorov).

La poética del folklore y de toda oralidad tiene su anclaje en el verso y la prosa populares, situados en el marco de la emisión textual. Dando apoyo esta búsqueda a los constituyentes parciales o individualizados del texto poético, se entiende esta investigación como un análisis riguroso de los mecanismos de comunicación y significación del texto popular y ritual.

Los recursos utilizados en la lengua poética y la construcción de la función poética son el elemento integrador de esta práctica significante. Cada elemento visto en su particularidad se relaciona y al mismo tiempo crea sus mensajes en la continuidad de mundos imaginarios, posibles y restringidos socialmente.

La poética del folklore es una investigación que concibe las tradiciones populares y la tradición interpretativa de la oralidad como un lenguaje que contiene significado. De ahí que para el folklorista, así como para el lingüista y el antropólogo, el tema y la forma tengan un valor estimable. (Ver, Claude Levi-Strauss: La estructura y la forma. Reflexiones sobre una obra de Vladimir Propp, Ed. Fundamentos, Madrid, 1972).

Se debe a la investigación de eminentes estudiosos e investigaciones, el fundamento de la ciencia del folklore. (E. Meletinski, Vladimir Propp,  Claude Levi-Strauss, Ovidio Birlea, Monica Bratulescu).

Algunos autores y obras obligadas para la investigación del folklore y la oralidad son:

  • Veselovsky: Poética de los temas.
  • Vladimir Propp: Morfología del cuento, Edipo a la luz del folklore, y Las raíces históricas del cuento.
  • Claude Levi-Strauss: La Estructura y la forma; Antropología Estructural I, II; Mitológicas I, II, II, IV.
  • Solomon Marcus: La poética formal del folklore.
  • Mihai Pop: La poética del cuento popular.
  • Adrian Fochi: Estética de la oralidad. Mioritza: Estudio y tipología.
  • Dumitru Caracosta: La estética de la poesía popular.
  • Roman Jakobson-P. G.Bogatiriov: Sobre el folklore.
  • Ramón Menéndez Pidal: Sobre Geografía del folclore.

La poética de la oralidad y el folklore se instituye, además, como una rama de estudio de la cultura de los signos.

¿Qué es la cultura de los signos?

Es un dominio de investigación semiótica que tiene como finalidad conocer, reconocer, situar, estudiar y proyectar la conducta comunicativa del lenguaje a través de los signos-objetos y los interpretantes materiales y sociales de una cultura determinada. La cultura de los signos se manifiesta y se reconoce en el marco semiótico de la investigación y del conocimiento de la cultura material.

Es a través de los dominios o interdominios, así como a través de las regiones del conocimiento en la culturología como pueden situarse y ser reconocidos los signos culturales. Los signos se articulan como relaciones textuales, históricas y semióticas. El espacio de la cultura de los signos es el de la memoria popular y el de las interacciones verbales, orales y sociales.

Existe una relación necesaria entre la ciencia del folklore y la ciencia de los signos. Pues los materiales de la primera constituyen para la segunda el objetivo y el proyecto de investigación. Los elementos autóctonos, así como los materiales identitarios en el proceso de interacción constituyen la base semiótica de la cultura de los signos.

Oralidad y cultura

Utilizando los diferentes recursos rítmicos acentuales, semántico-lexicales, métricos, expresivos y comunicacionales la poesía popular,  tanto en el Siglo XIX como en el Siglo XX tiene sus frutos principales a nivel de los “hablares poéticos”. Autores representativos de esta etapa en la República Dominicana son: Juan Antonio Alix, Emilio Morel, Eulogio Cabral…. y otros.

Una de las formas de manifestación de la poesía popular fue el anónimo; además en la etapa propiamente independentista,  la poesía popular se expresó como copla patriótica de denuncia de una determinada personalidad de la época.

La oralidad comprende todas las formas tradicionales principalmente colectivas urbanas y rurales de un determinado acontecer. Como fenómeno aglutinante, la Oralidad produce formas poéticas y manifestaciones literarias que promueven ideas, representaciones colectivas, ritos, narraciones que se particularizan en una forma tradicional determinada. Ejemplos de estas formas encontramos en el Antiguo Testamento, en la Iliada y La Odisea, en el drama sagrado y en la poesía de la Alta Latinidad y de la Baja Latinidad.

Configurándose como una expresión cultural, la Oralidad aglutina, tanto poesía como prosa, no haciéndose en muchos casos una real diferencia entre ambas modalidades.

Entendida como una noción aglutinante, la Oralidad  reúne también el conjunto de formaciones y creaciones tradicionales en la dinámica de la memoria histórica y colectiva. El primer ejemplo de Oralidad no documentada fue representado en nuestra isla por los areitos. Luego de la llegada de los españoles a la Isla de Santo Domingo; dicha oralidad como fenómeno de integración se registró en algunos escritos de los escribas españoles.

Parte del proceso formal de la Oralidad se puede observar en el descubrimiento de las diferentes “Literaturas” o estilos literarios que se formaron en la época colonial. En esta etapa, la Oralidad debe considerarse como predominantemente lingüístico-literaria; el léxico y las variantes lexicales de ciertos autores de relaciones y escritos (Diario de navegación, Historia General y Natural de las Indias, Apologética Historia y Brevísima Historia de la Destrucción de las Indias, etc.). Estos textos constituyen estilos lingüísticos y orales, cuya realización en el proceso cultural dominicano se ha estructurado a partir de las diversas creaciones posteriores.

Podríamos decir que la obra de César Nicolás Penson Cosas Añejas es un resultado desde el punto de vista lingüístico, folklórico, narrativo, poético e histórico de transmisión oral. También Narraciones Dominicanas de Manuel de Jesús Troncoso se produce en el mismo proceso recesivo.