(Artículo originalmente publicado en el Listín Diario, el 28 de abril de 2013).
Al conmemorarse el 59 aniversario de la resistencia heroica del pueblo dominicano a la ocupación estadounidense en el país, reproducimos el siguiente escrito de Raúl Pérez Peña (Bacho), publicado el 28 de abril del 2013. Bacho retrata el significado eminentemente político de esa hazaña popular que revolucionó la conciencia social de nuestra sociedad, lidereada por Francisco Alberto Caamaño Deñó. Y alerta, además, sobre las maniobras que buscan hoy día despolitizar el “nunca más” del Coronel de Abril.
¿Qué es una fecha patria? ¿Cuántas hay aquí durante el año?
Anote el 28 de abril como fecha patria.
No hay competencia entre una fecha patria y otra. Faltan reconocimientos a días que marcan un antes y un después en nuestra historia.
También llegará el momento de comenzar a designarse un “nunca más”.
El 28 de abril debe conmemorarse como “un nunca más” a una intervención norteamericana y la respuesta heroica de Caamaño.
Por eso se le llama el Coronel de Abril. Eso es más significativo que lo llevaran al Panteón Nacional, donde “no están todos los que son, ni son todos los que están”.
Igual sucede con Rafael Tomás Fernández Domínguez[1].
Faltaría la ocurrencia de “ascenderlo” a General.
Pero que no lo degraden por haber sido el militar político que sepultó en el vertedero de la historia a los militares políticos que tumbaron a Juan Bosch, facturando y cobrando su cuartelazo.
Entonces, es el peso histórico de Caamaño que impone que le abran paso al Panteón Nacional.
Eso entraña reconocer que Caamaño llegó con la frente en alto, no por cortesía.
Nos han “glorificado” a un Caamaño “light”. ¡Cuidado con eso! Un Caamaño “light” no es un arbolito de navidad, ni un globo cumpleañero. Tampoco es un “certificado de buena conducta”.
En consecuencia, precisa recordar que ese Caamaño no “light” seguirá siendo el Coronel de Abril. ¡Moral en alto contra el intervencionismo!
El Coronel de Abril hizo conciencia patriótica, por su sensibilidad social.
En horas, la conciencia patriótica y la sensibilidad social se hicieron sentimiento y visión revolucionaria.
De ahí el gran salto cualitativo, concienzudo, en Francisco Alberto Caamaño Deñó.
Ese fue el Caamaño revolucionario del histórico discurso de juramentación como Presidente Constitucional de la República Dominicana en Armas.
“No me lo mataron. Ni con la distancia, ni con el vil soldado”,
que resultó un General, ¡Francisco Alberto Caramba!
“Ellos contaron el cuento,
Francisco Alberto,
Y ellos no lo creyeron.
Que tú te has ido no es cierto.
¡Tú estás viviendo en el pueblo…!”.
El Coronel de Abril, es el Coronel del puente Duarte, con el pueblo armado.
Del edificio Copello, del parque Independencia.
Fusil en alto… contra la pisada criminal de las botas extranjeras.
Eso es lo que mide el tamaño de Caamaño.
*[Esta publicación es parte del Proyecto por la Memoria Histórica Raúl Pérez Peña (Bacho), auspiciado por sus hijos Juan Miguel, Amaury y Amín Pérez Vargas]
[1] Al momento de la publicación de este escrito, no se había aprobado aún la ley de exaltación del coronel Fernández Domínguez al Panteón Nacional ni llevado sus restos a dicha institución (1ero de noviembre de 2013) [N.d.e].