Ante la elección presidencial en el Imperio Mundial, hay técnicamente una situación de empate en los sondeos entre el republicano Trump y la demócrata Harris.

Ante las posiciones de Trump en temas como el aborto, las armas, las discriminación racial y la actitud ante la inmigración, entre otros, las posiciones, de su oponente son menos agresivas e intolerantes.

Las minorías ( o buena parte ellas), los llamados "liberales" o progres woke, y muchos votantes a los que Trump les produce inseguridad, se inclinan por Harris.

Para un Imperio Global la política internacional es más importante casi que la política interior. O mejor dicho, es política interior.

Harris y Trump en materia de política internacional tienen pocas diferencias. Hay discrepancias sutiles, pero no sustanciales. En esto Harris es Trump, como Trump es Harris.

Todo aquél que es elegido presidente, si accede a esa posición, HACE lo que interesa a la continuidad del Imperio. Y decide o sanciona en función de ello.

Sigue un programa ya consensuado por el complejo militar-industrial, el Consejo de Seguridad Nacional, y otros grupos Ad Hoc.

Las decisiones que toma el presidente, sus opciones reales, son cosméticas, no sobre el fondo. Siguen un guion prefijado.

Para los ciudadanos, votar republicano o demócrata es, de hecho, votar por el mismo partido. O sea, votar por una u otra de sus alas o fracciones. Ambas con un programa a llevar a cabo muy similar, cuando no idéntico.