Éste será el primero de dos temas teológicos que trataremos. Llamamos palabra de Dios a los libros que consideramos sagrados según la religión a la que pertenezcamos, soliendo rechazar a las sagradas escrituras de cualquier otra religión. Para una escritura ser considerada “Palabra de Dios”, se supone que quien la pensó y la escribió lo hizo por inspiración divina.
Se suele tener miedo a analizar la fe personal, lo cual se debe precisamente a falta de fe. Por otro lado, algunos consideran que la razón no tiene ninguna función en los temas espirituales o religiosos, y esa actitud pasiva contribuye al fanatismo religioso. Muchos aspectos de la civilización pueden verse afectados por las creencias religiosas, como: valores morales, crianza de los hijos, cuidado de los desvalidos, política, guerras, etc., por lo que ignorar el tema no impide que, de forma clara o subliminal, influya en la humanidad.
Cuando hemos realizado muchos estudios, tenemos dos posibilidades, sentirnos orgullosos por lo aprendido y considerarnos superiores, o mantenernos humildes al reconocer que no importa lo que sepamos, lo que desconocemos es infinito. Por ejemplo, nos maravilla haber descubierto que el Universo se sigue expandiendo y además cada vez más rápido, no logramos unificar la teoría de la relatividad general con la mecánica cuántica, incluso se ha hablado de que la mayor parte del Universo está constituida por “materia obscura”, lo que quiere decir que no tenemos idea sobre lo que es y solamente podemos mencionar algunos de sus “no es”. Frente a ese universo desconocido, algunos nos sentimos humildes, reconociendo que el conocimiento humano es terriblemente reducido ante la realidad que nos arropa, pero algunos se sienten superiores por conocer muchos nombres de planetas y estrellas. La filosofía y la espiritualidad nos dan opciones de relacionarnos con ese Todo que apenas empezamos a conocer.
Cuando estudié Teología en la Universidad de Salamanca me resultó curioso descubrir que se incluía la asignatura de Religiones Comparadas, ya que se me había enseñado que era casi pecado leer algo diferente a nuestra propia religión, sin embargo, descubrí lo edificante que resulta ese estudio y no necesariamente nos hace perder la Fe.
Hay un mensaje bastante uniforme que ha recibido la humanidad favoreciendo entender su realidad, tanto en religiones, mitologías o profecías. Así, el mensaje central o esencial transmitido por la Biblia es replicado de una u otra forma por otras religiones. Por ejemplo, el diluvio universal, aparece en otras escrituras sagradas y el concepto de la santísima trinidad existía antes del cristianismo, lo mismo que la idea del juicio final. Cuando nos centramos en lo superficial o secundario, nos separamos, pero cuando nos centramos en lo esencial, nos unimos. Vamos a analizar algunos puntos fundamentales de lo que se nos ha enseñado.
Todo el Universo tiende a la superación, empezando desde la energía pura y desencadenando el desarrollo de formas cada vez más complejas, se nos ha enseñado que eso no acontece por azar, sino por una inteligencia extremadamente superior a nuestro entendimiento y también se nos han hecho llegar las pautas que necesitamos seguir.
Los seres vivientes aparecimos en el planeta, como partículas muy simples y durante millones de años fuimos experimentando transformaciones hasta llegar al Homo sapiens, cuyo genoma es la estructura viviente más evolucionada que hasta ahora hemos conocido. Para evolucionar, las especies necesitan adaptarse, y las que no se adaptan, sencillamente desaparecen.
El desarrollo humano es más complejo y lo trataremos en nuestro próximo tema.
En los estudios de las sagradas escrituras cuando se presenta algo que parece incoherente se argumenta que se trata de un misterio e incluso hay quienes creen que es muy meritorio renunciar a la razón en favor de la Fe, según esto nuestra inteligencia parecería un estorbo.
En sus inicios, las sagradas escrituras se copiaban mediante dictados a escribas, porque no había imprentas y seguramente hay quienes llegaron a creer que si había una falta ortográfica sería un mensaje o clave divina. Solemos pensar que durante 20 siglos en el mundo cristiano solamente se escribieron los libros que fueron recopilados para formar de manera oficial la Biblia que hoy conocemos, no tenemos ideas de cuántos libros tuvieron que ser desechados cuando se estableció el canon bíblico o selección oficial de cuáles serían los libros escogidos, pero muchos se imaginan que la Biblia siempre fue idéntica a la que ellos utilizan.
Sabemos que es imposible poner todos los conocimientos del Universo en un solo libro, sin embargo, muchas personas, consideran que un único libro es más que suficiente para presentar todo sobre Dios. Ciertamente preferimos acomodar a Dios a nuestra forma limitada de pensar. Las religiones no han pasado de moda, pero algunos conceptos secundarios que hemos inventado ya no son sostenibles.
Las sagradas escrituras nos revelan la palabra de Dios, siempre que podamos ver más allá de nuestras limitaciones. Esta ha sido la introducción de nuestro próximo tema: Hijos de Dios. No te lo pierdas.