“Las oportunidades son calvas y hay que agarrarlas por los pelos”, dicen por ahí. También dicen que hay cosas, como los dientes, que nos las dan solo dos veces.
Las expresiones salen a relucir por la más reciente oportunidad surgida para la provincia Santiago Rodríguez. Estamos hablando de un territorio con apremiantes necesidades, por un lado, y gran potencial, por el otro, para lograr auténtico desarrollo.
Una simple revisión a la evolución de la dinámica económica de Santiago Rodríguez sirve para encontrar que la misma ha ido pasando de explotación maderera al cultivo de maní, al de tabaco y de ahí a ciertos intentos con vegetales orientales, para luego concentrarse en la producción lechera.
Es destacable además esa permanencia del cultivo de yuca para la elaboración de casabe. Y en los últimos años se cuenta con emprendimientos vinculados a las condiciones tanto climáticas como a esa capacidad para acoger que caracteriza a la comunidad santiagorrodriguense. Eso ha “encendido el bombillito” para sacarle partida al ecoturismo.
Los emprendimientos ecoturísticos de Santiago Rodríguez tienen como punto de partida los sueños de Vidal Torres, un serrano memorable que mezclaba su vocación para acoger con las condiciones que encontró en su entorno. Vidalito, como le llamábamos, desde tomar el acordeón en sus manos hasta compartir lo que se había preparado para comer en su casa, disponía de su calidad humana para que los demás se sintieran a gusto.
De sus sueños, hoy quedan El Catey y Cabañas Vidalito. Pero también queda una estela en la que cada vez más gente encuentra oportunidad para emprender. No todos o, mejor dicho, muy pocos contarán con el nivel de benevolencia que caracterizó a aquel soñador.
A mucha gente se le ha despertado el deseo de simplemente sacar provecho al limbo legal en que ha quedado la zona. Como se ha de recordar, el Tribunal Constitucional, mediante su sentencia 0905/18, declaró inconstitucional el decreto número 371-11, quitando la condición de parque nacional al área con mayor potencial para el ecoturismo en Santiago Rodríguez.
A ello se suma “el gustico” que algunos le han encontrado a la Ley que crea una zona especial de desarrollo fronterizo para las provincias Pedernales, Independencia, Elías Piña, Dajabón, Montecristi, Santiago Rodríguez y Bahoruco. Tanto en la primera como en la recién iniciada segunda etapa, el referido marco legal se ha quedado corto en términos de generar real mejoría de vida en la región.
Esta vez, otro marco legal comienza a convertirse en “manzana de la discordia” en Santiago Rodríguez. Aunque se ha proclamado como “motivo para celebrar”, las apetencias personales, colocadas por encima de temas como sostenibilidad e incluso de criterios como el “ganar-ganar”, están amenazando la más reciente oportunidad para generar auténtica mejoría de vida en esta provincia noroestana.
Aunque en su primer “considerando”, la Ley núm. 48-23, que declara a Santiago Rodríguez como provincia ecoturística, hace alusión a “la participación equitativa de todos los sectores que inciden en cada una de las regiones y comunidades”, en términos concretos se excluye a la Cámara de Comercio y Producción de Santiago Rodríguez, a las iglesias y hasta a los propietarios de emprendimientos ecoturísticos.
Las señales iniciales evidencian gran incoherencia con la idea de “articular los esfuerzos de los sectores públicos y privados en el manejo racional de los recursos naturales y en la preservación del medioambiente y el desarrollo del ecosistema”, como dice la referida ley.
En Santiago Rodríguez hace falta que el liderazgo, incluyendo a quienes se creen líderes y tienen ciertas posibilidades de llegar a serlo, entienda que la clave fundamental para el avance de un territorio, además de poner foco en sus potencialidades y oportunidades, está relacionada con la construcción de consensos.
Un pueblo que es “mina de músicos” ha de saber muy bien que, sin consensos, ni el patrón rítmico ni la altura de las notas se convierten en concierto. Sin consensos, la “avivatería” y el “sálvese quien pueda” siguen “de risitas”.
En cambio, con consensos, Santiago Rodríguez contará con “menudo de sobra” porque se inscribirá en las “teorías amables del desarrollo”. Con consensos se viabiliza el mejor aprovechamiento de la más reciente oportunidad. Con consensos se garantiza bienestar y felicidad.