El ingeniero Oliver Nazario Brugal ha venido realizando un magnifico y ejemplar trabajo en sus funciones en la CORAAPPLATA, reconocido y alabado por el pueblo de Puerto Plata y hasta por la oposición. Es un connotado profesional, trabajador, emprendedor, inquieto y amante de la política. Su incursión en el campo de la política ha sido de servicio, decencia, desprendimiento y de trabajo incansable.
En el transcurrir de la vida, el ser humano se enfrenta a muchos desafíos que debe encarar con espíritu espartano y así poder salir airoso de las incongruencias que caracterizan las sociedades.
Debido a las luchas encarnizadas por la sobrevivencia, el hombre que se destaca gratuitamente se gana enemigos y adversarios que suelen colocar muchas zancadillas que se convierten en valladares y obstáculos.
Ahora bien, esas dificultades, si se saben lidiar con sabiduría y prudencia, se transforman en virtudes y fortalezas que constituyen una especie de coraza moral.
Eso mismo ha pasado en Puerto Plata dentro del oficialista Partido Revolucionario Moderno (PRM), donde al joven dirigente político Oliver Nazario Brugal contaba con la amplia mayoría de delegados para ganar por amplio margen la Secretaría General Provincial.
Sin embargo, un sector del ese partido impuso la idea de que debía hacerse un acuerdo de consenso y sin convención para que todos permanecieran en los puestos que ya ocupaban desde hace años.
Estoicamente y con una gran muestra de desprendimiento, Oliver ha optado por sacrificarse en varias ocasiones en pos de mantener la unidad de su partido resultando afectado sus aspiraciones a presidir el Comité Provincial del PRM en Puerto Plata.
Pero, si la intención era opacar el innegable liderazgo de Oliver Nazario Brugal no lo han podido lograr ya que, a pesar de muchas acciones inocuas, dicho joven sigue consolidando su figura, por ser una cara fresca que le imprime dinamismo, confianza y esperanza al quehacer político de Puerto Plata.
Dicho profesional de la ingeniería dirige de forma brillante la CORAAPPLATA, institución a la cual rescató haciéndola funcional, operativa y cercana a la gente, demostrando así su gran capacidad gerencial.
Con esos episodios antes descritos, el referido joven político puertoplateño es vislumbrado como una gran promesa, ya que a pesar de los golpes bajos que ha recibido irónicamente ha sido el que más ha ganado con miras al futuro.
Sin temor a equívoco, en los últimos años jamás se había visto un político de Puerto Plata sacrificarse tanto, pero a la misma vez ir incrementando la aceptación popular por su excelente y humilde comportamiento.
En suma, podemos afirmar que el ingeniero y político Oliver Nazario Brugal “es como el sándalo, que perfuma el hacha del leñador que lo hiere”, tal como reza la frase célebre del filósofo, novelista y poeta bengalí y Premio Nobel de Literatura en 1913, Rabindranath Tagore (1861—1941).