El maravilloso Central Park es, sin duda alguna, el parque más famoso del mundo. Como dato curioso y muy disponible para todos en la siempre útil Wikipedia, tenemos que el parque, con forma rectangular y dimensiones aproximadas de 4.000 x 800 m, es “…superior en tamaño a las dos naciones más pequeñas del mundo…”refriéndose a Mónaco y a Ciudad Del Vaticano.

Central Park conecta a NY de una forma tal que ningún otro conector urbano podría hacerlo con otra ciudad de esa envergadura. Solo se nos ocurre el Hyde Park, aunque este último tiene otras connotaciones que en otro momento podríamos abordar. Ni siquiera el Parque del Retiro, tiene esta calidad de conector. Seguro habrá otros que se les escapan al autor y que muchos de nuestro lectores tiene a flor de labios, pero hoy, no recordamos cuál sería ese.

El caso es que desde mitad del siglo 19 (1857), el decimonónico parque de Nueva York ha “oxigenando” gran parte de Manhattan, desde que se decidió, por parte de una junta creada para tales fines, llamar a concurso para la creación de un gran pulmón urbano en esta ciudad. Dicho concurso lo ganaron los proyectista Frederick Law Olmsted  y Calvert Vaux , se dice que inspirados en el Parque Birkenhead (1847) de Liverpool, Reino Unido; otros dicen que la inspiración vino del Parque Del Retiro de Madrid, aunque la motivación para este último fuera el esparcimiento del monarca de la época y nada que ver con el interés ciudadano.  Sobre esto la misma Wikipedia que tantos detractores tienes, nos dice:  “El Buen Retiro se constituyó en el siglo xvii alrededor de un palacio real…”

Sobre el parque de NY se habla de momentos poco agraciados, en los que hasta el descuido se hizo presente en aquel césped urbano. Pero, luego, en tiempos previos a la II Guerra, el urbanista Robert Moses  y por encargo del alcalde LaGuardia, acomete un proyecto de rescate y puesta en valor, que quizás sea el de mayor simbolismo de su historia. Varios años después (1963) se le declara patrimonio histórico nacional (National Historic Landmark).

No sería completa la historia de este parque sin reseñar lo que en su entorno sucede, pero es tanto lo que supone su interior, que es precisamente esa interacción interior/exterior, lo que nos hace ser algo cautos en el abordaje del tema; sobre todo al ser visto desde los ojos de un turista, más que de los de un arquitecto.

No cejaremos en el contenido de esta parte de la seria sobre NY y sus rincones e hitos, y el tema sobre el Central Park continuará en una próxima entrega, comentando desde nuestros paseos desde el Dakota, hasta nuestro descanso en las escalinatas del MET, ambos “a la vera” del Central.