Tenía mis reservas, porque a decir verdad, la gestión de Carolina Mejía al frente del Ayuntamiento del Distrito Nacional, no se ha caracterizado por un ostensible nivel de sobre exposición mediática, como tradicionalmente sucede en torno al tercer cargo público de mayor peso político en el país.
Esta motivación me indujo a ponerle toda la atención al discurso de rendición de cuentas pronunciado por radio y televisión por la actual alcaldesa, ya que sentía la necesidad de conocer más detalles de sus realizaciones para tener una idea más objetiva de su desempeño en estos últimos dos años.
En el caso dominicano y en especial el Distrito Nacional, para una gran parte de los ciudadanos y de la opinión pública, el éxito de una gestión municipal comienza a medirse por el buen manejo del servicio de aseo urbano, no solo de la recogida de basura, sino también de todos los factores que intervienen en una correcta gestión de la limpieza, la salud y la estética urbana, y en ese contexto la actual administración del ADN merece 100 de 100.
Una gran fortaleza
Una de las razones por las cuales la gestión de Carolina no ha estado inmersa en el tráfago de la sobre exposición mediática es el hecho de que en materia de aseo urbano, no solamente logró una gestión excepcional durante el difícil período de la pandemia, sino que tras recuperarse la normalidad ha mantenido un sistema de limpieza que no ha dado margen a ningún cuestionamiento o reclamo por la calidad del servicio.
La degradación del Malecón generó a la vez la quiebra de los restaurantes y establecimientos de entretenimiento que operaban en la zona, a tal grado que un importante periódico lo definió mediante un reportaje como uno de los puntos más arrabalizados y peligrosos de la Capital.
La ausencia de un nivel de crítica social, coincidente con encuestas que le otorgan una valoración positiva superior al 70 por ciento, indica que la gestión de Carolina marcha en sus dos primeros años “viento en popa a toda vela”, como lo recita la Canción del Pirata, de Espronceda
En cuanto a las obras, en su presentación la alcaldesa de la Capital resaltó los 80 parques intervenidos, remozados o construidos, como parte de un plan de regeneración urbana que contempla la culminación de los 142 espacios públicos en las tres circunscripciones completamente remozados, así como dos grandes proyectos de gran impacto para la ciudad: la remodelación de la calle París y su entorno y la cuarta etapa del malecón, dándole continuidad a dos extraordinarios emprendimientos de su predecesor, David Collado.
En adición a los 142 espacios públicos de las tres circunscripciones del Distrito Nacional, Carolina también destacó la regeneración de los parques lineales de las avenidas Lincoln-Próceres, y en la Urbanización Fernández.
También declaró su especial compromiso con el mejoramiento de la infraestructura urbana para hacer de Santo Domingo una ciudad más amigable y solidaria, citando la repavimentación de aceras y contenes con una inversión de 65 millones de pesos ya ejecutados y 242 millones en proceso de licitación, para un total 307 millones de pesos para estos fines.
Según explicó, su línea de compromiso está conectada medularmente con la voluntad de avanzar en la recuperación del espacio público, garantizar una adecuada iluminación a la ciudad y sobre todo programar actividades para darle vida a los barrios a través de programas permanentes de los vecinos para que los ciudadanos interactúen en los espacios públicos recuperados y disfruten de entornos sanos, seguros y atractivos.
Paseo marítimo del Malecón, un proyecto muy especial
El pasado viernes, la alcaldesa Carolina Mejía encabezó una ceremonia muy concurrida para anunciar el inicio del ambicioso proyecto correspondiente a la cuarta etapa de remozamiento y recuperación del Malecón de la capital, probablemente el espacio público urbano más icónico y representativo de todo el país, con el evidente propósito de que los capitaleños y los visitantes vuelvan a asumirlo como su principal área de recreación, como lo fue en el pasado.
El proyecto a ejecutarse con apoyo de la Presidencia de la República y del Ministerio de Obras Públicas, se extiende en un trayecto de 3.5 kilómetros a lo largo del litoral marino, que se inicia desde el Este en la Calle Huáscar Tejeda hasta la Avenida Núñez de Cáceres al oeste.
Con esta intervención el malecón se convertirá en un espacio de sana diversión y recreación para las familias, con una vía para caminar y otra vía para disfrutar de sus patines, bicicletas, carritos, parqueos accesibles y parque de juegos infantiles, de acuerdo a Carolina.
Y naturalmente se espera que el plan de remozamiento incluya el equipamiento necesario, mediante quioscos y gazebos, para que los visitantes puedan compartir y permanecer en el lugar sin necesidad de acudir a establecimientos de alimentos y bebidas distantes de la zona.
Revertir una política equivocada
Es un hecho conocido que el Malecón comenzó a perder su vigencia como espacio público recreacional cuando en la administración del Partido de al Liberación Dominicana se clausuraron plazas y se eliminaron los quioscos y casetas que existían en puntos de la avenida bajo el equivocado argumento de proceder a su adecentamiento, cuando lo razonable hubiera sido diseñar una oferta de servicios con sentido estético y en armonía con el entorno natural.
A partir de esa política de “rescate”, los ciudadanos y turistas perdieron la motivación para pasear o sentarse en los bancos del Malecón, ya que no tenía sentido permanecer en un lugar donde no se podía compartir una comida o un trago o tener que acudir a un restaurant con precios poco inaccesibles para un público heterogéneo.
El resultado final fue que el Malecón se quedó vacío y perdió atractivo como espacio de interacción social, tras de lo cual se redujo a solo una arteria vehicular donde las personas brillaban por su ausencia.