El dicho "No bajar la guardia, el lobo puede estar disfrazado de oveja" describe con precisión la situación actual de la temporada ciclónica del Atlántico en 2024. Si bien los pronósticos iniciales auguraban una temporada hiperactiva, sustentada en factores como el calentamiento de las aguas del Atlántico y la influencia de El Niño, hasta ahora los pronósticos no se han cumplido, lo que podría generar una falsa sensación de seguridad en las comunidades y los planificadores.
Es fundamental entender que esta aparente tranquilidad no es garantía de seguridad a largo plazo. Aunque en los últimos meses ha habido factores inhibidores, como condiciones atmosféricas desfavorables, estamos en pleno mes del pico de la temporada ciclónica y están por venir, octubre y noviembre, aunque representan la "bajada del pico", históricamente han visto actividad ciclónica significativa, incluyendo tormentas fuera de temporada. El hecho de que, hasta ahora, no se hayan registrado muchos ciclones no significa que el riesgo haya desaparecido De hecho, este es el escenario más peligroso, ya que el inicio de la temporada llamó la atención de los científicos, académicos y manejadores de emergencias con las características y la formación del huracán Beryl, un evento histórico que rompió paradigmas por su fuerza e inusual formación temprana.
Desde un punto de vista estratégico, este fenómeno resalta la incertidumbre inherente en las predicciones meteorológicas es fundamental analizar. Aunque los avances científicos han permitido pronósticos más precisos, factores complejos y dinámicos pueden alterar rápidamente las condiciones. El enfriamiento inesperado de áreas clave del Atlántico, sumado a otros elementos aún no completamente comprendidos, ha frenado temporalmente la formación de tormentas. Pero esto no elimina la posibilidad de que se presente un cambio repentino, algo que muchos científicos y planificadores están discutiendo en este.
El hecho de que la temporada comenzara con un evento tan extraordinario como Beryl, y que ahora esté inactiva en su punto más crítico, indica que podríamos ver eventos impredecibles en las próximas semanas. El cambio climático sigue imponiendo desafíos tanto a científicos como a planificadores de emergencias, y subraya la necesidad de adaptabilidad en las estrategias de respuesta.
La analogía del "lobo disfrazado de oveja" no es solo una advertencia meteorológica, sino también una lección estratégica para los líderes en gestión de riesgo. La aparente calma puede convertirse en una trampa si se deja de lado la preparación. El liderazgo en este contexto no puede permitirse el lujo de confiarse; la preparación debe mantenerse al más alto nivel, ya que "el lobo", en forma de un huracán devastador puede aparecer en cualquier momento. Basta con un solo huracán potente para convertir una temporada aparentemente tranquila en una tragedia de grandes proporciones.
Siempre he sostenido que no es necesaria una temporada activa en términos de cantidad de tormentas para que ocurra un desastre mayor. Un solo huracán, como el huracán Georges, David, María, Irma, Otis, Katrina entre otros puede causar estragos incalculables. Por lo tanto, la clave está en mantener una vigilancia constante y no dejarse engañar por la calma temporal. Los líderes deben ser flexibles, dispuestos a ajustar sus planes rápidamente conforme las condiciones cambien, ya que los planes deben ser flexibles y adaptables, mientras que los procedimientos y protocolos se mantienen constantes.
El Lobo y la Planificación, El cuento infantil del lobo que "viene, viene, viene" es un recordatorio de que la vigilancia nunca debe bajar además el de disfrazado de abuelita en caperucita roja o disfrazado de oveja un artículo sobre economía que recién vi que habla sobre Alicia en el País de las Maravillas, En la planificación de emergencias, no se trata solo de sumar partes y pensar que "2+2=4″. Las emergencias requieren una capacidad de adaptación mucho más compleja, ya que las variables son múltiples y dinámicas. Las autoridades gubernamentales, y el Centros de Operaciones de Emergencia están con la Guardia en Alta es su tarea prepararnos para estar preparados y otros actores clave, incluyendo el sector privado y las comunidades, deben mantenerse alerta y coordinados para responder a cualquier cambio en la situación.
La planificación en emergencias no es una ciencia exacta, y como los proverbios de nuestros padres y abuelos que rezan, guerra avisada no mata soldado, el río suena porque piedra trae, Camarón que se duerme se lo lleva la corriente. El desafío es estar siempre preparados para lo inesperado, pues es cuestión de tiempo antes de que el "lobo" finalmente llegue. Por tanto, el mensaje para la temporada ciclónica de 2024 es claro: no bajar la guardia, seguir fortaleciendo las capacidades de respuesta y estar preparados para cualquier eventualidad.
Este articulo profundiza en la incertidumbre que conlleva la temporada ciclónica actual, destacando la necesidad de mantener la preparación en todo momento, incluso cuando las condiciones aparentan ser favorables. Se recalca la importancia de la flexibilidad y la capacidad de adaptación en los planes de respuesta a emergencias, además de involucrar a todos los sectores en la preparación y la respuesta. No soy científico ni experto, mucho menos uno de los nuevos genios ni un gallo loco con iniciativa,
Lo que puedo asegurar es que el lobo llegará es cuestión de tiempo para lo que TODOS debemos estar preparados y no bajar la guardia y esto lo digo porque no es lo mismo 20 años haciendo lo mismo que 20 años de experiencias.