El vídeo puesto a circular masivamente muestra a un hombre, en Bucanyé de Pedernales, cortando un mangle costero con una sierra eléctrica. Sucede a otro audiovisual difundido sin cesar en el cual el narrador afirma que en el lugar depredan cientos de kilómetros del importante árbol y desarrollan un proyecto turístico privado.
Están orientados a generar un estado de opinión pública desfavorable a la iniciativa de Oceanus Invesment, la inversora de capital dominico-español que ha comprado 14 millones de metros cuadrados en el área y, según ha dicho, se apresta a ejecutar un ambicioso proyecto de turismo ecosostenible.
Si no fueran falsas, las resonantes denuncias de ambientalistas constituirán un gran aporte a la sociedad dominicana, especialmente a la provincia del extremo sudoeste, que tiene comprometido el 68 por ciento de su territorio en los parques nacionales Jaragua y Sierra Baoruco (Áreas protegidas categoría 1, o de alta restricción).
Los manglares, en tanto humedales costeros, representan zonas de alimentación, refugio y crecimiento de crustáceos y alevines; actúan como sistemas naturales de control de inundaciones y barreras contra huracanes e intrusión salina; controlan la erosión de las costas, mejoran la calidad del agua por ser filtros biológicos, sirven de refugio a flora y fauna; contribuyen en el mantenimiento de procesos naturales tales como respuestas a cambios en el nivel del mar; mantienen procesos de sedimentación y sirven de refugio de flora y fauna silvestre, entre otros. https://www.biodiversidad.gob.mx/ecosistemas/manglares.Y
Los manglares costeros y de interiores, en Pedernales, hay que protegerlos a toda costa. Pero con la verdad.
El video del hombre con la sierra es un montaje filmado con un celular. Según la información que maneja la comunidad, el autor se aprovechó la sensibilidad del tema con la intención de chantajear a inversionistas con pagos no documentados.
En Bucanyé, hasta ahora, no se registra tala de manglares. Mucho menos de cientos de kilómetros cuadrados. Sí hay rastros de agresión por parte de cangrejeros y de turpenes que llegaron al pueblo en el pasado y se anclaron en la zona bajo el amparo del silencio cómplice de líderes de opinión y organizaciones de la sociedad civil.
La superficie territorial de la provincia Pedernales es de 2,075 kilómetros cuadrados y la cobertura nacional de manglares es de 270.6 kilómetros cuadrados, 0,6% es de ellos en costas, de acuerdo a los datos del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Mimarena). Las principales zonas de manglares son: parque nacional Los Haitises y zona del Bajo Yuna, parque nacional Manglares de Estero Balsa, en Manzanillo, y los manglares de El Morro de Montecristi y las lagunas Redonda y Limón.
Las mentiras contenidas en los vídeos han provocado oleadas de críticas mediáticas al Gobierno, descalificaciones ad hominem a todo el que aboga por inversiones en el sitio de referencia, la declaración precipitada del ministro del Mimarena, Miguel Ceara, al afirmar que allí no se puede construir porque es área protegida, y, al menos, la dilación en el arranque del proyecto, pese a su pertinencia.
Bucanyé es considerado área protegida categoría 6, que permite desarrollos turísticos bajo el marco de la normativa medioambiental, según la Ley de Áreas Protegidas 202 de 2004.
Pedernales no merece que las pugnas y los conflictos de intereses maten sus esperanzas. La deuda social acumulada es grande y vieja. El empobrecimiento ya alcanza el 67 por ciento de su población. Ante el estado de vulnerabilidad e indefensión, el narcotráfico gana terreno y sus secuelas sociales ya son preocupantes.
La provincia cuenta con riquezas naturales que deben aprovecharse. Hay mercado. Ronda el 35% de los turistas globales que se decantan por el turismo sostenible, 29% de ellos prefiere viajes de inmersión natural, de acuerdo a Euromonitor.
Aunque en Cabo Rojo, 23 kilómetros al sureste del pueblo, se ve un frenético movimiento de tierra para la edificación de los primeros hoteles del Proyecto de Desarrollo Turístico, que impulsa el Gobierno, el municipio en sí debe desarrollarse para evitar su conversión en pueblo dormitorio como pasa con los municipios de otros polos.
Y el proyecto Bucanyé es una buena posibilidad, como sería la instalación de industrias y la iniciativa del frente marino en la costa local, anunciado hace dos años por el presidente Luis Abinader, pero sin señales de inicio.
Así que las autoridades deben hacer los ajustes correspondientes con la titulación de los terrenos y dar aquiescencia cuanto antes al proyecto. Es lo sensato.
La vía de la Litis, como proponen algunos, implicaría la posposición de las inversiones por veinte años, si se mira el antecedente de la recuperación de los 362 millones de metros cuadrados de tierra sustraídos al Estado a inicios de los años 90 del siglo XX (Caso Bahía de las Águilas).