Para Milagros Ortiz Bosch
En 1984, no se convocó el concurso para escoger el tema de carnaval, por razones de tiempo. El Comité Organizador decidió escoger a Luis Días para hacer el tema de carnaval. Luis llevó una propuesta sobre “Baile en el Asfalto”. Milagros Ortiz Bosch, presidenta del Comisan Organizadora, y Dagoberto Tejeda, miembro, discutieron con Luis sobre lo abstracto y el contenido del término “asfalto” y este regresó luego con Baile en la “Calle”.
Una semana antes de iniciarse el desfile nacional de carnaval, en febrero de 1983, Luis Días y Sonia Silvestre, por vez primera cantaron este tema en el Palacio de Bellas Artes y luego lo grabaron, pasando el mismo casi desapercibido, debido al poco tiempo para su difusión.
En 1984, no teniendo tiempo disponible para llamar nuevamente a un concurso sobre temas de carnaval, la Comisión Nacional, reconociendo el valor de “Baile en la Calle”, decidió que se lanzara de nuevo, esta vez en la voz de Fernando Villalona, una voz hermosa y armoniosa del merengue, ídolo nacional.
Dagoberto Tejeda fue a la antigua discoteca Yemayá, localizada en el Malecón de ciudad de Santo Domingo, donde Fernandito tenía una fiesta. Me senté con él solicitándole que grabara el tema oficial del carnaval, indicándole que lo hiciera como un aporte al pueblo dominicano porque no teníamos dinero para pagarle. Fernandito comprendió la magnitud de esta grabación y generosamente aceptó.
“Baile en la Calle” se convirtió en el himno nacional del carnaval dominicano, trascendiendo a niveles internacionales, ya que he podido escucharlo en el carnaval de Curazao, Guadalupe, Aruba, Panamá, Puerto Rico, Colombia y en un desfile del Carnaval dominicano en Madrid, España.
El inmenso Luis Días, el músico-compositor con mayor conocimiento y sensibilidad sobre las esencias de la identidad de la cultura popular dominicana en toda su historia, le dio niveles de trascendencia a “Baile en la Calle”. El secreto original de este tema musical está en:
- La lírica, su literatura simple, reiterativa, repetitiva, con un coro fácil de hacer y con un contenido ideológico de afianzamiento de la conciencia de clase de los sectores populares.
- Rítmicamente responde a la dimensión de la marcha de las comparsas en la calle, donde logra integrar células musicales existentes en otros ritmos folklóricos, es una fusión creativa de Palos, Salves, Merengue, Sarandunga y Gaga, de acuerdo con el propio Luis.
- Este tema de carnaval se redimensiona, se identifica con la gente que lo hace suyo en la voz de Fernandito y el arreglo de Pedro Raymer, con un contenido donde la esencia es la libertad, ofertando la tentación de la democratización que niega la sociedad donde vivimos.
En realidad, la calle se presenta como símbolo popular de reivindicación del triunfo del pueblo, redefinido por una conciencia social que solo la dimensión episódica, transitoria del carnaval como catarsis, puede ofrecer.
En el deseo reprimido históricamente por la indignación acumulada del asesinado de las Hnas. Mirabal, por haber robado las esperanzas primaverales del gobierno de Juan Bosch, por la generosidad y el sacrificio de la gesta patriótica del 14 de Junio del 59, el martirologio y el patriotismo del 14 de junio de Manolo, por la desvergüenza y la indignación de la segunda intervención norteamericana del 65, por la quimera del sueño de abril y la gesta patriótica del Coronel Caamaño y sus compañeros de la lucha guerrillera, el pueblo realiza una catarsis.
La simbolización del contenido subversivo subliminar de “Baile en la Calle” se expresa como esencia ideológica del futuro social, donde un pueblo feliz, sin explotación, realizado por el sueño y la esperanza de la igualdad en la quimera de la democratización, explicita su utopía:
“En el carnaval
baila en la calle de día
baila en la calle de noche
para que juntemos nuestras alegrías.”