Antes de la ocupación el movimiento obrero no tenía más trascendencia que la que revelara la existencia de gremios de artesanos, con fines mutualistas. En plena Ocupación, Eugenio Kunhart organizó y condujo el movimiento obrero contra los latifundios y procedimientos del propio gobierno de ocupación que dictó leyes favorecedoras del capitalismo. Este movimiento obrero, que tomó el nombre de la Hermandad Comunal Nacionalista, se afilio a la Confederación Panamericana del Trabajo
En 1916 se llevaron a cabo varias manifestaciones obreras de protesta por impedir que los ingenios azucareros realizarán la importación. La contratación de cinco mil braceros extranjeros que se tenía programada para la zafra 1916–1917. Estas manifestaciones fueron organizadas por la Hermandad Comunal Nacionalista y la Liga de Obreros y Artesanos.
A partir del año 1920 se registra una crisis mundial en el sistema capitalista, la cual conmovió los cimientos de las sociedades y originó grandes reajustes en las estructuras sociales, como consecuencia de la quiebra de pequeños y medianos capitales, y la consecuente concentración de los medios de producción en cada vez menos manos. Por su parte, la clase obrera mundial escenificó grandes batallas, fundamentalmente para defender sus niveles de vida que habían sido deteriorados por los efectos de la inflación, la escasez, la reducción de los salarios, entre otros.
Así las cosas, en la República Dominicana también se experimentaron algunos efectos de la crisis capitalista. En el campo económico, lo de menos fue el descenso en los niveles de intercambio comercial importación-exportación y la ruina o deterioro profundo de medianos y pequeños propietarios. En el campo político, la coyuntura fue aprovechada para profundizar la lucha antimperialista a través de mítines, propaganda, denuncias internacionales y el enfrentamiento armado del pueblo a las fuerzas militares interventoras.
En estas condiciones históricas auge de masas, acrecentamiento de las luchas políticas y sociales, empiezan a darse pasos significativos tendientes a producir un reagrupamiento de los gremios y asociaciones obreras y desembocar en la constitución de la primera Confederación Dominicana de Trabajadores.
El proyecto de constitución de la Confederación Dominicana del Trabajo, fue presentado por vez primera en el primer congreso de trabajadores en mayo de 1920. En la presentación de dicho proyecto se contemplaba que todo obrero debería trabajar solamente 8 horas diarias, que la personalidad de la Confederación Dominicana del Trabajo no se podía destacar bien sino sobre el fondo de una patria soberana e independiente, y que el primer deber del obrero dominicano es luchar leal y entusiastamente por la reparación de la soberanía de la República Dominicana; luchar porque el salario sea cuando menos igual al costo de la vida; que las ganancias debieran ser divididas entre los trabajadores, patronos y consumidores, esta última en obras de utilidad colectiva.
Puede decirse que esta confederación fue una síntesis del movimiento obrero organizado, el cual se venía cuajando desde los primeros años del presente siglo. Y lo fue no sólo en el campo organizativo, sino, también, a nivel de la lucha de masas, ya que, conjuntamente a las reivindicaciones de carácter económico, enfrentó políticamente las fuerzas interventoras norteamericanas, y elevó así, progresivamente el tono de sus demandas. Esta es, pues, una muestra de los aires que se respiraban en el país en aquella época, con un pueblo indignado al ver mancillada la soberanía nacional y sufrir la explotación inmisericorde por parte de los grandes monopolios norte americanos.
La debilidad de este movimiento venía dada fundamentalmente, por su composición heterogénea. Esto así, porque en el mismo se integraron, en mayor medida, sectores pertenecientes al artesanado urbano, y otros no vinculados directamente al proceso de producción, pero quedaron al margen las amplias capas del proletariado,
Conformado en torno a los grandes ingenios azucareros, centros de mayor desarrollo capitalista en el país.
Bibliografía
Cassá, Roberto. Movimiento obrero y lucha socialista en la República Dominicana. Desde los orígenes hasta 1960. Santo Domingo, Fundación Cultural Dominicana, 1990.
Jimenes, Juan Isidro. La tragedia dominicana. Editora Nacional, 2011.
Pozo, Manuel de Jesús. Historia del movimiento obrero dominicano 1900-1930. Realidad Contemporánea, 1976.