La transición energética en la actualidad se asocia principalmente a la necesidad de urgentes acciones climáticas para mitigar el calentamiento global.
Pues es necesario limitar el aumento promedio de la temperatura global por debajo de 2 grados centígrados respecto a los niveles preindustriales y preferiblemente 1.5 grados, como fue establecido por el Acuerdo de Paris en su artículo 2; para lo cual hay que detener las emisiones de efecto invernadero provenientes del uso de combustibles fósiles como petróleo, carbón y gas natural; y reemplazarlos por fuentes renovables como energías solar y eólica.
En atención a lo dicho es una señal de alarma que la Organización Meteorológica Mundial-OMM– en su comunicado del 19 de marzo del presente año, considerara el año 2023 – como también la década que culmina- como el más cálido desde que hay registros, con incrementos de temperatura media mundial cerca de la superficie de 1.45 grados centígrados; la OMM destaca al mismo tiempo que la transición hacia las energías renovables es motivo de esperanza.
Esa esperanza significativamente depende de la minería, debido al uso de materiales básicos para el almacenamiento energético y otros requerimientos; se destacan -para solo citar algunos- níquel, litio, cobalto y recientemente sodio; y para otras necesidades de la electrificación, cobre, hierro junto al acero o productos como el cemento, así como los tan tecnológicamente importantes elementos químicos clasificados en la tabla periódica como Tierras Raras.
En esas cruciales tendencias mundiales se destaca que el Estado dominicano con el liderazgo del Ministerio de Energía y Minas-MEM- conjuntamente con la Dirección general de Minería-DGM- y el Servicio Geológico Nacional-SGN- con una estratégica vinculación con la cooperación internacional en decenas de eventos nacionales e internacionales de los que se informa al país frecuentemente, den un gran impulso a la exploración y grandes perspectivas de explotación o su relanzamiento, de minerales críticos para la transición energética; y qué decir de la trascendencia de tales acciones dado el hecho que ¡La República Dominicana ocupa el lugar 12 en el mundo entre los más vulnerables al cambio climático!
Tomar en cuenta cual valor agregado el elevado nivel académico de las autoridades, cuyo rigor científico propio de sus áreas de formación les permite desde un enfoque multifactorial las más acertadas salidas que no solo hagan de la minería una efectiva respuesta a la transición energética, sino en cuanto a contribuir efectivamente con el desarrollo económico y social de la nación.
Informaciones disponibles sobre todo lo comentado se encuentran para su ampliación en las correspondientes páginas Web, que invitamos a consultar.
Minería. Con la transición energética y mas allá.