Desde pequeños se nos enseñó lo que es el matrimonio, habría que analizar si lo aprendimos bien, porque es una de las instituciones más importantes de la Sociedad.

En las diferentes especies de animales hay normas al aparearse, en ocasiones de forma breve y en otras para toda la vida. En algunos casos, para criar la descendencia vemos una unión de dos y en otras, agrupaciones más heterogéneas. Hay especies en que las crías se cuidan solas.

En el Homo sapiens usualmente se forma una pareja, constituida por un hombre y una mujer, quienes se unen tanto para complementarse como para criar sus hijos, porque para un solo adulto es difícil.

Es preciso señalar que el cachorro humano es totalmente indefenso por su grado de inmadurez al nacer. Nuestro cerebro es tan grande que debe terminar de desarrollarse después del nacimiento. Si cuando bebés no hubiéramos sido atendido, habríamos muerto con toda seguridad. Por otro lado, somos el animal que más tarda en llegar a adulto, porque para poder capacitarnos para la vida productiva, podría haber una prolongada dependencia de los padres (a veces hasta de más de 30 años).

El matrimonio surge como un compromiso que asegura ante la sociedad la disposición a comprometerse con la formación de una familia, sin esa garantía la sociedad no podría existir. El ser humano además de necesitar que le sean resueltas sus necesidades básicas, si no recibe otras atenciones (como el afecto), puede verse severamente incapacitado para desarrollarse. A diferencia de los demás animales, si no hemos conocido humanos no podemos comportamos como humanos, de forma que, solamente viendo a un padre y a una madre, aprendemos cómo ser padre o madre.

En la modernidad “líquida” en que nos encontramos, frente al hedonismo imperante y al excesivo crecimiento demográfico, se tiende a relegar a un segundo plano la procreación y así vemos parejas que solamente se unen para divertirse o acompañarse mutuamente. En algunas sociedades, se tiende a dar mayores facilidades económicas a las parejas que procrean y crían.

Hay algunas reglas sociales, a veces subliminales, que mueven a rechazar a quienes asuman conductas contrarias al fortalecimiento de la Sociedad, esta forma de proceder funciona como una especie de mecanismo de defensa del inconsciente colectivo de la población.

Las uniones de homosexuales eran consideradas casi como un delito, especialmente en aquellos pueblos que se encontraban en crecimiento, actualmente podemos ver un clima de mayor tolerancia. Al igual que los heterosexuales, los homosexuales buscan casarse por diversas razones: para ser reconocidos oficialmente como parejas, incentivar la fidelidad, como una festividad social y con el objetivo de tener hijos. El tema de la adopción es más delicado, porque el matrimonio al ser entre dos adultos podría no importarles a los demás adultos, pero si adoptan se priva al niño de criarse interactuando con un modelo: masculino-padre y femenino-madre. El adoptar es muy importante, pero el niño desamparado tiene derecho al ambiente más adecuado posible y es la sociedad la que vela porque así sea.

El ser humano posee una dimensión espiritual que lo lleva a establecer la trascendencia en su vida y realmente es lo que sustentará la mayoría de los valores morales que permiten consolidar la sociedad. Por este motivo, ha creado ciertos rituales en relación con momentos claves de su existencia para darle una mayor significación (somos ritualistas), así en torno al nacimiento y a la muerte normalmente encontramos rituales en los diferentes grupos humanos. Al asumir una pareja el compromiso social de formar familia: tenemos el ritual del matrimonio. Mientras más antigua es una religión, más rituales tendrá, pero hasta en las reuniones entre amigos suelen haber rituales o costumbres que permiten que el compartir fluya mejor.

En ocasiones escuchamos decir que el matrimonio con el tiempo desaparecerá, pero es la institución que garantiza las mejores condiciones para llevar a un bebé hasta la adultez. Podrá haber variaciones, pero el establecer compromisos o responsabilidades es imprescindible para garantizar que la procreación y crianza sean protegida.

Muchos se quejan de estar casados, pero no toleran la soledad.

Salir con alguien, tener sexo, vivir un tiempo juntos, etc., son experiencias que vemos en la actualidad sin establecer el compromiso del matrimonio. Hay quienes tienen bloqueos para la vida sexual y sus matrimonios son simplemente de índole social.

Algunos jóvenes no tienen idea de la importancia del matrimonio, incluso lo rechazan, pero su necesidad de hacer una bella celebración social los presiona para casarse.

Quien se casa debe ser realmente adulto, con capacidad mental aceptable, madurez emocional, vida productiva e independencia económica.

La verdadera unión no es solo física, supone interactuar en las diferentes esferas de nuestra existencia, pero quien es muy superficial solamente podrá tener relaciones superficiales y difícilmente tendrá relaciones duraderas ya que después de las primeras salidas no tiene nada adicional que compartir. Es como hidratarse con agua de mar, en que la sed no desaparece sin importar cuanto se beba.