El hecho de que haya aumentado la participación de la inversión en el crecimiento económico, pasando de un 24.9% entre los años 2017 y 2020, a un 31% en el 2022, para terminar con un 30.2% en la primera mitad del 2023, tal y como lo plantea el documento de Balance Económico Preliminar de 2023 y Desafíos de Desarrollo de Largo Plazo, del MEPYD, es en buena parte resultado del incremento de la producción de valor por parte del Estado dominicano.
Más allá de la política macroeconómica, que ha posibilitado reducir la inflación de un 9.64% en abril del 2022 a un 4.43% en el 2023, el fortalecimiento de la institucionalidad democrática; así como una mayor equidad en la inversión pública desde una perspectiva territorial, colocando la mirada de los inversores privados más allá de Santo Domingo y Santiago, hasta la misma frontera, releva el papel del Estado como un actor clave en la conformación de un mercado más inclusivo.
En una sociedad democrática, los mercados, como procesos multiagentes, requieren, además de regulación por parte de los Estados, la producción de valores públicos que den confianza y forma a los mercados. Es así que la reducción de la impunidad, gracias al nombramiento de un Ministerio Público independiente, así como la designación de nuevos miembros independientes, tanto en las Altas Cortes, como en la Junta Central Electoral, resultan en mayores garantías al ejercicio de los derechos políticos, fortalecimiento del Estado de derecho y por tanto, un incremento de la confianza en los inversionistas.
Otro valor que se está produciendo desde esta gestión gubernamental, es la organización de los territorios para elevar el nivel de aprovechamiento, de manera sostenible, de los recursos de que disponen los municipios. Es así que luego de la aprobación de la Ley número 368-22, de Ordenamiento Territorial, Uso de Suelo y Asentamientos Humanos, en la actualidad 21 municipios y el Distrito Municipal de Verón se encuentran elaborando sus Planes de Ordenamiento Territorial. Entre estos están San Francisco de Macorís, Puerto Plata y Pedernales, entre otros. Esto sin dudas, posibilitará procesos de desarrollo económico y urbanos con el mejor aprovechamiento posible de los recursos de los territorios.
Una eficaz participación del Estado, regulando, organizando y realizando inversiones estratégicas, como es el caso de Pedernales, ha contribuido, de manera significativa, a que finalicemos el año 2023 con la llegada de un total de 10 millones de turistas y cruceristas, provocando que, entre enero y octubre, hoteles, bares y restaurantes crezcan en términos reales, en 10.8 %, explicando más del 40 % del crecimiento total; así mismo, que en el tercer trimestre de 2023, el total de personas ocupadas llegue a la cifra de 4,855,631, con un crecimiento de 4.8% comparado con el mismo período del año anterior. Se trata de la cantidad de personas ocupadas más elevada jamás registrada, según el MEPYD.
Sin dudas, los retos que presenta la sociedad dominicana para el 2024 son importantes, y requerirán redoblar los esfuerzos en sectores tales como la educación, la salud, así como en temas estratégicos como la energía sostenible y un nuevo modelo de desarrollo rural que dignifique a quienes garantizan nuestra seguridad alimentaria. Todo esto seguirá requiriendo de un Estado democratizador, comprometido con la producción de valores públicos, de cara a la conformación de mercados cada vez más inclusivos.