El crecimiento empresarial es un reto constante que requiere la combinación adecuada de perspectiva, estrategia y capacidades. Sin embargo, el factor determinante para alcanzar el éxito radica en la mentalidad de los líderes. Los ejecutivos más destacados logran sus objetivos al adoptar e implementar cinco actitudes fundamentales que convierten la ambición en acción.

Imaginemos una empresa industrial de larga trayectoria que, con el tiempo, ha caído en el estancamiento, provocando la depreciación sostenida de sus acciones. Llega nuevo CEO con una visión transformadora, dispuesto a desafiar el status quo y eliminar ineficiencias. Al integrar tecnología, análisis de datos y estrategias innovadoras, logra revitalizar la organización, duplicando el valor de sus acciones en apenas dos años.

Esta historia no es inusual entre las empresas que logran un crecimiento sostenible. De hecho, las compañías de alto crecimiento experimentan un Retorno Total para los Accionistas (TSR) un 50% más alto que sus pares. Sin embargo, alcanzar y sostener este nivel de crecimiento requiere coraje, disciplina y la aplicación de principios claros. Según una encuesta reciente de McKinsey, aunque muchos líderes consideran que han adoptado mentalidades enfocadas en el crecimiento, estas no siempre se traducen en los comportamientos y acciones necesarias para impulsarlo.

 Nuestra investigación revela que muchas organizaciones establecen objetivos ambiciosos de crecimiento, pero pocas logran traducir estas aspiraciones en prácticas concretas. Los líderes que consiguen un crecimiento sostenido alinean sus comportamientos con cinco mentalidades esenciales:

Invertir en el crecimiento, incluso en tiempos inciertos. La inversión en el crecimiento no debe verse como una opción secundaria, sino como un componente esencial de la estrategia empresarial. La mayoría de los ejecutivos afirman priorizar el crecimiento, pero nuestros hallazgos revelan que solo el 22% de su tiempo se dedica a iniciativas a largo plazo. Para cerrar esta brecha, los líderes pueden:

-Dedicar más tiempo a estrategias de crecimiento sostenibles, asegurando que las iniciativas a largo plazo no sean relegadas por urgencias inmediatas.

-Reasignar recursos de manera proactiva hacia oportunidades de alto potencial, evaluando periódicamente la dirección de las inversiones y la capacidad de la empresa para adaptarse a cambios en el mercado.

-Comunicar clara y consistentemente la importancia del crecimiento a toda la organización, fomentando una cultura donde cada miembro entienda cómo su trabajo contribuye a los objetivos globales.

Ser audaz en las decisiones de crecimiento. Adoptar una mentalidad de audacia significa estar dispuesto a explorar nuevas oportunidades y asumir riesgos calculados. Sin embargo, en tiempos de incertidumbre, sólo el 30% de los encuestados incrementa los recursos destinados al crecimiento. Las empresas de alto rendimiento se distinguen porque:

-Experimentan con estrategias innovadoras y aceptan el fracaso como parte del aprendizaje, permitiendo una evolución constante en sus procesos.

-Priorizan la acción rápida sobre la perfección, entendiendo que es mejor avanzar y ajustar sobre la marcha que esperar el escenario perfecto.

-Exploran nuevas geografías, industrias y modelos de negocio para diversificar sus ingresos y reducir la dependencia de un solo mercado o producto.

Escuchar a los clientes y anticipar sus necesidades. Aunque el 63% de los líderes citan la retroalimentación del cliente como fuente clave para generar ideas de crecimiento, solo el 15% incorpora de manera constante esta información en sus decisiones. Las empresas exitosas:

-Utilizan análisis de datos y tecnología para predecir tendencias y necesidades futuras, asegurando que sus productos y servicios sigan siendo relevantes en un mercado cambiante.

-Implementan inteligencia artificial para personalizar la experiencia del cliente y mejorar la interacción, aumentando la satisfacción y fidelización.

-Traducen el feedback en mejoras tangibles en productos y servicios, permitiendo que las sugerencias de los clientes se conviertan en innovaciones concretas.

Construir un equipo de alto rendimiento. La cultura y el talento son pilares fundamentales del crecimiento. No obstante, el 69% de los ejecutivos señala que sus organizaciones tienen brechas significativas en capacidad humana. Para superar estos desafíos, las empresas líderes:

-Identifican y promueven a sus mejores empleados en funciones estratégicas de crecimiento, asegurando que el liderazgo interno tenga la capacidad de inspirar y guiar.

-Crean un ambiente seguro que fomenta la innovación y permite el aprendizaje a partir de errores, evitando una cultura de miedo al fracaso.

-Incorporan talento de sectores no convencionales para aportar perspectivas frescas y disruptivas, enriqueciendo la capacidad de innovación de la empresa.

Ejecutar con excelencia y minimizar riesgos. La implementación efectiva es clave para transformar la estrategia en resultados tangibles. Sin embargo, solo el 10% de los líderes cree tener suficientes datos y conocimientos para respaldar sus iniciativas de crecimiento. Las empresas exitosas:

-Establecen sistemas de monitoreo continuo para evaluar el desempeño de sus iniciativas, asegurando que las estrategias sean ajustadas según los resultados obtenidos.

-Eliminan barreras burocráticas que obstaculizan la implementación efectiva de las estrategias, permitiendo mayor agilidad y rapidez en la toma de decisiones.

-Empoderan a sus equipos con claridad en la toma de decisiones y rendición de cuentas, asegurando que cada acción tenga un responsable claro y alineado con la visión de crecimiento.

El camino hacia el crecimiento empresarial es un maratón que requiere determinación, agilidad y una mentalidad de liderazgo orientada a la acción. Las empresas que logran un crecimiento sostenido no solo establecen objetivos ambiciosos, sino que los convierten en realidad a través de decisiones audaces, inversiones estratégicas y un enfoque centrado en las personas. Al adoptar y aplicar estas cinco mentalidades, los líderes pueden desbloquear nuevas oportunidades y garantizar el éxito a largo plazo.