Las relaciones personales ordinariamente están determinadas por los cinco sentidos del “Yo”, sin exclusividad. Si nos dejamos llevar del gusto, de cualquiera de los sentidos, pronto llegaremos, antes de tiempo, a nuestro fin inmediato: el hoyo de siete pies…, “un gustazo un trancazo”…
…Si quedamos vivo, vienen las lamentaciones y las acusaciones… oooh “yo no sabía”, “yo creía”… “Es que soy así desde chiquito…” “Es que fulano me dijo…” De alguna manera queremos buscar una excusa para justificación propia… Tenemos que poner régimen, una referencia de control para nuestro propio comportamiento; así el absolutista “Yo”, que a veces se quiete imponer a Dios, se somete a un control necesario.
En ese sentido, es que estoy hablando de los cinco sentidos del trabajo social solidario: nos ayudan a valorar lo que hacemos y crecer en la lógica de Jesús, ‘’perder para ganar”, aunque yo me perjudique, que el otro se beneficie. … Mt.16,25-26; !Ojalá! lleguemos a implementar la lógica humana: “que te beneficie tú y que me beneficie yo. Las referencias para el control del yo serán los cinco sentidos del trabajo social:
- Sentido de humanidad: este sentido tiene su base en la única ley del Reino de Dios: “al otro como a mi mismo”. Amor a Dios y amor al Otro no son dos leyes; es la misma. La vida es una donación igual para todos y todas. Mis relaciones con el Ser Trascendente pasan por el Otro. No puedo decir que amo a Dios si no amo al otro.
- Sentido de fe eclesial: el “Yo” no es absoluto porque no se ha dado la vida a sí mismo, sino que la ha recibido de un ser Diferente y Trascendente… Lo mismo el perdón, lo ha recibido de Jesús, el Mesías, sin que nadie lo haya mandado a buscar. Jesús viene por solidaridad. ¿Crees en Jesús? Si tienes fe es para continuar la misión salvadora de su obra.
- Sentido de profesionalidad: los servicios que ofrecemos al Otro empobrecido tienen que ser lo mejor de lo mío y de lo nuestro. Excelencia profesional en servir. Amar es servir. La subsistencia personal sale de lo que yo sé hacer para vivir, con eso me mantengo; mi subsistencia no sale de un trabajo social solidario que yo haga.
- Sentido de gratuidad solidaria: el servicio de opción no tiene precio; es la entrega solidaria desde la debilidad la que hace actuar a la fuerza de Dios, que se hace presente cuando la persona ha hecho todo lo que está a su alcance como un servicio extraordinario, solidario, ese es mi aporte. También los beneficiarios tienen que hacer su aporte solidario, como el Gobierno, que administra los bienes materiales de la ciudadanía. Y Dios pondrá lo que falta…
A los funcionarios elegidos y nombrados se les paga para que Administren y ofrezcan Servicios que la población necesite; no son elegidos y se les paga para que roben a su antojo. El servicio es la mejor campaña que el funcionario público puede hacer.
- Sentido de poder popular: el servicio solidario genera cohesión entre los beneficiarios “unidos y organizados” y la gente de buena fe.
La fuerza de la unión organizada es la fuerza de Dios porque beneficia a todos: a los que sufren la necesidad y a los que no la sufren directamente, porque pueden resolver con sus recursos propios…
Aquí está la raíz de la lucha No-Violenta. Y nadie se puede apropiar la victoria. La victoria es por el esfuerzo de todos.
La victoria es como la fuerza del puño: cada uno de los dedos es importante, desde el gordo al más chiquito, éstos dos sirviendo de apoyo a los tres más grande y fuerte, dan la firmeza y resistencia al puño.
La Unión Organizada, reconoce el aporte de cada uno y lo sitúa en su lugar apropiado para lograr lo que no se puede conseguir sólo.
Tanto el dirigente agallú como el dirigente íntegro se conocen; por tanto, tenemos que denunciar, a tiempo, esos dirigentes agalluses para que no destruyan la unión organizada. “El pasmo con tiempo tiene cura”.
Fijémonos bien, los cinco sentidos orgánicos tienen independencia, coordinación entre sí y trascienden el espacio y al individuo manteniendo su identidad, quien sea que tenga vida, persona o animal, desempeñan la misma función: ver, oír, oler, gustar, sentir.
Los cinco sentidos del trabajo social, igual que los sentidos del cuerpo que sea…, mantienen la misma independencia, coordinación y trascendencia en la persona siguiendo la lógica de Jesús…
La lógica humana debe ser que se beneficie el otro y que me beneficie yo. La lógica de Jesús es: aunque yo me perjudique, que se beneficie el otro. Jesús entregó su vida para darnos la Plenitud de Vida.