En el marco de la “Convocatoria Presidencial del Diálogo por las Reformas para el Fortalecimiento Institucional y la Gestión Eficiente del Estado”, en lo relativo a la Propuesta de la Mesa de Seguridad Ciudadana y Reforma Policial así como miembro de la comisión designada, junto al Dr. Fello Subervi Bonilla y al Ing. Junior Santos, para representar nuestra organización política (PRD), en la misma me permito hacer el presente informe como parte de nuestra visión general de los aspectos que consideramos más relevantes para el proceso de Reingeniería de la Policía Nacional.

Todos los ciudadanos comprometidos con nuestro país estamos en la obligación de señalar las debilidades existentes en cualquier área del Estado y aportar posibles soluciones que puedan lograr a corto o mediano plazo las transformaciones que la ciudadanía requiere.

Nuestra sociedad es abatida desde hace algunos años por graves problemas; particularmente en lo que se refiere a la seguridad pública, la cual, en muchos casos; está vinculada a fenómenos transnacionales difíciles de erradicar. A esto se le suma, el debilitamiento de nuestras instituciones, las cuales demandan y ameritan profundos y minuciosos procesos de reforma, como el único recurso capaz de enfrentar con eficacia el incremento de las constantes amenazas criminales que nos impactan, garantizando de esta manera el Estado de Derecho que todos los dominicanos merecemos.

En Latinoamérica, muchas de las instituciones policiales tienen graves problemas, entre los cuales podemos citar: Recursos humanos no calificados, corrupción institucional, deficiencia en la seguridad social del agente y sus dependientes, esquema salarial inadecuado, entre otros, dificultando el buen desempeño que deben prestar en el desenvolvimiento de las tareas policiales correspondientes.

Podemos ver como recientemente en Chile, que goza de una de las mejores policías del hemisferio, fue asaltado, atacado y herido con arma de fuego el Sargento del Cuerpo Policial de Carabineros y chofer del Presidente Gabriel Boric, ese mismo día también, tres sujetos armados entraron a robar en la casa de la ministra de defensa, la Sra. Maya Fernández, para sustraer diferentes objetos y un vehículo.

La Unión Europea acaba de aprobar USD2.6 Millones de sus fondos de emergencia para apalear la crisis carcelaria de Ecuador, en Guayaquil, tres policías están a órdenes de la justicia por el presunto hurto de 150 armas de fuego de la bodega del cuartel.

La deficiencia de otras instituciones del sistema como es la de administración de justicia que frente al debilitamiento de aplicar las sanciones correspondientes por los hechos delictivos, contribuyen al incremento de los mismos, colocando a la policía al borde de su capacidad; generando un alto nivel de desconfianza en los ciudadanos.

Si queremos revertir la situación actual de inseguridad ciudadana en el país, es preciso acentuar la reforma policial desde una perspectiva proactiva, de proximidad, profesionalidad y respeto a los Derechos Humanos, lo que requiere de una alianza entre policía y comunidad, capaz de restablecer la confianza ciudadana, aumentar la capacidad preventiva y la convivencia pacífica.

La reforma policial en nuestro país se hace necesaria, pero la misma no debe ser únicamente responsabilidad del estado, debe incluir la participación de los partidos políticos, organizaciones de la sociedad civil y empresarios, primando entre todos la voluntad necesaria e indispensable para desarrollar una agenda comprometida a crear políticas públicas adecuadas y oportunidades de trabajo a nuestros jóvenes para así poder contribuir con la disminución de la pobreza.

Estamos conscientes de que la Policía Nacional precisa de una verdadera reingeniería institucional que garantice un cambio doctrinal hacia el modelo comunitario vigente hace años en países desarrollados y aplicado con bastante éxito; mejorando la credibilidad institucional y orientando toda su actuación al servicio de la población mediante una acción proactiva.

Se necesita una policía capaz de asumir el concepto de seguridad ciudadana como garantía del orden y la paz social.

Lo primero que se debe de hacer es, determinar las causas de la inseguridad, la principal es la pobreza, es necesario reducirla y para eso se deben reducir sus causas como lo son el desempleo, bajos salarios, alto costo de la vida, educación de poco alcance y desligada de los sectores productivos, deficientes servicios de salud y poco alcance de la seguridad social.

La inseguridad Púbica, es un tema que para obtener resultados positivos debemos encausar al país hacia el desarrollo, por ende, es necesario resolver las problemáticas de agua, electricidad, educación con vista a la producción, principalmente de la institucionalidad, debe participar el Congreso para ajustar las leyes y esencialmente el poder ejecutivo para elaborar y poner en ejecución el plan de desarrollo.

La reforma más importante que debemos hacer es reformar la calificación de los políticos para que adquieran la capacidad de reconocer la gravedad de los problemas, hacer las reformas que conlleven a las soluciones de los mismos y crear nuevas generaciones de políticos con mentalidad distinta a la actual.

Al País le urge presenciar el nacimiento de una policía renovada mediante la transformación policial respetando la Constitución y las Leyes de la República, creadas para el cumplimiento de las labores policiales con el objetivo principal de salvaguardar la vida, la paz y los derechos fundamentales de todos los dominicanos.

La gran mayoría de los agentes son buenos individuos que trabajan duro y que están en la comunidad para proteger y servir, pero no podemos negar la existencia de algunos que abusan de la fuerza, oficiales corruptos y que históricamente la imagen institucional no ha sido bien vista, sin dejar de mencionar las condiciones inadecuadas a que han sido sometidos sus miembros al no contar con un salario justo ni condiciones óptimas de vida para estos y sus familiares, puntos contemplados en la Constitución y la Ley 590-16 y que representan un derecho inalienable del policía, imaginen la labor un agente con la mente perturbada por sus carencias y dificultades, tenemos que abordar ese fenómeno a la mayor brevedad para optimizar el desempeño policial y lograr la estabilidad y seguridad que merece el pueblo dominicano, máxime, si se comprende que el presupuesto invertido para la institución en miras de la seguridad pública, más que un gasto, es una gran inversión cuyo fruto es la paz y seguridad social.

La Constitución de la República Dominicana, en su artículo 255, establece como misión de la Policía Nacional:

-Salvaguardar la seguridad ciudadana.

-Prevenir y controlar los delitos.

-Perseguir e investigar las infracciones penales, bajo la dirección legal de la autoridad competente.

-Mantener el orden público para proteger el libre ejercicio de los derechos de las personas y la convivencia pacífica.

Esto obliga a una adecuación de su Ley Orgánica y reglamento como forma de garantizar la estructuración y consolidación de un Estado moderno, organizado sobre la base de un sistema jurídico que garantice el establecimiento de un verdadero Estado de derecho.

La reforma de la Policía Nacional debe realizarse de forma gradual y progresiva, como condición esencial para que las metas de su reorganización puedan ser satisfactoriamente alcanzadas.

En el mismo orden, la Ley 590-16, regula todo lo relacionado con la estructura y organización de la Policía Nacional, en cumplimiento a lo dispuesto en los Artículos 255, 256 y 257 de la Constitución, sin embargo, en ella apreciamos algunos aspectos que nos gustaría fueran considerados:

-Art. 104, Párrafo II “El miembro de la Policía Nacional que opte por el retiro voluntario sin haber cumplido los cincuenta y cinco (55) años de edad, no recibirá los haberes y la pensión correspondiente sino cuando alcance esta edad”. Entendemos que dicho artículo debe ser reconsiderado porque lo estimamos injusto.

-Art. 135. “Afiliación al Seguro Nacional de Salud (SENASA) del personal activo de la Policía Nacional. Los miembros de la Carrera Policial como los asimilados, profesionales, técnicos y de apoyo de servicios administrativos, serán afiliados al SENASA y tendrán el derecho a elegir libremente su prestador de salud dentro de la Red de Servicios de esta ARS”. Que sea de nuestro conocimiento, el aumento de la cobertura del seguro médico de los miembros de la Policía no contempla a sus dependientes directos y para igualarlos deben de pagar una diferencia que es insostenible para el promedio de los policías.

-Art. 153.” Desempeñar cargos públicos o privados remunerados, salvo si el segundo se presta en el área de docencia, en jornadas distintas a las que han sido designadas, salvo los casos reglamentados por el Consejo Superior Policial.” Revisar lo relativo a este artículo ya que, en las policías de los países desarrollados, contempla el ejercicio del trabajo privado dentro de su tiempo libre, partiendo de que son jornadas laborales de ocho (8) horas.

-Art. 156. “Sanción disciplinaria. Las sanciones disciplinarias que podrán imponerse en ejercicio de la potestad disciplinaria serán sin disfrute a sueldo” Esto quiere decir que un agente que sea sancionado con veinte (20) días por una falta leve, le es descontado su salario por igual número de días. ¿Cómo puede sostener su familia ese mes?

La Ley Orgánica de la Policía constituye un marco jurídico institucional que define su régimen de carrera policial en el que se establecen las condiciones para una adecuada promoción social de los miembros; fomenta su desarrollo profesional y personal; crea un cuerpo policial eficiente, profesional y confiable, cuyas acciones se enmarquen en el más estricto respeto a la Constitución, a las leyes y a los convenios internacionales.

Escrito lo anterior, podemos decir que en las Leyes dominicanas existen todos los lineamientos necesarios para la correcta formación del cuerpo policial.

Las interrogantes que surgen son:

¿Por qué habiendo Leyes adecuadas y correctas existe un gran desbalance en la institución?

¿Qué podemos hacer para poder corregir lo que no funciona bien?

¿Contamos con las herramientas y personal adecuado para reestructurar la policía nacional?

¿Existe la voluntad política necesaria para actuar?

¿Por qué históricamente la policía no ha tenido la importancia y el realce que merece al cumplir tan importantes funciones?

¿Cómo un agente que hace un uso de la fuerza en el desempeño de sus funciones es conducido hasta los tribunales correspondientes sin el auxilio jurídico de la propia institución, tal cual lo contempla esa dirección?  Cuando un agente recibe una medida de coerción privándolo de libertad, es conducido a un recinto penitenciario común.

Aun con estas interrogantes, podemos hacer un resumen de algunas de las acciones que la policía nacional realiza, como lo son:

-Las realizadas en tiempos de fenómenos naturales con consecuencias destructivas: Rescates, limpieza de vías de acceso, orientaciones a las personas, etc…

-Las intervenciones en disturbios o estallidos sociales.

-El compromiso diario 24/7 en asistir a la población en problemas de diversa índole: Robos, asaltos, violencia intrafamiliar, escolar, de género, violaciones a la ley, consumo y tráfico de drogas, riñas, patrulla, mantenimiento del orden público, etc…

-Tiempos actuales marcados por la pandemia del COVID-19, lo que es un buen ejemplo: Mantenimiento del orden, asistencia durante el estado de emergencia, transporte de enfermos de COVID, asistencia vial, servicios a cualquier hora del día o de la noche, etc.

Lo anterior nos aclara la importancia del policía en todas las áreas de la vida y que aunque haya policías corruptos y acciones incorrectas, no son la mayoría. El agente policial expone su vida para cuidar a la población cumpliendo su deber con responsabilidad y entrega.

Cabe destacar, que en países muy desarrollados donde se han realizado grandes reformas policiales y que los agentes del orden disfrutan de óptimos salarios, calidad de vida para ellos y sus familiares; suceden hechos detestables en franca violación de los derechos humanos, haciendo uso excesivo de la fuerza y sobrepasando los límites.

Imaginen por un momento la situación de los policías dominicanos que enfrentan la delincuencia dejando en sus hogares una familia en estado de crisis por no tener ni siquiera lo básico, no menciono esto para justificar las malas acciones, sino para tener empatía y tratar de comprender el pensamiento de algunos agentes del orden.

¿Acaso podemos exigir corrección o perfección sin crear las bases necesarias que nos permitan reclamar las actitudes y actos indebidos?

Otra vertiente, expone un entrenamiento no profesional, viciado, un currículo deficiente, logística y pertrechos limitados y desconocimiento de las leyes referentes a la policía y de la constitución.

En la policía nacional el liderazgo debe resaltarse en las posiciones claves para evitar la corrupción en todas sus manifestaciones. También hay que evitar que los actores políticos de los partidos recomienden ascensos y posiciones a agentes sin la debida preparación, distorsionando toda la estructura y desvirtuando el escalafón con promociones sin méritos, atribución ésta que corresponde al Consejo Superior Policial. Hay que revisar la institución y con ella el recurso humano, dentro existen policías buenos y capaces, sin ser escuchados ni tomados en cuenta. Existen además organismos internacionales dispuestos a colaborar en la reingeniería de la policía sin costo alguno.

Asuntos internos debe fortalecer su responsabilidad bajo la Ley que lo contempla, haciendo que todas sus investigaciones cumplan con los estándares establecidos, contar con fiscalizaciones efectivas ante las faltas éticas y morales cometidas y lograr que el cuerpo policial actúe apegado al código de ética.

Una reforma policial debe contar con personas especializadas, capaces de analizar cada situación desde dentro, se debe investigar a todo el cuerpo policial existente viendo su estado mental, físico e intelectual, su desempeño, también realizar pruebas antidopaje, polígrafo, entre otros exámenes.

Además, deben ser visitadas sus instalaciones, el Instituto Superior de Educación Policial, la Academia de Entrenamiento de Cadetes y Conscriptos de Hatillo San Cristóbal; así como el otrora Campamento de Operaciones Especiales, recinto utilizado como cárcel preventiva para los miembros con faltas graves.

Hemos señalado en ocasiones anteriores que hablar de reformas significa remontarse a los orígenes de la conformación de los primeros núcleos de población organizada porque el servicio policial incide en todos los ciudadanos en algún momento de sus vidas, por lo que nadie pone en duda la necesidad de su existencia y por lo que todo Estado debe ofrecer una policía capaz de asegurar la tranquilidad y seguridad de sus ciudadanos.

Todos los dominicanos comprometidos con el país, estamos obligados a apoyar la iniciativa del gobierno y señalar las debilidades existentes con el fin de aportar posibles soluciones a los problemas.

Todos debemos colaborar para que desde el poder ejecutivo se desarrolle una agenda comprometida a crear políticas públicas adecuadas y oportunidades de trabajo que disminuyan la pobreza, formando así factores protectores de prevención de actos delictivos.

Es importante destacar que todo estudio sobre percepción ciudadana de la institución policial y su desempeño, constituye un instrumento valioso para la toma de decisiones, ya sea para modificar prácticas inadecuadas, mejorar aspectos de la formación o fortalecer la comunicación entre la policía y la comunidad.

Se necesita una policía capaz de asumir el concepto de seguridad ciudadana como garantía del orden y la paz social.

Hay puntos a fortalecer dentro de la institución como son: nivel académico, eficiencia, recursos, trato con el público, honestidad, uso de la fuerza, conocimientos, uso de las técnicas de actuación policial, capacidad de decisión, trabajo individual y en equipo, etc. Todo lo que sea para mejorar el cuerpo existente.

Deploramos con firmeza las malas actuaciones, especialmente aquellas en que el desproporcionado uso de la fuerza y la incapacidad profesional han convertido en víctimas a ciudadanos inocentes; como son los últimos casos sucedidos, que han conmovido a la familia dominicana y la propia institución policial.

El régimen de consecuencia debe evidenciarse y con él todo el peso de la Ley, distribuido con equidad entre todos los actores materiales o no de tan horrendos crímenes.

La seguridad de la Nación es prioritaria, la policía es elemento fundamental en la construcción de un Estado fuerte y legítimo. Las reformas deben hacerse desde una perspectiva progresista, que no lleve a más represión, sino que refuerce el carácter civil de la policía, el respeto a los derechos humanos en el cumplimiento de las funciones, el profesionalismo de los agentes en sus relaciones con la comunidad y que, en últimas, conduzca a una mayor gobernanza democrática.

Entendemos sin embargo que para desarrollar un programa que devuelva el sosiego a nuestras familias, la confianza a los inversionistas, el orden y la paz que debemos brindar a nuestros visitantes, es indispensable que las autoridades asuman que:

-En diferentes oportunidades se han ensayado planes y programas que han fallado en su concepción o ejecución, se requiere no sólo proponer sino tener claridad en los objetivos y eficacia en los resultados.

-La delincuencia y la violencia son fenómenos incubados en la inequidad y la exclusión social, ese es el enfoque a partir del cual las autoridades deben abordar el problema.

-La presencia del Estado y recursos como empleos, apoyo al emprendedurismo, salud, educación, recreación sana y deportes, deben ser parte de la política de seguridad ciudadana.

-Los aspectos preventivos, coercitivos y sus herramientas, son importantes, pero pueden resultar insuficientes cuando no se toman en cuenta factores, ambiente y soluciones de fondo del problema.

-Es necesario revisar y concertar ajustes a nuestro Código Procesal Penal, para adecuarlo a un punto de equilibrio entre derechos y deberes ciudadanos.

-La reforma policial debe ser definida y transparentada ante la sociedad, siendo la Policía un instrumento esencial en la materia, no puede ser mantenida como un misterio.

-El sistema penitenciario debe actuar como un efectivo instrumento de corrección de conductas y no como parte del sistema de reproducción de la delincuencia y la violencia.

-El sistema educativo debe enseñar y fomentar una cultura de paz y de amor en la familia, para atacar la violencia de género e intrafamiliar desde las edades temprana, así como la enseñanza de nuestra Carta Magna.

-La reorganización del tránsito urbano e interurbano debe estar conectada con la Ley de Tránsito, que se eliminen las ambigüedades y unifique el marco operativo.

Para concluir, jamás la reingeniería en la Policía Nacional podrá ser real y efectiva si no anteponemos o enfocamos los esfuerzos en dirección al bienestar y satisfacción del recurso humano que la compone siendo este el activo principal de la misma.

¿Cómo puede la sociedad dominicana demandar la seguridad requerida en estas equivocadas condiciones incluso contempladas en la Ley 590-16 que impactan negativamente en los agentes y que deben ser considerados temas? tales como: Equipamiento, uniformes, descuentos, horas de servicio,   pago horas extra, alimentación adecuada en puestos de servicio, acceso a los agentes e hijos meritorios a becas en colegios privados y Universidades sin costo al Estado, descuento en los precios de los establecimientos comerciales con la llamada alianza público privada, ese es un genuino aporte a la reforma ya que los más beneficiados en los servicios de una policía correcta es este sector.