En 1998 el Senado creó la Comisión Permanente de Seguridad Social y ésta constituyó un Equipo Técnico multidisciplinario de alto nivel. Se acordó establecer un sistema de pensión que maximice el ahorro, la inversión y la acumulación y se dispuso un análisis actuarial y financiero de los proyectos de reparto y de capitalización individual.

El Banco Central, el CNHE y el Secretariado Técnico de la Presidencia decidieron evaluar los proyectos y contrataron a la Hewitts Associates, una firma internacional especializada en pensiones. El estudio comparativo entregado tiene más de 1,200 páginas llenas de cálculos y proyecciones y concluyó que la capitalización individual acumularía un fondo de retiro de más del triple que el sistema público de reparto.

Nosotros por nuestra parte también evaluamos ambos proyectos y llegamos a la conclusión de que, a nivel mundial, ambos sistemas (capitalización y reparto) están en crisis debido a tres factores fundamentales: 1) al crecimiento sostenido de la esperanza de vida; 2) a las fluctuaciones del mercado laboral; y 3) al impacto de la revolución tecnológica en la generación de empleos.

Además, demostramos que el equilibrio y la sostenibilidad de los sistemas de pensión dependen de tres correspondencias: 1) entre el porcentaje de cotización y la tasa de reemplazo (pensión); 2) entre los años de aportes y los años promedio de pensión; y 3) entre la cantidad de cotizantes y de jubilados.

Finalmente, explicamos que el sistema de reparto otorga pensiones según los años de cotización, sin tomar en cuenta el monto del fondo acumulado, lo cual genera un déficit financiero recurrente. Al utilizar los aportes de los activos para pagar a los pasivos, reduce su capacidad de ahorro, inversión y acumulación, “matando la gallina de los huevos de oro”. Este desequilibrio se mantiene y crece, de generación en generación, requiriendo de subsidios fiscales pagados por todos los contribuyentes.

 Por su parte, el sistema de capitalización individual tenía la gran ventaja de la capitalización progresiva del ahorro, asegurando la multiplicación del fondo de retiro. Pero el modelo chileno era totalmente privatizado, carecía de solidaridad social, sólo los trabajadores aportaban, y funcionaba totalmente desvinculado del Sistema de Seguridad Social.

Nosotros decidimos corregir todas esas distorsiones creando: 1) una AFP pública; 2) una Tesorería de la Seguridad Social (TSS) pública; 3) un Fondo de Solidaridad Social de reparto; 4) un aporte del 70% a cargo de los empleadores; y 5) mantuvimos las pensiones articuladas al Sistema de Seguridad Social.

En dos décadas, los trabajadores dominicanos se han convertido en el principal accionista del desarrollo nacional: 1) su patrimonio previsional superó el billón de pesos, más de un millón de millones; 2) el fondo acumulado representa el 18% del PIB, con una rentabilidad histórica real del 5% anual; 3) las utilidades acumuladas equivalen al 55% y las aportaciones obrero-patronales el 45%; y 4) en el 2023 los intereses representaron el 63% y los aportes sólo el 37% del total.

Pero, estos grandes logros no serán suficientes para garantizar una pensión digna y sostenible para todos. El 85% de los trabajadores recibirá una pensión muy baja e inaceptable. Urge modificar la Ley 87-01: 1) para elevar las pensiones de todos los trabajadores con aportes suficientes; y 2) para garantizar una pensión adecuada a los trabajadores con aportes insuficientes.

En ese sentido, la Fundación Seguridad Social Para Todos (FSSPT) ha formulado la siguiente propuesta: 1) elevar la cotización del 9.97% actual al 15.0% en un proceso gradual. La cotización de los afiliados aumentaría sólo un 0.24% anual durante 6 años y el aporte de los empleadores sólo subiría un 0.60% anual hasta el 2031; 2) extender gradualmente los años de aporte, de acuerdo con el aumento de la esperanza de vida, respetando los derechos adquiridos de los cotizantes mayores de 50 años; y 3) revisar y ajustar la comisión de las AFP.

Estas propuestas casi triplicarían la tasa de reemplazo para todos los afiliados, en relación al estimado actual de la pensión sin reforma. Esperamos que el libro HISTORIA Y FUNDAMENTOS DEL SDSS, aporte elementos de juicio para que el CNSS, las autoridades nacionales, el Congreso Nacional, los trabajadores y los empleadores atiendan los reclamos de la población de aplicar las reformas del sistema nacional de salud e introducir los cambios oportunos en el sistema de capitalización individual.