Para los organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, una economía goza de estabilidad cuando el ambiente macroeconómico es predecible, haciendo más eficientes las decisiones de consumo e inversión y mejorando las oportunidades de crecimiento.
Si hay estabilidad económica no hay grandes fluctuaciones en la producción, renta y empleo y la inflación es baja y predecible. O, lo que es lo mismo, un país estable económicamente no exhibe mucha volatilidad en sus variables o índices macroeconómicos, condición necesaria; pero no suficiente para crear riqueza.
Si bien el crecimiento económico no garantiza el desarrollo de un país, el mismo contribuye significativamente con el bienestar y el progreso. La probabilidad de lograr el desarrollo aumenta cuando se cuenta con gobiernos capaces, creíbles y comprometidos, con una clara estrategia de fomentar la expansión de la economía, acompañada de una reducción de la pobreza, mayor igualdad de oportunidades y un entorno de estabilidad política y económica. Eso es precisamente lo que ha venido ocurriendo en la República Dominicana, sin dejar de reconocer las tareas y retos pendientes para saltar la valla de un alto y sostenido crecimiento económico a la de un verdadero desarrollo con equidad.
Creo que esa fue la visión que, en gran medida, tenía el expresidente Leonel Fernández, cuando mantuvo en la gobernación del Banco Central (BC) al Lic. Héctor Valdez Albizu durante sus tres períodos de gobierno (1996-2000; 2004-2008 y 2008-2012), quien, con el apoyo de la Junta Monetaria -con diversas y variopintas composiciones en los más de 23 años como gobernador del BC- y su experimentado equipo de trabajo supo sortear las dificultades derivadas del alza de los precios del petróleo, los efectos de las quiebras bancarias y tantos choques externos, como la crisis financiera global de 2008 que se desató de manera directa debido al colapso de la burbuja inmobiliaria en los Estados Unidos en el año 2006, que provocó aproximadamente en octubre de 2007 la llamada crisis de las hipotecas subprime. Las repercusiones de la crisis hipotecaria comenzaron a manifestarse de manera extremadamente grave desde inicios de 2008, contagiándose primero al sistema financiero estadounidense, y después al internacional, teniendo como consecuencia una profunda crisis de liquidez, y causando, indirectamente, otros fenómenos económicos, como una crisis alimentaria global, diferentes derrumbes bursátiles (como la crisis bursátil de enero de 2008 y la crisis bursátil mundial de octubre de 2008) y, en conjunto, una crisis económica a escala internacional.
Recuerdo las conferencias del entonces presidente Fernández, aquí y en escenarios extranjeros sobre la crisis económica de 2008, advirtiendo, por ejemplo en Paris, Francia, en junio 2011, que sería catastrófico para la humanidad si se volviera a repetir la crisis financiera global que en el 2008 afectó a una gran parte de los países y que su iniciativa (sus constantes llamados a crear un nivel de regulación global que impidiera una nueva crisis económica global) va en ánimo de contribuir a la solución de esta problemática y que en Estados Unidos se aprobó la legislación llamada Dodd-Frank, la cual establece provisiones de cómo regular los mercados de futuros de los productos básicos (era frecuente escuchar sus declaraciones y conferencias y sus largas exposiciones sobre el problema de los commodities comprados a futuro -productos y mercancías-, para muchos desconocido).
También llegan a mi memoria las tantas veces que escuché al entonces presidente Fernández, tratando de llenar de esperanzas a la población, por lo que él llamaba el correcto manejo de nuestra economía, por mantener un elevado ritmo de crecimiento de la economía y la inflación en un solo dígito, teniendo como principal piloto al entonces y también ahora gobernador Héctor Valdez Albizu, quien además se ha caracterizado por mantener contra viento y marea la estabilidad relativa del tipo de cambio y macroeconómica en general, con un sistema bancario cada vez más fuerte.
Nunca olvido que esos logros fueron los que permitieron al exmandatario mantener un discurso, tan repetido como las letanías del rosario, del principal logro de sus gobiernos: la estabilidad macroeconómica. Se puede afirmar con gran certeza que eso no hubiese sido posible sin la confianza y certidumbre que transmite el gobernador Lic. Valdez Albizu Banco Central, a los agentes económicos e inversionistas locales y extranjeros.
Efectivamente, desde su primer gobierno Fernández exhibió entre sus principales logros el crecimiento y estabilidad de la economía. En 1996-2000 el crecimiento promedio fue de 6.5% y durante 2000-2012 de 5.5%, por lo que el crecimiento en los 12 años que fue presidente se mantuvo en promedio por encima del potencial. En cuanto a la inflación la misma promedió 6.8% en 1996-200 y 6.0% en 2004-2012, un promedio sumamente razonable para una economía importadora de petróleo, pequeña, abierta y en vías de desarrollo, como la dominicana y que en aquellos años todavía no se había adoptado el esquema de metas de inflación para la conducción de la política monetaria.
En aquel entonces Fernández Reyna glorificaba, exaltaba y reconocía la excelente gestión del gobernador, tanto que siempre lo mantuvo dirigiendo el órgano emisor de los billetes y monedas de circulación nacional y el que debe velar por la estabilidad de los precios, por mandato constitucional. Defendía las cifras oficiales publicadas por la institución reguladora del sistema financiero nacional, las que entonces eran muy creíbles para él y siempre hacía referencia a las mismas en sus pronunciamientos públicos y discursos ante la Asamblea Nacional, aquí, allá y acullá.
Ahora el expresidente Leonel Fernández Banco Central se ha empeñado en afirmar que el Banco Central está manipulando a la opinión pública nacional en su comunicado reciente sobre los resultados preliminares de la economía en el recién transcurrido año 2021 de un crecimiento del PIB real de 12.3%.
La verdad que este tipo de cuestionamientos no se entienden. Algunos especulan que se siente dolido con el gobernador porque en septiembre de 2012, al ser abordado por algunos periodistas, manifestó que el Banco Central solo había recibido RD$11 mil ochocientos setenta y ocho millones provenientes de los pagos previstos en la Ley para la recapitalización del Banco Central durante enero-agosto de 2012, cuando previamente Fernandez había señalado que había remitido unos 49 mil millones de pesos. Quizás no le agradó que el gobernador lo desmintiera públicamente, pero él siempre se ha caracterizado por decir la verdad y no podía informar a la opinión pública lo que no era.
De forma específica, Fernández durante un reciente acto político de su partido la Fuerza del Pueblo señaló que “cuando al pueblo se le dice que crecimos 12.3%, se está creando una burbuja, una ilusión que no se corresponde a la realidad”.
El crecimiento de 12.3% de la economía dominicana en 2021 es real, pues surge de aplicar la metodología del manual vigente del Sistema de Cuentas Nacionales SCN (2008) de forma rigurosa y en base a informaciones verificables recibidas por el Banco Central de la República Dominicana. El proceso de compilación para obtener Producto Interno Bruto (PIB) consiste en obtener el valor agregado de todas las actividades económicas en base a volúmenes (cantidades) de los diferentes bienes y servicios producidos en la economía y los datos se publican en la forma de índices que representan el promedio ponderado del valor agregado de todas las actividades económicas.
Los índices de volumen de producción tomaron los valores de 180.1 en 2019, 168.0 en 2020 y 188.6 en 2021. Basta entrar a la página web y promediar los índices correspondientes a esos años del Indicador Mensual de la Actividad Económica para verificarlo. Si sacamos la tasa de variación del índice de 2021 con respecto al de 2019 arroja un crecimiento de 4.7 %, lo que quiere decir que superó su nivel de prepandemia en esa magnitud, un logro extraordinario considerando el severo choque que significó la crisis sanitaria de la COVID-19. Esta es la interpretación correcta del 4.7%.
En cuanto al crecimiento de 12.3% de 2021, el mismo constituye el promedio ponderado de las tasas de crecimiento de los índices de volumen del valor agregado de las diferentes actividades económicas, las cuales fueron detalladas y explicadas en el informe preliminar de la economía publicado por el Banco Central.
Otro aspecto a destacar es que el Fondo Monetario Internacional (FMI) visitó al país en septiembre de 2021, en el marco del artículo IV del convenio constitutivo de ese organismo, en cuya misión realizó una evaluación exhaustiva de la economía dominicana quedando impresionados de la resiliencia del país y el buen manejo de la política monetaria y fiscal. Al finalizar la dicha misión proyectaron un crecimiento anualizado para la economía dominicana en 2021 de 9.5%. Igualmente, bancos de inversión, calificadoras de riesgo y otros organismos internacionales, habían realizado una valoración positiva del desempeño económico del país, proyectando una expansión incluso superior para 2021, entre 10% – 11%.
De ahí que, contrario a lo afirmado por el expresidente Fernández, la institución rectora de la política monetaria no manipuló las informaciones relativas al crecimiento de la economía dominicana al anunciar y publicar los resultados preliminares del crecimiento, sino que, por el contrario, ha realizado un ejercicio responsable de transparencia.
No creo que el Lic. Héctor Valdez Albizu, el gobernador de los presidentes dominicanos desde Balaguer a la fecha, sirviendo a los intereses del país por encima de la banderías políticas del gobernante de turno, arriesgue su faja moral, su integridad, su experiencia, su conocida capacidad técnica y su prestigio nacional e internacional para hacer politiquería.
¿De qué madera está hecho Valdez Albizu? ¿Por qué cuatro de los últimos cinco presidentes de la República incluyendo al actual lo han mantenido como gobernador del Banco Central?
Si fuera por manipulador y, con ello, mentiroso, entonces todo el staff técnico del Banco Central de la República Dominicana que compila las estadísticas económicas y elaboran los datos e informes bajo la dirección del gobernador, entre los cuales se encuentran profesionales con grado de PhD y maestrías en economía, también lo sería.
La verdad es que el Banco Central tiene un gran prestigio y reputación, por la alta profesionalidad e integridad de sus integrantes, los funcionarios y personal técnico, que han sido siempre su punta de lanza, constituyéndose en un referente de excelencia y compromiso con el Estado dominicano y nunca había sido puesta en dudas su credibilidad, como lo ha hecho el exmandatario Fernández.
Tengo hace años la información de primera mano que cuando el ya presidente electo, Dr. Leonel Fernández le preguntó al todavía presidente constitucional Dr. Joaquín Balaguer qué era lo que tenía que dar a cambio de su apoyo de 1996, el viejo zorro político lo único que le pidió fue que no cambiara al gobernador del Banco Central, por su seriedad, experiencia y alta credibilidad nacional e internacional para el manejo de la estabilidad de los precios y del sistema financiero nacional, entre otras funciones de especial trascendencia para los objetivos de desarrollo del país; pero sobre todo todo porque es la persona con las capacidades que requiere el país para garantizar la estabilidad económica.
Sin todavía conocer personalmente a don Héctor Valdez Albizu ya yo había hecho pronunciamientos y escrito en su defensa, incluso durante el gobierno de Balaguer y del primer gobierno de Fernández, pues creo que a los hombres hay que medirlos por sus hechos más que por sus palabras. Cuando la vida me dio la oportunidad de conocerlo y valorar su sapiencia, experiencia, laboriorsidad, liderazgo e integridad solo he confirmado lo que eran mis valoraciones, siempre hechas sobre bases objetivas.
No creo que le convenga al expresidente Fernández, ni políticamente ni por la formación, inteligencia y capacidades y por su propia credibilidad, desdecirse de sus 12 años de gobierno, porque si de algún éxito puede hablar, que tuvo varios en el orden institucional, incluido el de evitar una desgracia económica, lo debe en gran medida a la confianza tanto de los agentes económicos del país como de los organismos internacionales en Héctor Valdez Albizu.
Los sofistas, los sabios y más los sabiondos son facilmente descubiertos porque ya no vivimos en la caverna platoniana, sin tener acceso a la realidad y ver reflejos desfigurados de esta.
El diccionario de la Real Academia de la Lengua define el verbo manipular como intervenir con medios hábiles y, a veces, arteros, en la política, en el mercado, en la información, etc., con distorsión de la verdad o la justicia, y al servicio de intereses particulares.
No creo que las declaraciones de Leonel Fernández contra el Banco Central y de su gobernador sean producto de la improvisación. Entre las condiciones indudables que posee Leonel Fernández son su alta capacidad para el análisis ponderado, mesurado y cuidadoso. Pero su salida del gobierno en 2012, muy a su pesar, ha develado al Leonel Fernández que parece no medir las consecuencias de sus expresiones y declaraciones. Un liderazgo de hoy debe ser ejercido con compromiso, responsabilidad y alejado de trapacerías politiqueras y de intentos de distorsionar la verdad, para capitalizar la mentira con fines puramente electoralaristas.
La de Leonel Fernández es una campaña contra el Banco Central, la Junta Monetaria y particularmente contra el gobernador, Héctor Valdez Albizu, una persona que goza de la mayor fe y confianza de la población dominicana y de las instituciones financieras.
El expresidente Fernández Reyna tiene el liderazgo, el talento, la experiencia y tenía el buen tacto, que espero sepa recuperar oportunamente para que no desfallezca su capital político, que bien puede ponerlo al servicio de todos y no a su solo favor y de su nueva organización política, exorcizando demonios inexistentes.
Estoy seguro que los espíritus malignos no están ni forman parte del cuerpo bancentraliano en manos de quien es un portaestandarte de reciedumbre moral, ética, de conductua rectinilínea, de conocimientos puestos en práctica a favor de la estabilidad macroeconómica del país, para que podamos seguir aspirando y llenándonos de esperanza en un mejor porvenir y en un país de gran crecimiento económico que persiste, en el que se pueda continuar avanzando en términos de igualdad y justa distribución de las riquezas, para dar el salto al desarrollo que anhelamos.
Los tiros de Leonel Fernández contra el gobernador del Banco Central y la Junta Monetaria son la expresión de un oportunismo rancio que disminuye a un grande de la política dominicana e internacional, como lo es el expresidente y que puede poner en juego, por su incidencia innegable, la tan peleada y ganada estabilidad macroeconómica de nuestra economía.