El doctor Rodrigo Quian Quiroga, nacido en Buenos Aires en 1968, es matemático, físico y neurocientifico, investigador de referencia internacional en el estudio del cerebro, pertenece al grupo Percepción y Memoria del Hospital del Mar de Barcelona y es el jefe de Bioingeniería de la Universidad de Leicester, Inglaterra, donde también dirige el Centro de Neurociencias de Sistemas. Especialista en el estudio del mecanismo neuronal de la memoria, es el autor del descubrimiento de las denominadas “neuronas de concepto” o “neuronas Jennifer Anniston”, que supone un paso adelante en la comprensión de la memoria.
Ciertamente, en las dos últimas décadas se ha producido una gran revolución en los estudios del cerebro a partir de los estudios de pacientes con secuelas cognitivas después de haber sufrido accidentes físicos o situaciones que han afectado a determinadas zonas de este órgano tan vital. Oliver Sacks fue uno de los pioneros en realizar estudios en pacientes con este tipo de déficits.
Por su parte, el doctor Rodrigo Quian Quiroga ha estudiado a pacientes con epilepsia refractaria a un tratamiento farmacológico con registros eléctricos a fin de identificar la génesis de las crisis y poder controlarlas. Su estudio se basó en presentar a los pacientes imágenes de muchas personas célebres y, después de muchas pruebas, comprobó que solo reaccionaban un grupo de neuronas, que solo respondían selectivamente a la imagen de la actriz Jennifer Aniston, una de las protagonistas de la serie de televisión Friends, o a su nombre; en resumidas cuentas, al concepto que evocaba ese estímulo visual.
A raíz de la difusión de su estudio, que demostró que además de recordar el cerebro busca comprender, se extendió este epónimo, “neuronas Jennifer Aniston”, para referirse a las neuronas de concepto, que, como el doctor Quian Quiroga expresó en una entrevista concedida a Agustín López Martínez, “son los bloques sobre los que se construye la memoria”.
Este científico de renombre internacional también hace énfasis en lo sano que es olvidar, como parte de la necesaria tarea de distinguir entre lo relevante y lo insustancial. En pocas palabras, el concepto es lo fundamental.
Y de esta manera llegamos a un punto clave en nuestros días: la confusión entre inteligencia, conocimiento y capacidad de memoria, crucial en los procesos de evaluación del aprendizaje y los modelos educativos actuales. Si no comprendemos algo ¿para qué nos sirve memorizarlo?