Estamos en el último trimestre del año, las elecciones presidenciales se celebrarán a mediados del 2024; pero por la intensidad de los debates y los frecuentes pronunciamientos de los políticos de los diferentes partidos, parece que éstas se fueran a celebrar dentro de pocos días.

 

Es frecuente escuchar declaraciones sobre la supuesta incapacidad del PRM para gobernar, de su falta de planes y la ausencia de un verdadero y capacitado equipo de gobierno. Entre los opositores que hacen este tipo de críticas, se encuentran quienes convirtieron al más grande partido de masas de la República Dominicana, en una minúscula entelequia sin importancia y sin futuro y los que gobernaron varias veces la nación y hoy prometen resolver los problemas que en sus largos años de gobierno no resolvieron.

 

Creo que venderse como nuevas opciones de poder con actuaciones públicas ocurridas hace poco tiempo resulta difícil; pues, aunque el pueblo dominicano sufre de mala memoria, algunos hechos son muy recientes como para echarlos en el saco del olvido.

 

En medio de estos dimes y diretes, continúan las graves acusaciones en contra de exfuncionarios del pasado gobierno, familiares y allegados del Lic.  Danilo Medina. En medio de esa situación el PLD celebró unas primarias en la cual salió vencedor por un amplio margen Abel Martínez, quien se supone será su candidato presidencial en las elecciones del 2024. En ese largo camino que falta por recorrer, desde el momento de su selección hasta el día de las elecciones, Abel puede sufrir un importante desgaste que afecte sus posibilidades, además de que tratar de conseguir recursos para financiar una campaña tan larga, no será tarea fácil en medio del descrédito que tiene su partido.

 

Hasta el momento, el presidente del PLD no ha realizado una sola declaración pública sobre los casos de corrupción que afectan a quienes fueron integrantes de su gobierno, que se encuentran conociéndose a diferentes niveles del Poder Judicial, sin dudas estos tendrán una importante influencia en el proceso electoral que se avecina.

 

Él PRM celebró hace poco su Convención, en ésta escogió a los integrantes de su dirigencia, incorporando nuevas figuras que no eran miembros de ese partido  y dejando fuera a conocidos componentes de la organización con una larga trayectoria de militancia; esta decisión no ha caído bien entre algunos sectores del partido, quienes entienden que no era necesario sacarlos, aunque sus frecuentes críticas molestaran. Se comenta por lo bajo, que la disidencia es necesaria, sobre todo en un ambiente en donde parece que la complacencia abunda.

 

Ahora bien, es necesario reconocer que al Lic.  Luis Abinader le ha tocado gobernar en medio de problemas que ningún gobernante dominicano de la historia contemporánea ha enfrentado: una pandemia que paralizó el mundo, provocando el descalabro del turismo y el cierre de los hoteles, caída de la economía con su consecuente desempleo, la guerra entre Rusia y Ucrania, una inflación generalizada que ha ocasionado un incremento de los precios de los alimentos y los combustibles no visto en décadas, la interminable crisis haitiana,  rematando  llegó la tormenta Fiona.  Para enfrentar todas esas adversidades el gobierno ha tomado valientes y atinadas medidas que han evitado males mayores. No reconocer esta realidad es simplemente una mezquindad.

 

 

Opino que es muy temprano para realizar predicciones sobre los resultados de las próximas elecciones presidenciales. Tiempo existe para que la oposición se aglutine, como para que el gobierno arregle la carga y el partido de gobierno aproveche la gran aceptación que tiene el presidente.