Vorágine, según la definición de la Real Academia Española (RAE):

  1. f. Remolino impetuoso que hacen en algunos parajes las aguas del mar, de los ríos o de los lagos.
  2. f. Pasión desenfrenada o mezcla de sentimientos muy intensos.
  3. f. Aglomeración confusa de sucesos, de gentes o de cosas en movimiento.

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El borrador de este texto lo hice en febrero del 2020, pero, ahí vinieron las elecciones, luego la pandemia, y luego los compromisos que hacen que un día se vuelva una semana, un mes, años. Y, mucho antes del 2020, la movilidad es uno de los temas que más ocupa la mente de los dominicanos, sobre todo los del Gran Santo Domingo. Sabemos que tenemos uno de los promedios más altos de América Latina, para un total a julio de este año, de más de 6 millones de vehículos, según la Dirección General de Impuestos Internos (DGII). Y justo en estos días donde diciembre se hace sentir, recuerdo que tocaba actualizar los datos de este borrador viejo del 2020 y ponerlo a circular, con el único ánimo de que se genere una conversación seria sobre el rol del capital de la banca privada en la financiación del vehículo privado, con préstamos para carros con tasas más bajas que para préstamos educativos.

Según una encuesta hecha por el Listín Diario el 12 de enero de este año, en la que preguntaba: “Cree que el crecimiento del parque vehicular ha contribuido al caos del tránsito?” El 90.48% de los votantes contestó que si. Es decir, hay una conciencia ciudadana de entender de que hemos superado la capacidad de carga de la ciudad. Simplemente, tenemos demasiados carros. Pero, Cómo hemos llegado ahí? Cómo es posible que en el Distrito Nacional hayan más vehículos registrados que personas?

Datos de interés:

  • Préstamos para carros con tasas de interés más bajas que para préstamos personales o educativos.
  • El crecimiento de la población dominicana se ha mantenido entre el 0.9% y el 2% en los últimos 5 años. El crecimiento del parque vehicular en los últimos 5 años se ha mantenido por encima del crecimiento poblacional, en valores entre 4.5% y 6.5%.
  • El total de vehículos en el Distrito Nacional ya asciende de 1,144,686 y de Santo Domingo ya es mayor de 966,563 vehículos registrados. Es importante observar que la cantidad de habitantes del DN es de 1,029,110 según censo del 2022. Es decir, hay más vehículos que personas.
  • Vehículos incluye motocicletas, automóviles, jeepetas, camiones, camionetas, autobuses, ambulancias, carros fúnebres, y otros.

Como urbanista y como ciudadana he sido testigo de múltiples esfuerzos para mejorar el tránsito y el transporte terrestre, desde ampliación de avenidas sacrificando el poco verde y arbolado que tenemos en la ciudad, inversión en señalización, más cuerpos del orden en las calles, mega proyectos de infraestructura que conocemos, entre otras medidas. Ciertamente la educación cívica no contribuye a que el congestionamiento sea menor, pero tampoco es menos cierto que el símbolo de estatus que representa para el dominicano un carro no contribuye a optar o demandar otras opciones. Y es esto lo que hace que una persona desde muy joven tenga como meta endeudarse, o sus padres endeudarse para proveerse de un carro. Al mismo tiempo, es justo reconocer, que en un país en vías de desarrollo y con una economía informal tan amplia, un motor o un carro puede significar un modo de empleo o de generar ingresos para una persona o toda una familia; sin embargo, también es un costo, y la accesibilidad para el tema productivo puede lograrse con transporte público de calidad.

Es por ésto, que el gobierno ha sido asertivo en que uno de sus mayores legados sería mejorar el tema de movilidad, tanto en seguridad vial como infraestructura de transporte público masivo. Por lo que aquí aunamos inversión pública de alto nivel, más una persistente inversión privada en préstamos personales para adquisición de vehículos privados. Lo que, el tema de movilidad, es uno de esos casos en que la inversión privada y la pública no parecen tener un punto de encuentro, de mutuo refuerzo.

Entonces, la real pregunta es: Cómo ha participado la banca privada de sostener esta imagen y la proyección de seguir aumentando?

Recientemente, uno de los bancos principales del país, anunció el cierre de su Feria de Autos por un total de préstamos de 17,500 millones de pesos para unos 9,100 nuevos vehículos. Y esto es una de las varias ferias que se hacen anualmente, sin contar las ferias de cooperativas pequeñas para autos nuevos y usados. Por lo que, fuera interesante que este capital, que aunque dedique una parte a préstamos, se dirija a inversión en soluciones de tránsito público masivo, así como las multilaterales han estado financiando proyectos de infraestructura vial y planes de movilidad sostenible, la banca privada dominicana debe mirar en esa dirección. En otros países del mundo el capital privado se ha invertido para tener mejores infraestructuras, de autobuses, de metro, teleférico, y otras modalidades como Transit Oriented Debelopment (TOD) – Desarrollo Orientado al Tránsito, donde los agentes de desarrollo inmobiliario no solo financian vivienda, si no las infraestructuras de movilidad colectiva que acompañan las nuevas densidades urbanas.

En estos países, estas grandes inversiones han ido acompañadas de una publicidad continua (el mejor ejemplo cercano es el Transmilenio de Bogotá), donde se volvió ‘cool’ moverse en transporte público. Quizás es hora de que sea más cool en Santo Domingo endeudarse para estudiar o emprender que para tener un carro, y lograr que para ir a estudiar o moverse de un sitio a otro para desarrollar ese emprendimiento no sea al precio de la calidad de vida del Gran Santo Domingo…pues llegará el día que simplemente no cabremos todos. Como urbanista me atrevo a decir que ese límite ya lo superamos.