Fortaleza Ozama durante ocupación militar norteamericana.

“La guerra de los cien años” es el nombre con el que se conoce el conflicto entre Francia e Inglaterra durante gran parte de la baja edad media. Sin embargo, aunque la relación entre los EEUU la RD empezó a adquirir fuerzas a partir de una ocupación militar, lo que ha caracterizado la interacción entre estos dos países es de cada vez mayor unión.

El próximo miércoles 18 de septiembre se cumplirán cien años de la retirada de las tropas de la ocupación militar de los Estados Unidos en territorio dominicano entre los años 1916 y 1924 y desde entonces, cada decenio ha estado caracterizado por una disminución de las demostraciones de fuerza bélica y un aumento de la integración económica, cultural y humana.

En 1934, una década después de esa salida, la fuerza bélica seguía muy presente.  Como bien es sabido una parte significativa del poder de Rafael Trujillo venía como consecuencia directa de su involucramiento como colaborador con el ejército de ocupación.

En el vigésimo aniversario de la partida militar, en 1944, año de centenario de proclamación de la República Dominicana, el acercamiento militar seguía siendo un elemento muy importante, sobre todo porque a la Segunda Guerra Mundial todavía le quedaba casi un año entero de confrontaciones.

Ya el trigésimo aniversario, en 1954, lo que se preparaba era la Feria de la Paz y la Confraternidad del Mundo Libre, es decir, un vuelco significativo en el énfasis que se le daba a la colaboración.

En 1964, sin embargo, fruto del proceso de reequilibrio de las fuerzas internas, aunque la interacción continuaba creciendo en materia económica y cultural, la participación de los agregados militares continuaba teniendo mucho poder. Lo mismo sucedía en el año 1974, sobre todo como consecuencia del desequilibrio de la Guerra Fría.

Pero ya para los aniversarios de 1984 (año de la oposición a través de pobladas al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional), 1994 (difícil año electoral con un primer mandatario muy renuente a entregar el poder), 2004 (marcado por el arrastre de la crisis financiera del año 2003) y 2014 definitivamente que la dimensión socioeconómica de la relación era lo más importante.  Y ahora, en este 2024, sobre todo visible en las redes sociales, el seguimiento a asuntos como la campaña política en los EEUU se verifica con la misma intensidad que si se viviera en los EEUU.

En territorio norteamericano, sobre todo después del ajusticiamiento de Trujillo, la presencia dominicana ha ido también creciendo, pasando de tener como distante referencia el ser el lugar del nacimiento de una estrella de cina (María Montez, la reina del tecnicolor), a convertirse en el lugar de origen de muchos peloteros (las Grandes Ligas empezaron a aceptar a jugadores de todos los colores a partir de 1945), de algunos escritores (Julia Álvarez y Junot Díaz fueron los primeros en hacerse muy conocidos) y progresivamente la tierra de los antepasados de algunos actores políticos (el dirigente Tom Pérez y el congresista Adriano Espaillat estarían entre los más destacados).

Según Gardel, veinte años no son nada, pero tal vez ya cien empiezan a ser algo.