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Sello postal cenicienta diseñado por el autor.

A partir de su brutal asesinato, Mamá Tingó se convirtió en un símbolo de lucha de los campesinos sin tierra. El primero de noviembre se conmemora en la República Dominicana el aniversario de su muerte. Se han formado diversas organizaciones de base que llevan su nombre. Algunas de éstas son las siguientes: Junta de Vecinos Mamá Tingó, Confederación de campesinos Mamá Tingó (CONCOMATI), Cooperativa Mamá Tingó, Ligas Agrarias de Mujeres de Hato Viejo y la Federación de Mujeres, que agrupa a más de veinte organizaciones en la provincia de Monte Plata.

Mamá Tingó ha inspirado a artistas y escritores. El merenguero dominicano Johnny Ventura interpretó el merengue “Mamá Tingó” con letra de Yaqui Núñez del Risco. También, el compositor y cantante Luis Días compuso la canción “Mamá Tingó”. El novelista Haffe Serulle, por su parte, escribió la novela titulada La danza de Mingo, inspirada en la vida de la mártir campesina. La Fundación Prensa Civil Quisqueyana produjo el documental “Mamá Tingó”, dirigido por Óscar Grullón. En el mismo, se entrevistan a sus primos Félix Soriano y Juan Muñoz, su hermana Margarita Soriano, Domingo Muñoz, su hijo, Gracila Selmo, su sobrina. Benita Selmo, otra sobrina expresa: “Ésa fue más que un hombre”, refiriéndose a Mamá Tingó. Por su parte, Cristino Muñoz, su compadre, dice: “Jesús murió por nosotros. Mamá Tingó hizo algo semejante: murió por nosotros”. En el documental también aparece el grupo Hermandad Cultural, compuesto por hombres y mujeres campesinos, que en homenaje a Mamá Tingó, tocan los atabales, bailan, y entonan cánticos inspirados en ella. La socióloga Nuris Eusebio, entrevistada en el documental “Mamá Tingó”, expresa que Mamá Tingó “es un hito en la historia del movimiento campesino dominicano… un hecho que manifestó todo lo grotesco del mundo terrateniente, toda la crueldad, la impunidad del mundo terrateniente…” El asesinato de Mamá Tingó no fue un caso aislado, sino que hay que ubicarlo en el contexto de las luchas de los campesinos dominicanos en defensa de la tierra.

La historiadora dominicana Valentina Peguero, en su ensayo “Women´s Grass-Roots Organizations in the Dominican Republic”, plantea que el movimiento en el que participó Mamá Tingó hay que ubicarlo en el contexto de las luchas de las mujeres caribeñas y, más específicamente, dominicanas, contra la opresión política. Peguero pasa revista a las organizaciones de mujeres dominicanas a través de la historia, entre que destacan, entre otras, la Junta Patriótica de Damas, que combatió la ocupación del ejército norteamericano a partir de 1920, Acción Cultural Feminista (1928), que promovía la educación y la cultura entre las mujeres, el Movimiento Clandestino Catorce de Junio (1J4), fundado en 1960 por Minerva Mirabal, una de las tres hermanas asesinadas por Trujillo. Estos movimientos eran urbanos e integrados por mujeres (generalmente blancas), educadas, de clase media. En contraste, el Club de Madres y la Federación de Ligas Agrarias Cristianas, en las que militó Mamá Tingo, eran organizaciones comunitarias de base, integradas por campesinos analfabetos, negros o mulatos. También, estos movimientos campesinos tienen hondas raíces en la cultura popular. Al no tener escolaridad, Mamá Tingó y los campesinos recurrían a la tradición oral, como décimas, salves y otros tipos de versificación y ritmos afrocaribeños. Algunos testigos aseguran que, en las juntas de campesinos, Mamá Tingo cantaba décimas para arengar a los campesinos. Una de las décimas es la siguiente:

No me dejen sola, suban la vó

Que la tierra e mucha y dá pa tó

En el campo entero se oye una vo

Vive en Hato Viejo, Doña Tingó

Agarren la mocha y suban la Vó;

que hay una junta de Sol a Sol.

En las últimas décadas, algunos partidos políticos dominicanos de derecha han utilizado la muerte de Mamá Tingó para sus fines políticos. El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) ha querido apropiarse del icono de Mamá Tingó en su demagogia revolucionaria. Durante una de sus gestiones en la presidencia se bautizó una estación del Metro de Santo Domingo en Villa Mella con el nombre de Mamá Tingó. Paradójica y tristemente existe otra estación del Metro con el nombre de Joaquín Balaguer, en cuyo gobierno fue asesinada la dirigente campesina. En 2004, la Cámara de Diputados acogió una solicitud de la comunidad de Hato Viejo de elevar esta comunidad a la categoría de Municipio con el nombre de Mamá Tingó.

Mujer negra, de rostro anguloso, con su pañuelo colorao (fulá) en la cabeza, Mamá Tingó va mucho más allá del uso demagógico que han intentado hacer de su figura los partidos políticos de derecha. Mamá Tingó es un símbolo de los explotados en la República Dominicana. Su muerte se ha convertido en un sacrificio, con el cual se identifican los más desposeídos. No en vano su compadre Cristino Muñoz la compara con Jesucristo: “Jesús murió por nosotros. Mamá Tingó hizo algo semejante: murió por nosotros”. Como luchadora por la defensa de la tierra y madre de diez hijos, Mamá Tingó se ha convertido en la “madre tierra” (Pachamama), vinculada a la fertilidad y fecundidad. Simbólicamente, Mamá Tingó provee y protege a sus hijos, los campesinos.