Los gobiernos democráticos se basan en una serie de principios y valores que son consustanciales al ejercicio de quienes le representan. Entre estos pilares axiológicos encontramos la transparencia como eje fundamental de la gobernabilidad y las buenas prácticas políticas. Por esta razón, la apertura del Estado hacia el control social ha tomado auge en las últimas décadas de nuestra historia.
De la mano de la transparencia se colige la necesidad de rendir cuentas. En ese sentido, la rendición de cuentas se ha convertido en una obligación para quienes ejercemos la función de legislador. De acuerdo al artículo 92 de nuestra Constitución, debemos rendir un informe de nuestra gestión ante nuestros electores.
El nuevo ciclo político que estamos viviendo en la República Dominicana, exige un cambio de paradigma que se ajuste a la absoluta transparencia y rendición de cuentas ante la ciudadanía. Estos conceptos no pueden significar letra muerta, sino que deben ser transversales a la cotidianidad del ejercicio político. De este modo, los roles de cada actor en democracia pasan a tener mayor preponderancia, ya que rindiendo cuentas se genera confianza y se logra imponer la ética frente a la responsabilidad política que el pueblo delegó en nosotros.
Aunque los esfuerzos técnicos de modernización del Estado hicieran parecer que la rendición de cuentas y la transparencia son conceptos actuales, es importante destacar cómo nuestro propio Padre de la Patria, Juan Pablo Duarte, sembró las bases para demostrar la relevancia de este instrumento democrático. Huelga recordar que el 12 de abril de 1844, el prócer en su llegada a Santo Domingo, entregó a la tesorería de la ciudad una relación pormenorizada de los gastos que tuvo, devolviendo además lo que le restaba de lo que fuere entregado para una misión en particular, siendo en ese entonces General de Brigada y comandante del Departamento de Santo Domingo.
Por esas razones, el próximo sábado 26 de noviembre, en el Club Deportivo y Cultural Calero del municipio de Santo Domingo Este; rendiré cuentas ante nuestros representados, explicando en detalle cómo invertimos nuestro tiempo como senador de la República y, al mismo tiempo, las familias de la provincia podrán saber cuáles objetivos hemos cumplido en nuestro segundo año y en ante cuáles desafíos debemos asumir un mayor compromiso para lograr el bienestar de la gente.
Estoy convencido que el nuevo ciclo político implica la aplicación de un control social mucho más eficaz y capaz de ser materializado a través de la participación de la ciudadanía. Invito a todas las familias de la provincia Santo Domingo a que nos acompañen en este ejercicio de democracia y de fortalecimiento de nuestra vida institucional, manteniéndose siempre vigilantes de las actuaciones de quienes decidimos ejercer una vida pública.
Rindo cuentas porque mis representados son quienes mandan y, como su representante, el bienestar de sus familias es mi trabajo.