El colegio San Judas Tadeo es hoy un buen ejemplo. Hasta hace poco no era posible estacionar alrededor del colegio en las horas que se esperaba el flujo de vehículos para la entrada y salida de estudiantes.
Los espacios para estacionar en las calles del Ensanche Naco no acomodan la demanda de la enorme cantidad de personas que visitan la zona. Los disponibles se llenan con los que madrugan porque son libres y cada uno toma el que esté más cerca de su trabajo o de lugares a visitar.
En la proximidad del San Judas son premium. Cerca de la iglesia, centros comerciales, panadería, clínicas, restaurantes y oficinas de todo tipo. Tener la oportunidad de sembrar el auto por doce horas en esa cuadra es un lujo gratis, es ver concierto en área VIP con pase de cortesía de una mega estrella.
Pero el colegio que lleva el nombre del patrono de las cosas imposibles se las arregló para reducir a cero la demanda de espacio en el lapso de una hora y media para facilitar la entrada y salida de los estudiantes. Señales de tránsito indicaban la restricción de parquear en esas horas con el aderezo de una grúa pintada que empezó a funcionar mejor que el 911.
Esto facilitaba la vida a los padres recogen sus niños y la de todos los que se desplazaban por otras razones. Fuera de esas horas el espacio de nuevo libre para cualquier uso. Sin embargo, cuando ya se había asimilado esa costumbre las autoridades de tránsito quitaron las señales reservaban el espacio y de la civilización se ha dado reversa a la barbarie típica de los peronistas en Argentina.
Las evidencias del malestar andan por todos lados en la forma moderna de videos que “no me dejan mentir.” Los conatos de pleitos y pelelenguas se siguen multiplicando y en el Santísimo de la iglesia, al lado del colegio, ahora se incluyen en el mismo papelito se deja frente al altar peticiones por la sanación de un tumor y para que vuelva la paz a la hora de salida.
Este berenjenal es típico en todo lo que en un momento se convierte en un bien económico y se mantiene gratis. Cuando en el país no se podía traer carros usados y las importaciones eran solo de vehículos nuevos en una limitada cantidad para concesionarios, los carros eran un lujo y sobraban espacios en las calles. Hace tiempo que la situación es otra y las calles siguen siendo res nullius para estacionar.
Las señales de tránsito que indican la reservación de los estacionamientos frente al San Judas Tadeo deben volver antes de que ocurra una tragedia. Pero esta vez sin grúas, proceso engorroso y costoso.
Mi propuesta es la subcontratación de poner multa por civiles autorizados. Esta es una oportunidad genial para microempresas o trabajadores por cuenta propia que con su celular documentan infracciones con fotos y videos, colocan multa correspondiente en cristal del auto y todo se sube en tiempo real a la base de datos de AMET.
Esto no es un invento. En EUA existen gobiernos locales que usan la subcontratación porque tienen una supervisión todo el día con personal que no está en nómina y cobra por un porcentaje del cobro de las multas. ¿Aquí eso es imposible? “¡Venerado San Judas Tadeo! Siervo fiel y amigo de Jesús…