Con gran sorpresa veo como cada día en las redes sociales noticias e informaciones donde de uno y otro bando se informan de las atrocidades de la raza humana en la masacre en Palestina y la masacre en Israel reciben miles de “me gusta o likes”, como se denominan en inglés.

 

Me refiero solamente a los “me gusta o likes” porque los views o visualizaciones son parte del deseo de información, de conocimiento, el interés, el morbo, la curiosidad; defínalo usted.

 

Entiendo que un post sobre un tema de actualidad o de temas que levantan nuestros instintos carnales obtenga un gran interés, lo que me sorprende es la cantidad de personas que le dan: “me gusta” o “like”.

 

En el plano personal, creo que toda tecnología puede ser usada por el bien y para el mal; creer que los avances tecnológicos pueden ser detenidos es lo mismo que creer en cuentos de hadas de Hans Christian Andersen o un discurso de un político; es lo mismo al final.

 

Soy un usuario de las redes sociales, me interesa el “chat gpt” y sigo el desastre de la “Inteligencia artificial” (IA); se que todo esto tiene su lado bueno y que todas estas tecnologías, son y serán usadas para el bien y para el mal, pues esa es la naturaleza humana y no la podemos ocultar.

 

Las nuevas tecnologías siempre han sido y serán un arma de doble filo y no lo podemos negar. Es un milagro que estemos vivos con la cantidad de estúpidos integrales que tienen acceso a la tecnología nuclear.

 

El “dark web” existe y en el puedes encontrar lo que desees desde un “sicario” hasta un “un lanza cohetes”. Yo, sin embargo, no satanizo a la web pues la uso para el bien.

 

Los enfermos y degenerados están en todos los estamentos sociales; culturales, políticos, pues son parte de la desgracia que llamamos humanidad.

 

Yo simplemente les recomiendo a aquellos que me leen que usen toda tecnología y avance científico para crecer como personas y resalten lo que está bien.

 

Uso el Instagram, Youtube, facebook, LinkedIn, y otras plataformas para crecer y las adoro, pues he aprendido en ellas más que en muchos cursos que he tomado en el sistema educativo formal.

 

Pues para mí, bien usadas y validando los contenidos todas las tecnologías de la información y el conocimiento, pueden ser usadas para aprender.

 

Siempre comparto con Marino Peña temas sobre música, sobre cómo aprender a tocar guitarra y sobre la música que nos unen a los dos.

 

Cuando empecé a aprender a tocar guitarra la única referencia que teníamos eran algunos libros y las clases empíricas que me daba Gugui Martí.

 

Ahora, en el Instagram y Youtube está toda la información necesaria para volverte el “Paco de Lucia” del siglo XXI si tienes la disciplina y el talento que solo lo da Dios.

 

Con Ángel Rosario comparto toda la información de los Beatles que hay en Instagram que me ha permitido conocer el verdadero alcance del cuarteto de Liverpool. Antes de las redes sociales, enterarse de esta información sería un proceso casi imposible bañado en la lectura de miles de aburridos e interminables textos con consideraciones de cada autor.

 

Sigo las publicaciones de fotografía del flow tropical de Maurice Snchez y todas las fotos análogas y digitales de Jaime Guerra.

 

Me entero de los artículos de Soraya Lara y leo las publicaciones sobre cuba de Alfonso Quiñones.

 

Mantengo contacto con la realidad social como las entrevistas de Manolo Ozuna en poltiquiandord, y me río de sus ocurrencias.

 

Con Alejandro Capellan comparto la locura de Hamas, un grupo de “terroristas”, y como algunos tontos buscan darle sentido a este comportamiento animal.

 

Con Alejandro, vemos la crueldad de los israelíes, quien de víctimas en la Segunda Guerra Mundial han pasado a ser jueves y verdugos sin que el Occidente los condenen como es debido. De mí, ellos (israelíes y Hamas) nunca obtendrán un like.

 

Con Melvin Peña comparto temas de comunicación política y de política en general; lo acoso con todo tipo de videos y he aprendido de chat gpt y de cómo los medios nos venden una mentira que cada vez le es más difícil manipular.

 

Con Claudia Mejía comparto la locura de la llamada percepción de género, una demostración inequívoca de lo enferma que está la sociedad.

 

Con Richard Benoit hablo de Bukele, un pequeño precio que pagan los salvadoreños y cómo lamentablemente, cuando él se le termine su periodo, El Salvador volverá de nuevo al control de las pandillas al menos que el entienda que tiene que legitimar todo lo que está haciendo y logre que sea asimilado por toda la sociedad.

 

Con Rosa Jiménez me mantengo en contacto por Whatsapp. Vivía en Palestina, ahora está en Jordania huyéndole a la locura de la guerra contra inocentes de los extremistas de Israel y los terroristas Hamas.

 

Con whatsapp hablo con Carlos Peña en Orlando y me entero de las aventuras de Biden, y con Henry Castillo en México, para no perder contacto con aquellos que me importan, amistades que quiero conservar.

 

Las redes sociales son la décima maravilla del mundo si tienes una formación educativa básica que te permita validar las fuentes y saber lo que está bien y lo que está mal.

 

Yo busco fuentes válidas; no creo a cualquier loco que esté obsesionado con la “tierra plana”, la” vitamina B12” o los “Iluminati". No sé si esto es mentira o verdad, simplemente no le dedico más tiempo del necesario a las teorías de la conspiración.

 

Estudio a los rusos y chinos y entiendo que los norteamericanos los quieran satanizar; después de todo el gran imperio americano quiere tener más poder y estas otras potencias no se lo permitirán.

 

Sigo las noticias de los servicios de información chinos, rusos, árabes con la misma objetividad con los que sigo la RTVE, CNN, DW y otras plataformas que se creen poseedores de toda la verdad.

 

A lo que yo no le dedicó tiempo de mi vida es a Alfoque, Amelia Alcántara, Jésica Pereyra, Denisse Peña, Caro Brito, Luinny Corporan, pues me entero por otros medios de sus peripecias y comprendo su contenido, pero la vida es demasiado corta para dedicárselo a tonterías como estás. Dios los bendiga y les permita dormir.

 

En el mundo hay más que hablar de tetas y nalgas todo el tiempo, de hombres casados, de tiradera, de chismes, de los artistas urbanos, de teteos, de tiraderas, de carteras, joyas, operaciones estéticas y de todas las tonterías que estas mujeres y hombres de las redes sociales han dedicado su vida por simplemente obtener más likes y ganar más dinero,

 

Malgastar sus vidas en tonterías es algo que van a lamentar y, cuando tarde o temprano quieran enmendar abrazando a un supuesto Jesús Cristo, usando faldas largas y dándose golpes en el pecho, la verdad es que Dios no los podrá ayudar.

 

Todo el horror del mundo se hace escondiéndose detrás de la religión. ¡Qué pena me dan todos esos farsantes que esconden su maldad detrás de ser supuestos cristianos, judíos o musulmanes! Elija usted la denominación de su predilección.

 

Mi universo virtual está limpio de odio y de las tonterías de Alfoke que se puede crucificar en el Parque Independencia y no obtendrá de mi ni un solo like. Claro que veré su crucifixión, pues me saldrá a través de terceros en sus historias, pero a él y a todas esas mujeres que en todas las fotos enseñan sus nalgas les diré que hay demasiadas mujeres hermosas en las redes sociales y que su nalga y operaciones estéticas me dan igual.

 

Amelia que hable de hombres casados Me divertí con su sinceridad; un retrato de la doble moral de nuestra sociedad, pero como he explicado, prefiero dedicarle mi vida a algo productivo que me permita aportar a la sociedad.

 

A Alfoke y a Luinny Corporan les insto a no seguir con ese derrotero pues por dinero todos los días se hacen cosas peores, pero los invito a compensar devolviéndole algo a la sociedad, no donándole dinero a algunas personas de escasos recursos. Lo que les propongo es que usen su poder mediático para educar, para llevar mensajes positivos. No siempre se puede deformar y destruir; también hay que educar.

 

Dediquen el 90% de su tiempo a las nalgas, tetas, y tiraderas que les dan sus amados views y sus venerados likes, pero también tengan cápsulas educativas explicando que el trabajo y la educación edifican a la sociedad.

 

Invito a aquellos que quieran edificarse a dejar de seguir a estos quema neuronas y seguir, por ejemplo, a @moises.arias06 que tiene unos videos increíbles sobre la República Dominicana, que no tienen desperdicios.

 

Si tienes interés en la historia puedes seguir a @imgenesdenuestrahistoria, o la cuenta de @hisdomgra, de historia dominicana en gráficas, por solo citar algunos ejemplos.

 

La idiotez colectiva de redes es mundial; no es de República Dominicana. El problema es que aquí se está volviendo una regla y no la excepción.

 

A los que todavía la silicona y los biopolímeros no nos han llegado al cerebro solo los invito a que dejen la tacañería del like y cuando vean algo bueno en las redes sociales le den like y lo compartan pues, nosotros somos más; solo que no nos damos a notar.