Muchas de las personas que logran el éxito son arrogantes y malagradecidas. Creen que todo lo logran por su: “preparación” por su “talento”, porque trabajaron “duro”. Para ellos, la cita de Voltaire es el centro de sus vidas: "La suerte es lo que sucede cuando la preparación y la oportunidad se encuentran y se fusionan". Un razonamiento simplista que no se corresponde del todo con la realidad.
Comencemos con la “preparación”, ¿cuántas personas llegan a puestos sin preparación?, ¿cuántas personas triunfan sin preparación?, ¿qué es la preparación?: cada uno tiene una respuesta diferente, pero lo cierto es que no existe una definición que unifique todos los criterios. Odian la palabra destino. ¿Qué es el destino?: "concepto por el cual una persona cree que los hechos o acciones están determinados".
Estos grandes hombres, merecedores de todo, megalómanos, dirán que pueden construir su propio destino. Pero el destino no es otra cosa que el futuro o el futuro, lo que va a pasar. El futuro no se puede cambiar. Estoy seguro que el éxito no está en la preparación académica, si así fuera el mundo sería diferente. Otros dirán que la preparación es astucia, determinación, concentración en el trabajo, inteligencia emocional, trabajo duro y cualquier idea que se les ocurra.
La realidad es que cuando será será. Y punto. Las sobras del éxito son la preparación académica. El sistema te enseña a entrenarte para ser esclavo de él. Así vemos como los que estudian en universidades y hacen maestrías, cultivan y leen, creen merecer los mejores puestos, y muchos logran tenerlos, pero en la vida real también son hijos de su destino, más que de su preparación.
Las personas verdaderamente exitosas saben que sus logros no dependen exclusivamente de su trabajo, saben que existe una fuerza superior que los guía y los libra del fracaso y les brinda muchas veces más oportunidades que a los demás. Por supuesto, el trabajo y la capacidad son importantes, pero ¿cuántas personas trabajadoras y capaces mueren sin poder lograr sus objetivos? Te recomiendo prepararte académicamente y esforzarte, así hay más oportunidades, pero cuando veas que otros menos preparados y menos trabajadores logran más que tú, entiende que tu destino funcionó.