1.- Ninguna sociedad humana que se fundamenta en la desigualdad, es bonita, porque lo injusto no tiene nada de agraciado. Ella es fea, carece de belleza y la fealdad entraña deformidad.
2.- Resulta que la República Dominicana, está ubicada en la región más desigual del mundo y, además, aquí las diferencias en el orden social son sumamente espantosas, generan miedo.
3.- He comenzado este escrito haciendo referencia a la fealdad, porque he observado que en la medida que se ahonda la crisis estructural, la sociedad donde vivo se hace más difícil para permanecer con los ánimos calmados.
4.- La desproporción del ambiente dominicano causa desagrado porque los hechos que ocurren, fruto de los vicios sociales, repugnan a cualquier persona sensible. El fastidio, la desazón irrita, motiva enojo.
5.- Las dominicanas y los dominicanos, estamos que a cada instante nos llega el temor, el susto repentino por algo horripilante ocurrido a nuestro alrededor. La inquietud se ha hecho inherente a la existencia.
6.- Es para sobrecogerse ser testigo de un atraco a mano armada, o ver cómo es asesinada una persona para despojarla de una prenda o un celular.
7.- La mala pinta del medio donde nos movemos, está caracterizada por hechos que estremecen, y lo peor es que suceden de manera habitual, aunque nadie se acostumbra a lo que desagrada y horroriza.
8.- Por más tranquila que sea una persona, le aterra, espanta y se siente anonadada, enteramente abrumada, si cuando llega a su hogar comprueba que su vivienda ha sido violentada para robarle.
9.- La criminalidad luce desenfrenada, la violencia avanza y arropa a todo el cuerpo social. Los antisociales se han hecho dueños de cada sitio donde quieren ejecutar sus fechorías; el panorama es aterrador.
10.- Lo que está ocurriendo aquí no es para reír. Nadie está preparado para en cualquier lugar sentir temor, estar espantado y permanecer impotente en su propio país. A lo terrible, nadie se acostumbra.
11.- El ser humano aspira y merece sociabilidad en un lugar bonito, acogedor, bueno, agradable, pero rechaza un círculo social, repulsivo, siniestro y de cualquier forma horrorosa.
12.- El estado de ánimo que forma parte de la existencia de los dominicanos y las dominicanas, no es para desear, para hacerse la boca agua, irse los ojos ni apasionarse. Esto está para aborrecer, espantarse de aquí.
13.- Así por así, como quien no quiere la cosa, estamos llevando una vida al salto de la pulga, sin brújula. Cada quien al irse al garete, pendejamente, presto para convertirse en una calamidad.
14.- Sorprende cómo la generalidad de mis connacionales han aceptado tranquilamente dejarse arrinconar, echarse a un lado para que lo peor de la sociedad proceda a hacer y deshacer, componer y descomponer.
15.- Lo que se está viendo es una comunidad estropeada por el delito, desgastada de ánimo, que acepta su derrota, en lugar de quitarse de encima la basura, a los subproductos sociales.
16.- No hay que buscarle la quinta pata al gato. La realidad es que la sociedad dominicana, cada día, está más fea, con su rostro de pobreza, sangre, criminalidad y cuantas taras se alojan en una sociedad que ya no da para más como inviable.