En contra de la verdad histórica, numerosas fábulas prejuiciadas, racistas, ideologizadas, elaboradas por las élites colonizadoras españolas, presentaban al esclavizado como un ser inferior, “salvaje”, “sin alma”, “sumiso”, cuando en realidad la realidad decía todo lo contrario, de una historia llena de páginas gloriosas, de hazañas, de epopeyas, de huidas a las montañas en la búsqueda de la libertad.
A tal punto que la primera rebelión de esclavizados en el “Nuevo Mundo” se produce en esta isla, según Oviedo en 1521, con 20 esclavizados en el Ingenio Diego de Colón, donde fueron perseguidos y destrozados, siendo vencidos, pero no derrotados, porque el proceso de cimarronaje duró siglos.
La industria azucarera del “Nuevo Mundo” se forjó en la región Sur de la isla, en el eje Haina-Nigua-Nizao, en San Cristóbal, la “región de los ingenios”, liderados por el Ingenio Boca de Nigua y el Diego Caballero, el Primer Ingenuo Hidráulico de América. Los esclavizados que tomaron la decisión de huir a las montañas en la busqueda de su libertad en el proceso del cimarronaje, tenían como meta las Sierra de Neyba y sobre todo las libertarias Sierra del Bahoruco.
Después de pasar los montes y las montañas de San Cristóbal, al entrar al territorio banilejo, cansados y agotados los esclavizados cimarrones, para descansar y recuperarse, para seguir su camino, encontraron a la Vereda, un vallecito rodeado de lomas y montañas, con diversos arroyos y pequeñas tierras para el cultivo. ¡Estaban protegidos por las montañas y alimentos para su sobrevivencia! ¡Era un “Maniel de Tránsito” perfecto!
La mayoría de los esclavizados con el tiempo siguieron su camino, unos prefirieron irse a los lugares más inhóspitos de los Montes Banilejos y muchos se quedaron en la Vereda de manera permanente. La diversidad de los esclavizados tenía a San Juan Bautista como su patrón, por la simbolización del agua del río Jordán, cuyo significado espiritual era la simbolización del regreso al África.
Sus celebraciones implicaban música, cantos, bailes, rituales y catarsis. Este complejo religioso musical recibió el nombre de “Sarandunga”, palabra africana que contiene sonido y tambor. Las festividades comenzaban el 23 y terminaban el 24 de junio. A nivel danzario, musicalmente era en base a tres tambores pequeños que se tocan entre las piernas, con las manos y una güira de metal, de origen africano, acompañado de la técnica coral africana del solo y la respuesta. Había un ritmo rápido, conocido como Bomba y Capitana y uno lento llamado Jacana. El primero era conocido popularmente como “el baile de los jóvenes” y el segundo como el “baile de los viejos”. Sin embargo, La Jacana, en opinión del maestro Fradique Lizardo “es el baile más hermoso, y el más señorial del folklore dominicano”.
Además de pequeña agricultura los habitantes de La Vereda y sus alrededores se dedicaron a la recolección del Café que habían sido sembrados durante la ocupación haitiana (1822-1844). La Vereda y todos los alrededores se llenaron de este grano bendito. Pero participaban solo en el ciclo de siembra, mantenimiento y recolección del grano. Todo el proceso posterior implicaba la complejidad industrial que se realizaba en el poblado cercano de Fundación de Peravia, en las cercanías del río Baní, de donde surgió el popular barrio de Pueblo Nuevo, en el Norte de la ciudad de Bani, donde en un momento dado, sin que lo supiera, la reina del café se llamaba Alicia Baroni.
La población de La Vereda, para no quedarse sin trabajo, bajó a Fundación de Peravia donde estaban “las máquinas”, estaciones para la recolección, despulpadora y el secado final del café, en grandes tendales. Se llevaron a su San Juan Bautista, su protector, para hacer allí sus celebraciones. El día 23 se amanecía tocando Sarandunga en una iglesita donde está actualmente el campo de beisbol, el 24 a las cinco de la mañana la música saluda al río. Comienzaba el ritual para ir en procesión cantando móranos hacía el río para un baño simbólico ritual del Santo y el baño de despojo de los creyentes donde hay una purificación colectiva porque el río se lleva todos los pecados río abajo.
A esta ceremonia, como el de la amanecía donde se baila la Sarandunga, iban creyentes de Fundación de Peravia, el Limonal, el Pueblo Arriba, entre otros. Nené Pérez, un galán del Pueblo Arriba le roba el corazón a la Capitana de la Sarandunga y cuando deciden juntarse, ella como “dueña del Santo” se lleva A San Juan para el Pueblo Arriba.
Allí comienza una nueva fase del santo con la mitología y la fábula de que la Sarandunda vino de Haití. Doña Edna Garrido de Bogg, Fradique Lizardo e investigadores posteriores, incluso Don Julio Alberto Hernández, allí fue que conocieron a la Sarandunga cuando en realidad ella tenía muchos años de existencia en La Vereda y en Fundación de Peravia, donde solo cambiaron los escenarios.
Toda la dimensión de los Móranos, la ida al río Baní, el baño ritual del santo, el baño de despojo de los cofrados, , et., fueron incorporados a los rituales y ceremonias. Se formalizó la cofradía y río Arriba, por tener el Santo Original, quedó como centro de la misma, aunque la ida a las tumbas a nivel musical en los cementerios fue disminuyendo cada vez más, pero la fabricación de instrumentos musicales y los principales músicos para las festividades siguen siendo de La Vereda.
La Alcaldía de Baní, con Chacho, el Ministerio de Cultura con Mirtha y el Centro Perelló con Julia, comenzaron a revalorizar y legitimar como expresión cultural y orgullo banilejo a la Sarandunga. Dagoberto Tejeda Ortiz, escribió un libro sobre la Sarandunga banileja.
Del proceso glorioso de las luchas de los esclavizados africano hay páginas gloriosas no escritas, esas epopeyas están clandestinas. El cimarronaje ha quedado en el olvido con sus héroes. ¡Un día de justicia se escribirán! De todas las expresiones musicales culturales cimarronas del país, la más trascendente, ¡el más grande aporte patrimonial cultural al país, es la SARANDUNGA BANILEJA, QUE ESPERA UN MONUMENTO FRENTE A LA ALCALDÍA!