Lo que ocurrió en las elecciones de Argentina el pasado 22 de octubre fue una verdadera sorpresa política que destrozó todos los pronósticos y todas las encuestas que desde agosto daban al candidato Javier Milei no solo como ganador en primera vuelta, sino con amplias posibilidades de ganar las elecciones.
Con esta primicia sería importante analizar estos resultados y lo que podría ser su proyección de cara a la segunda vuelta del 16 de noviembre del presente año.
¿Qué paso entre agosto y octubre?
La primera línea de la campaña de Milei fue un ataque feroz a lo que él llama "la casta política" (élites políticas). Toda esa casta política para Milei representa en el engendro del mal, expresada en sus características explicativas como organización criminal, corrupta y antipatriótica.
Su cierre de campaña logró transmitir ese miedo de su consigna central: "La casta tiene miedo". Ese miedo logró que en las últimas 72 horas Argentina se paralizara; el dólar llegó a subir 1050.00 pesos argentinos, mientras que todo lo que implicada productos de importación fueron congelados en sus ventas.
El candidato Javier Milei atacó la figura del papa Francisco, a quien calificó de «zurdo asqueroso y otros calificativos…»; luego prosiguió amenazando con romper las relaciones entre el Vaticano y Argentina. De esta forma, aproximadamente el 71% de la población Argentina que se identificaba como católica protestó contra el agravio innecesario.
La reacción de la Iglesia no se hizo esperar y en las provincias de Buenos Aires, que concentra el 37% de los electores, los curas de los barrios militantemente salieron a las calles contra el candidato Milei.
Mientras esto sucedía, Sergio Massa de Unión por la Patria emitió un nuevo paquete económico subsidiando el transporte público, que es muy importante, está bien organizado y del cual la clase media y los trabajadores son usuarios. A la vez, este recomponía su relación con algunos gobernadores disgustados de las provincias y dirigió un discurso de tranquilidad, paz, sosiego y de continuidad de Estado.
A pesar de su mal desempeño como ministro de Economía, con 103% de índice inflacionario, un dólar devaluado un Banco Central quebrado, Massa en las elecciones se alzó con una sorpresiva victoria en primera vuelta con 36.68%, equivalente a 9.645.983 millones de votos. Javier Milei de la Liberta Avanza 29.98% de 7.884.336 millones de votos. Patricia Bullrich de Juntos por el Cambio un 23.83% con 6.267.152 millones de votos.
¿Qué puede pasar.? Patricia Bullrich acaba de apoyar a Javier Milei, pero para mi esto no es suficiente, porque la casta corrupta también esta en Junto por el Cambio, con ministros de los pasados gobiernos, como el Radicalismo que llevó a la Presidencia a Raúl Alfonsín. Esta ala de la plataforma Junto por el Cambios se separa en la recta final de Milie, como también el ala sindical, que acaba de retirar su apoyo a Milei por su pacto con Bullrich, debido a la fuerte contradicciones de Bullrich con los sindicatos.
Se espera otra acción política de Massa, quien es el que está gobernando a la Argentina, porque ni Cristina ni Fernández están en el escenario público. Prácticamente, y a pesar de las contradicciones entre Cristina y Messa, esta se ha echado a un lado en la campaña.
Un nuevo estímulo monetario, sobre todo en el sector de las pensiones, lanzaría a las urnas a los viejos peronistas que todavía no votan a Massa, aunque las elecciones representaron un millón más de electores con relación a la PASO de agosto.
Si Massa quiere ganar las elecciones tendrá que conquistar al 2% que dejó su voto en blanco, equivalente a medio millón de electores que no se identifican con los candidatos. Además, tendrá que buscar el 6.7% de Jun Scheretti, del Partido Justicialista, y a Mirian Bregman del Frente de Izquierda con 2.7% de electores.
En este escenario todo hay que ir analizándolo. Milei logró que las circunstancias políticas le permitieran el apoyo de Bullrich. ¿Votará el 23% compacto en esa dirección?. Mi respuesta es no.
Massa tienen la oportunidad de sumar un 5% entre Scheretti-Bregman y lograr un apoyo del radicalismo de la plataforma de Bullrich.
Así las cosas, Sergio Massa debería ser el próximo presidente de Argentina, con la enorme tarea de unir al país e iniciar el proceso de recuperación económica.
Así como el divino rabino Galilea resucitó al tercer día, según las Escrituras, tenemos a un Sergio Massa con la resurrección del peronismo. En noviembre sabremos si es ficción o verdad.