Vivir consiste en tomar decisiones y la vida depende de las decisiones que tomamos.
“Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; “porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.” (Mateo 7: 13-14.) Partimos de este pasaje bíblico, si no eres creyente no importa, porque el análisis que haremos no es dogmático o religioso sino básicamente filosófico.
Superarse no es fácil, porque ser mejor exige un esfuerzo mayor. Hacer lo que “hacen todos” normalmente no nos permite descubrir el diamante que se encuentra en nuestro interior. La mediocridad abunda, sin embargo, la excelencia no, porque conlleva algo más de esfuerzo.
En el Monasterio de Alcobaça, en Portugal, la puerta del refectorio o comedor fue construida muy estrecha, para que los monjes que comieran de más, al engordar no pudieran entrar hasta recuperar el grosor apropiado.
La vida cómoda, fácil, con pocos esfuerzos, sin necesidades, no te hace fuerte ni inteligente, sin importar cuánto te agrade. Los que viven prácticamente sentados, tienen que buscar como someter sus cuerpos a ejercicios para evitar el deterioro físico. Quienes tienen mucha actividad física, necesitan cultivar la mente de alguna forma (estudiar algo, aprender idiomas, jugar ajedrez, etc.) Hay un conocido axioma en el terreno de la salud que dice: “lo que no se usa, se atrofia”, el cerebro no es la excepción.
Si dejas de utilizar una pierna por tener una inmovilización debido a una fractura ósea, al cabo de unos meses, es evidente que la pierna estará mucho más delgada y débil que la pierna activa.
Las personas que admiramos normalmente son aquellas que estuvieron dispuestas a dar un paso más, a no conformarse, no dándose por vencidas. Decir que simplemente tuvieron suerte es una forma de excusa o autojustificación.
Pensemos por un momento en qué nos fijamos para tomar una decisión. Podría ser que esperemos que alguien nos diga lo que nos conviene, o que veamos que hacen los demás para imitarlos, pero a menudo simplemente buscamos cuál es el camino más fácil. Evidentemente, los caminos más fáciles son los más demandados o buscados, pero los peor valorados. Varios miles acudirían a la presentación de un cantante popular, pero muy pocos a una conferencia de Einstein.
Los hijos criados con muy pocas reglas y sin responsabilidades en el hogar, psicológicamente son: más débiles, inseguros, con baja estima e inmadurez emocional. Sus padres creyendo ser más cariñosos y de mente abierta, producen lo contrario a lo que quisieran lograr.
Es difícil salir de la zona de confort, se requiere valor para hacerlo, pero los más preciados sueños usualmente se encuentran fuera de dicha zona. No necesitas esforzarte por lo que ya tienes, a no ser que no sea verdaderamente tuyo.
Volviendo a la enseñanza del maestro de Nazaret quien nos invitó a escoger la puerta estrecha, hay más de 2 mil millones de cristianos constituyendo el 32% de la población mundial. ¿Imaginas cómo sería el Mundo si todos ellos fueran capaces de escoger los caminos difíciles? Muchos problemas actuales de la humanidad ya tendrían soluciones.
Un vehículo confortable permite moverse con mayor rapidez y comodidad, pero no es lo más conveniente para nuestro organismo, por lo que a veces vemos personas caminando en busca de mantenerse saludables, pese a tener buenos autos.
Cuando por alguna razón válida te apartas de algo que te atrae mucho, aunque sea temporalmente, fortaleces tu carácter y capacidad de concentración. Es muy diferente no comer algo que te encanta porque no puedes, que decidir abstenerte de hacerlo. En el camino muchos anzuelos están a la espera de ser mordidos y muchos no podrán evitar morderlos.
El libro: Subida al Monte Carmelo de San Juan de la Cruz, una de las obras cumbre de la mística cristiana, explica cómo para el ser humano alcanzar el máximo desarrollo posible (que lo describe como la unión con Dios) es preciso perseverar en el camino hasta el final, no conformándose con los primeros triunfos logrados. Muchos se quedan en el comienzo del camino y pocos son capaces de perseverar hasta llegar a la cima. Ciertamente no es una lectura ligera por su profunda teología, por lo que usualmente no es de interés popular. Un mensaje similar lo encontramos en la famosa fábula: Juan Salvador Gaviota, aunque recomendada usualmente para adolescentes es un mensaje perfectamente válido para los adultos de mente abierta.
Esfuérzate en lo que sea, pero esfuérzate, y recuerda que es mejor caer que nunca caminar.
La mediocridad es muy dura, aunque aparenta ser suave. Es prioridad existencial el desarrollar la mejor versión de sí mismo y siempre recordar que los caminos difíciles son los que nos llevan a la perfección.